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Terminó la tregua y Arabia Saudita reanudó bombardeos

Lunes, 24 de octubre de 2016 01:30
Después de una tregua que duró 72 horas, Arabia Saudita retomó ayer sus bombardeos diarios contra Yemen, con lo que puso fin a las esperanzas de la ONU de renovar el alto el fuego por tres días más y abrir una ventana a un posible diálogo de paz que permita comenzar a enfrentar una de las peores crisis humanitarias del mundo.
La tregua terminó formalmente en la medianoche del sábado al domingo y, según informaron testigos a la agencia de noticias EFE, la Fuerza Aérea saudita volvió poco después a la ofensiva contra el movimiento insurgente hutí, que tomó gran parte del país el año pasado y forzó al exilio a su aliado, el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
Arabia Saudita bombardeó ayer un cuartel hutí en el sur de Sanaá, la montaña de Naqm, en el Este, la base aérea de Al Dilmi, cercana al aeropuerto internacional de la capital, Sanaá, y un barrio al oeste de esa ciudad.
Desde el inicio de la tregua, su promotor, el enviado especial de la ONU, Uld Sheij Ahmed, la calificó de "frágil" y pidió a todos los bandos que cumplieran con su compromiso de cesar todos los ataques y agresiones.
Además, les pidió que aceptaran una prórroga que permita reactivar un débil diálogo político que ya lleva meses completamente paralizado.
Nada de esto sucedió y ayer el conflicto retomó su virulencia.
A finales de marzo de 2015 y tras el triunfo del movimiento rebelde hutí sobre gran parte del país más pobre del mundo árabe, Arabia Saudita, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición de 10 Estados árabes para restituir al presidente reconocido por la comunidad internacional, Hadi.
Desde entonces los bombardeos aéreos de la coalición regional y los combates en el terreno entre los rebeldes hutíes y sus aliados, y las tribus y las milicias pro Hadi convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla, que hoy también incluye a grupos extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico.
En sólo 25 años, Yemen, un país de 26 millones de habitantes, sufrió una guerra civil, uno de los episodios más intensos de la llamada Primavera Árabe, un levantamiento armado separatista, una campaña de bombardeos de drones estadounidenses aún en curso y, ahora, este conflicto regional.
Desde hace meses, la organización internacional Médicos Sin Fronteras denuncia que la situación humanitaria y sanitaria es dramática en el país, que se encuentra prácticamente aislado del mundo y asediado por Arabia Saudita y Estados Unidos por tierra, agua y aire.
Según la ONU, desde marzo de 2005 cerca de 7.000 personas murieron, la mayoría por los bombardeos sauditas, y alrededor de 3 millones de civiles ya se vieron obligados a abandonar sus hogares y vagar por el país asediado y devastado en busca de refugio.
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Después de una tregua que duró 72 horas, Arabia Saudita retomó ayer sus bombardeos diarios contra Yemen, con lo que puso fin a las esperanzas de la ONU de renovar el alto el fuego por tres días más y abrir una ventana a un posible diálogo de paz que permita comenzar a enfrentar una de las peores crisis humanitarias del mundo.
La tregua terminó formalmente en la medianoche del sábado al domingo y, según informaron testigos a la agencia de noticias EFE, la Fuerza Aérea saudita volvió poco después a la ofensiva contra el movimiento insurgente hutí, que tomó gran parte del país el año pasado y forzó al exilio a su aliado, el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
Arabia Saudita bombardeó ayer un cuartel hutí en el sur de Sanaá, la montaña de Naqm, en el Este, la base aérea de Al Dilmi, cercana al aeropuerto internacional de la capital, Sanaá, y un barrio al oeste de esa ciudad.
Desde el inicio de la tregua, su promotor, el enviado especial de la ONU, Uld Sheij Ahmed, la calificó de "frágil" y pidió a todos los bandos que cumplieran con su compromiso de cesar todos los ataques y agresiones.
Además, les pidió que aceptaran una prórroga que permita reactivar un débil diálogo político que ya lleva meses completamente paralizado.
Nada de esto sucedió y ayer el conflicto retomó su virulencia.
A finales de marzo de 2015 y tras el triunfo del movimiento rebelde hutí sobre gran parte del país más pobre del mundo árabe, Arabia Saudita, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición de 10 Estados árabes para restituir al presidente reconocido por la comunidad internacional, Hadi.
Desde entonces los bombardeos aéreos de la coalición regional y los combates en el terreno entre los rebeldes hutíes y sus aliados, y las tribus y las milicias pro Hadi convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla, que hoy también incluye a grupos extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico.
En sólo 25 años, Yemen, un país de 26 millones de habitantes, sufrió una guerra civil, uno de los episodios más intensos de la llamada Primavera Árabe, un levantamiento armado separatista, una campaña de bombardeos de drones estadounidenses aún en curso y, ahora, este conflicto regional.
Desde hace meses, la organización internacional Médicos Sin Fronteras denuncia que la situación humanitaria y sanitaria es dramática en el país, que se encuentra prácticamente aislado del mundo y asediado por Arabia Saudita y Estados Unidos por tierra, agua y aire.
Según la ONU, desde marzo de 2005 cerca de 7.000 personas murieron, la mayoría por los bombardeos sauditas, y alrededor de 3 millones de civiles ya se vieron obligados a abandonar sus hogares y vagar por el país asediado y devastado en busca de refugio.

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