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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Miles de jujeños caminaron con la Virgen a Río Blanco

Lunes, 03 de octubre de 2016 01:30
<div>GRAN DEVOCIÓN/ LA VIRGEN DEL ROSARIO DE RÍO BLANCO Y PAYPAYA AL LLEGAR AL SANTUARIO EN LA PRIMERA PEREGRINACIÓN.</div><div>
Como cada domingo de octubre, la feligresía jujeña al llamado de los sones de las bandas de sikuris concurre al encuentro de la "Mamita", para peregrinar junto a ella hasta el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya en una clara muestra de devoción, de esperanza y de fe.

Bajo el lema "Dios no se cansa, siempre espera tu regreso" miles de peregrinos llegaron hasta la Catedral Basílica desde donde se inició la marcha que fue congregando vecinos de todos los barrios, hasta convertirse en una multitud que con profunda unción católica agradecía los favores recibidos por Nuestra Madre Misericordiosa.
En el Año de la Misericordia, nuevamente las familias jujeñas pertenecientes a las parroquias de la capital y de Palpalá se sumaron con su oración y cánticos a esta tradicional y arraigada peregrinación de la comunidad católica para honrar a la Madre Protectora de los jujeños.
El ingreso de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya al santuario fue recibida por el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández y el rector del lugar, el sacerdote Héctor Barrera, junto a la presencia de numerosos sacerdotes provenientes de distintas parroquias.
Los pañuelos blancos agitados por hombres y mujeres emocionados, compungidos y agradecidos por los favores recibidos hicieron que las amenazadoras nubes se disiparan para darle lugar a un brillante sol que iluminó los rostros de los devotos, dejando ver ojos llenos de lágrimas, tímidas sonrisas o miradas puestas en algún punto lejano, intentando traer a la memoria algún recuerdo.
De esta manera se iniciaba la más importante fiesta católica de la provincia de Jujuy, que este año tendrá cinco peregrinaciones más, la próxima el viernes 7 y después los restantes domingo de octubre, donde miles de fieles le dirán presente a Nuestra Señora del Rosario.

"Dios es misericordia", dijo el obispo Fernández
"Al disiparse las nubes, es como si el cielo quisiera abrir un canal de comunicación entre Dios y todos nosotros", inició diciendo el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, la homilía brindada a los feligreses que llegaron acompañando a la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya.
"Podemos ver la alegría del Padre Dios, en este lugar que es nuestra casa, que es la casa de Dios", agregó.
"Durante todo este mes de octubre las peregrinaciones del 7 y de todos los domingos, nos convoca como todos los años a experimentar el abrazo del Padre en la casa de Dios, que es la Iglesia", señaló el obispo.
Posteriormente Fernández resaltó que "cada domingo podremos disfrutar de la alegría de ser hijos amados, salvados, perdonados", para acotar que "cada domingo celebrarán aquí la alegría de ser hijos amados. Hoy recibimos con cariño a los distintos grupos de la Divina Misericordia, que en nuestra Diócesis se hace presente permanentemente este testimonio de amor misericordioso de Dios".
"La palabra de Dios hoy nos ayuda a comprender cuál es la actitud permanente con el hombre", y remarcó el pastor de la Iglesia jujeña que "la Biblia no se cansa de repetir de la primera a la última página, Dios es misericordia. Esa misericordia que perdona, nuestro olvido, nuestra desatención con él. No se cansa de esperar, de perdonar o de buscarnos".
"Inmediatamente después nos dice que "amor con amor se paga". El amor de Dios para nosotros es infinito, en cambio el nuestro es un amor tacaño, le damos migajas. Tenemos que dejar que el amor de Dios nos gane el corazón".
También dijo que "el amor de Dios es lo más grande que tenemos, no hay riqueza que se le compare, ni la plata, ni la casita, ni lo más importante que podamos tener, no hay riqueza que se pueda comparar al amor de Dios. De qué sirve estar llenos de joyas si no tiene amor", se preguntó después.
Atención al peregrino
Los peregrinos que visiten el santuario de la Madre y Protectora de los jujeños, la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, no solamente cuentan con una importante atención espiritual.
El operativo diagramado y preparado por el padre Héctor Barrera cuenta con asistencia médica, policial y la presencia permanente de los Servidores de la Virgen, jóvenes pertenecientes a distintas parroquias de Palpalá, que acompañan a los miembros de Río Blanco.
Bárbara Di Pietro del Same informó a El Tribuno de Jujuy que se habían realizado alrededor de unas 150 atenciones a personas hipertensas, diabéticas y algunas por controles clínicos, ya que son varios los que concurren solamente por control de la presión.
El operativo de seguridad estuvo a cargo de la comisario inspector Ángela Cabero de la Unidad Regional 8 de Palpalá y la comisario Luciana Mercedes Ríos de la Subcomisaría de Río Blanco, acompañadas por cien efectivos, quienes informaron de la presencia de 5 a 6 mil personas que arribaron al lugar.
Los Servidores de la Virgen atendieron a los peregrinos que llegaron a muy temprana hora con mate cocido y bollo que se distribuía en un sector de atención a los feligreses.
Durante la celebración de las misas que se oficiaron en la jornada, los servidores provistos de botellas, repartían agua fresca.

