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18 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Un cuadrilátero abierto que permite observar de cerca la vida

Viernes, 21 de octubre de 2016 01:30
<div>EN EL RING/ SUCEDEN TODAS LAS SITUACIONES, DE ENOJO, SENTIMENTALES, FRACASOS E INTENTOS DE SUPERACION</div><div>
La historia de un hombre en primer plano y la de otro casi a la par. La historia de un jujeño, su vida, sus lazos familiares, sus andanzas juveniles, sus valores y las miserias de la vida que lo acosaron. Y también la de su gran amigo, mayor, protector pero también vulnerable.
Dos caminos que se van juntando, coinciden, se despegan y vuelven a fundirse en un abrazo. Eso es lo que presenta la puesta teatral "Respiro (el último pecado)". La historia de un boxeador y su entrenador, llevada a escena por el grupo Nueva Escena.
Esta producción, recientemente estrenada, tuvo dos funciones a sala llena y con un público que salió muy emocionado y admirado por el nivel de las actuaciones de dos grandes artistas jujeños, Jorge Jamarlli y Rubén "Chuña" Iriarte, y se repondrá esta noche y mañana a las 22 en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190).
La obra fue escrita por Freddy Chipana y Rubén Iriarte. Chipana es de la compañía Alto Teatro de Bolivia, y también se tomó un tiempo para dirigir esta obra en Jujuy a pedido de su amigo y compañero, Jorge Jamarlli, actor que trabajó por muchos años en grupos y producciones del vecino país.
Jamarlli es "Mario Rocky Argello", un hombre con resabios de adolescente, inmaduro, que tuvo que boxear en los cuadriláteros deportivos y en los de la vida. No es el hijo "ideal" y de ahí sus conflictos con su madre, pero también denota en ese escenario montado con un par de cuerdas para representar el ring, su dolor por la ausencia de su padre. Ese ring, que en las tablas tiene sólo dos lados, le permite al espectador, meterse en ese espacio donde Rocky siente y dice, a veces con la presencia de su entrenador, y a veces en soledad, y escuchar de cerca sus reflexiones. Es que el ring queda abierto hacia la platea.
Los desvaríos de una mente y un corazón golpeados pasan por estadios de sensaciones encontradas. Pasan de la ansiedad y coraje para enfrentar más desafíos, que pueden llegar a salvar los fracasos anteriores; a la negación total a continuar, y simplemente "tirar la toalla".
Para eso está, quien de alguna manera es la voz de la conciencia de "Rocky", su entrenador "Grillo", el hombre que lo encamina, que en ocasiones puede llegar a convertirse en ese padre que le faltó. Pero a la vez no deja de ser su amigo, y entonces también hay desencuentros, y situaciones al revés, en la que la debilidad es del "Grillo".
Quién sostiene a quién
Y en las relaciones afectivas suele suceder, cuando uno sólo es el que protege al otro, el más débil parece que nunca se termina de levantar. Hasta que un día ve su protector flaquear, y entonces la fortaleza cambia de lugar.
Así es que en medio de esta historia, es también "Rocky" quien debe abrazar y reprender a su amigo, a punto de sumirse en la bebida por amor.
En ese escenario casi íntimo, con poca luz, se trasluce la profundidad de la relación entre los dos personajes. En ese escenario ocurre el momento más destructivo de los dos, y en ese escenario deciden también dar la última pelea. Una pelea a la vida y los trasfondos, sin un final aclarado.
No importa el resultado de la pelea, sino la actitud con la que ambos la emprenden.
Dos actuaciones que brillan, en un escenario sencillo, con gran protagonismo de la luz, y una historia que remite una y otra vez a esta Jujuy que vivió la generación que transita los 40 años.
El equipo se completa con las voces en off de Maximiliano Marela y María del Carmen Echenique (quien además asiste en la dirección), el vestuario y el sonido de Celia Léttoli, las luces de Ariel Posse Varela, y la producción de Verónica Pérez.
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La historia de un hombre en primer plano y la de otro casi a la par. La historia de un jujeño, su vida, sus lazos familiares, sus andanzas juveniles, sus valores y las miserias de la vida que lo acosaron. Y también la de su gran amigo, mayor, protector pero también vulnerable.
Dos caminos que se van juntando, coinciden, se despegan y vuelven a fundirse en un abrazo. Eso es lo que presenta la puesta teatral "Respiro (el último pecado)". La historia de un boxeador y su entrenador, llevada a escena por el grupo Nueva Escena.
Esta producción, recientemente estrenada, tuvo dos funciones a sala llena y con un público que salió muy emocionado y admirado por el nivel de las actuaciones de dos grandes artistas jujeños, Jorge Jamarlli y Rubén "Chuña" Iriarte, y se repondrá esta noche y mañana a las 22 en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190).
La obra fue escrita por Freddy Chipana y Rubén Iriarte. Chipana es de la compañía Alto Teatro de Bolivia, y también se tomó un tiempo para dirigir esta obra en Jujuy a pedido de su amigo y compañero, Jorge Jamarlli, actor que trabajó por muchos años en grupos y producciones del vecino país.
Jamarlli es "Mario Rocky Argello", un hombre con resabios de adolescente, inmaduro, que tuvo que boxear en los cuadriláteros deportivos y en los de la vida. No es el hijo "ideal" y de ahí sus conflictos con su madre, pero también denota en ese escenario montado con un par de cuerdas para representar el ring, su dolor por la ausencia de su padre. Ese ring, que en las tablas tiene sólo dos lados, le permite al espectador, meterse en ese espacio donde Rocky siente y dice, a veces con la presencia de su entrenador, y a veces en soledad, y escuchar de cerca sus reflexiones. Es que el ring queda abierto hacia la platea.
Los desvaríos de una mente y un corazón golpeados pasan por estadios de sensaciones encontradas. Pasan de la ansiedad y coraje para enfrentar más desafíos, que pueden llegar a salvar los fracasos anteriores; a la negación total a continuar, y simplemente "tirar la toalla".
Para eso está, quien de alguna manera es la voz de la conciencia de "Rocky", su entrenador "Grillo", el hombre que lo encamina, que en ocasiones puede llegar a convertirse en ese padre que le faltó. Pero a la vez no deja de ser su amigo, y entonces también hay desencuentros, y situaciones al revés, en la que la debilidad es del "Grillo".
Quién sostiene a quién
Y en las relaciones afectivas suele suceder, cuando uno sólo es el que protege al otro, el más débil parece que nunca se termina de levantar. Hasta que un día ve su protector flaquear, y entonces la fortaleza cambia de lugar.
Así es que en medio de esta historia, es también "Rocky" quien debe abrazar y reprender a su amigo, a punto de sumirse en la bebida por amor.
En ese escenario casi íntimo, con poca luz, se trasluce la profundidad de la relación entre los dos personajes. En ese escenario ocurre el momento más destructivo de los dos, y en ese escenario deciden también dar la última pelea. Una pelea a la vida y los trasfondos, sin un final aclarado.
No importa el resultado de la pelea, sino la actitud con la que ambos la emprenden.
Dos actuaciones que brillan, en un escenario sencillo, con gran protagonismo de la luz, y una historia que remite una y otra vez a esta Jujuy que vivió la generación que transita los 40 años.
El equipo se completa con las voces en off de Maximiliano Marela y María del Carmen Echenique (quien además asiste en la dirección), el vestuario y el sonido de Celia Léttoli, las luces de Ariel Posse Varela, y la producción de Verónica Pérez.