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Como cada domingo de octubre, la feligresía jujeña al llamado de los sones de las bandas de sikuris concurre al encuentro de la "Mamita", para peregrinar junto a ella hasta el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya en una clara muestra de devoción, de esperanza y de fe.

Bajo el lema "Dios no se cansa, siempre espera tu regreso" miles de peregrinos llegaron hasta la Catedral Basílica desde donde se inició la marcha que fue congregando vecinos de todos los barrios, hasta convertirse en una multitud que con profunda unción católica agradecía los favores recibidos por Nuestra Madre Misericordiosa.
En el Año de la Misericordia, nuevamente las familias jujeñas pertenecientes a las parroquias de la capital y de Palpalá se sumaron con su oración y cánticos a esta tradicional y arraigada peregrinación de la comunidad católica para honrar a la Madre Protectora de los jujeños.
El ingreso de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya al santuario fue recibida por el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández y el rector del lugar, el sacerdote Héctor Barrera, junto a la presencia de numerosos sacerdotes provenientes de distintas parroquias.
Los pañuelos blancos agitados por hombres y mujeres emocionados, compungidos y agradecidos por los favores recibidos hicieron que las amenazadoras nubes se disiparan para darle lugar a un brillante sol que iluminó los rostros de los devotos, dejando ver ojos llenos de lágrimas, tímidas sonrisas o miradas puestas en algún punto lejano, intentando traer a la memoria algún recuerdo.
De esta manera se iniciaba la más importante fiesta católica de la provincia de Jujuy, que este año tendrá cinco peregrinaciones más, la próxima el viernes 7 y después los restantes domingo de octubre, donde miles de fieles le dirán presente a Nuestra Señora del Rosario.

"Dios es misericordia", dijo el obispo Fernández
"Al disiparse las nubes, es como si el cielo quisiera abrir un canal de comunicación entre Dios y todos nosotros", inició diciendo el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, la homilía brindada a los feligreses que llegaron acompañando a la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya.
"Podemos ver la alegría del Padre Dios, en este lugar que es nuestra casa, que es la casa de Dios", agregó.
"Durante todo este mes de octubre las peregrinaciones del 7 y de todos los domingos, nos convoca como todos los años a experimentar el abrazo del Padre en la casa de Dios, que es la Iglesia", señaló el obispo.
Posteriormente Fernández resaltó que "cada domingo podremos disfrutar de la alegría de ser hijos amados, salvados, perdonados", para acotar que "cada domingo celebrarán aquí la alegría de ser hijos amados. Hoy recibimos con cariño a los distintos grupos de la Divina Misericordia, que en nuestra Diócesis se hace presente permanentemente este testimonio de amor misericordioso de Dios".
"La palabra de Dios hoy nos ayuda a comprender cuál es la actitud permanente con el hombre", y remarcó el pastor de la Iglesia jujeña que "la Biblia no se cansa de repetir de la primera a la última página, Dios es misericordia. Esa misericordia que perdona, nuestro olvido, nuestra desatención con él. No se cansa de esperar, de perdonar o de buscarnos".
"Inmediatamente después nos dice que "amor con amor se paga". El amor de Dios para nosotros es infinito, en cambio el nuestro es un amor tacaño, le damos migajas. Tenemos que dejar que el amor de Dios nos gane el corazón".
También dijo que "el amor de Dios es lo más grande que tenemos, no hay riqueza que se le compare, ni la plata, ni la casita, ni lo más importante que podamos tener, no hay riqueza que se pueda comparar al amor de Dios. De qué sirve estar llenos de joyas si no tiene amor", se preguntó después.
Atención al peregrino
Los peregrinos que visiten el santuario de la Madre y Protectora de los jujeños, la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, no solamente cuentan con una importante atención espiritual.
El operativo diagramado y preparado por el padre Héctor Barrera cuenta con asistencia médica, policial y la presencia permanente de los Servidores de la Virgen, jóvenes pertenecientes a distintas parroquias de Palpalá, que acompañan a los miembros de Río Blanco.
Bárbara Di Pietro del Same informó a El Tribuno de Jujuy que se habían realizado alrededor de unas 150 atenciones a personas hipertensas, diabéticas y algunas por controles clínicos, ya que son varios los que concurren solamente por control de la presión.
El operativo de seguridad estuvo a cargo de la comisario inspector Ángela Cabero de la Unidad Regional 8 de Palpalá y la comisario Luciana Mercedes Ríos de la Subcomisaría de Río Blanco, acompañadas por cien efectivos, quienes informaron de la presencia de 5 a 6 mil personas que arribaron al lugar.
Los Servidores de la Virgen atendieron a los peregrinos que llegaron a muy temprana hora con mate cocido y bollo que se distribuía en un sector de atención a los feligreses.
Durante la celebración de las misas que se oficiaron en la jornada, los servidores provistos de botellas, repartían agua fresca.