Tras las palabras del Papa Francisco, "mucha gente se acercó a nuestra Iglesia y comentó que en su casa tenían cofres, en algunos casos desde hacía más de 30 años", informó Olidio Panigo, párroco de la Iglesia de Guadalupe, en Santa Fe, y agregó: "Cada vez son más las personas que deciden cremar a sus muertos".
En cuanto a la gestión que deben hacer los familiares para depositar las cenizas, Panigo explicó: "Hay que presentar el acta de defunción, las constancias, partidas, y completar un formulario".
En Jujuy, mientras tanto, el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya - a siete kilómetros al sur de San Salvador- tiene el único cinerario de la provincia, inaugurado el 10 de junio último, donde hasta ahora se depositaron las cenizas de ocho personas.
En Resistencia, la capital chaqueña, dos parroquias cuentan con un cinerario: la de Nuestra Señora de Itatí y la de San Roque.
La Arquidiócesis de La Plata, por su parte, cuenta con cinerarios en seis parroquias. Sin embargo, voceros del Arzobispado afirmaron que "la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos".
En Mendoza hay tres, uno en la Catedral, otro en Parroquia Sagrada Familia de Villa Nueva, Guaymallén, y el tercero en Nuestra Señora de la Candelaria, Maipú.
En la provincia de Neuquén hay dos parroquias con cinerarios: la Inmaculada Concepción de María, en la ciudad de Neuquén, y la de San José, en San Martín de los Andes.
En Río Negro, en cambio, no existen cinerarios, aunque el cura párroco del obispado de Viedma, Luis García, afirmó que "desde hace un tiempo" piensan ocupar un lugar de la catedral de esa ciudad para aquellos fieles que "quieran depositar las cenizas de sus seres queridos".
En la diócesis de Río Gallegos, que incluye a Santa Cruz y Tierra del Fuego, hay un solo cinerario, construido recientemente junto a la iglesia de El Calafate.
Esta nueva disposición del Vaticano ha suscitado diferentes opiniones y desacuerdos.
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Tras las palabras del Papa Francisco, "mucha gente se acercó a nuestra Iglesia y comentó que en su casa tenían cofres, en algunos casos desde hacía más de 30 años", informó Olidio Panigo, párroco de la Iglesia de Guadalupe, en Santa Fe, y agregó: "Cada vez son más las personas que deciden cremar a sus muertos".
En cuanto a la gestión que deben hacer los familiares para depositar las cenizas, Panigo explicó: "Hay que presentar el acta de defunción, las constancias, partidas, y completar un formulario".
En Jujuy, mientras tanto, el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya - a siete kilómetros al sur de San Salvador- tiene el único cinerario de la provincia, inaugurado el 10 de junio último, donde hasta ahora se depositaron las cenizas de ocho personas.
En Resistencia, la capital chaqueña, dos parroquias cuentan con un cinerario: la de Nuestra Señora de Itatí y la de San Roque.
La Arquidiócesis de La Plata, por su parte, cuenta con cinerarios en seis parroquias. Sin embargo, voceros del Arzobispado afirmaron que "la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos".
En Mendoza hay tres, uno en la Catedral, otro en Parroquia Sagrada Familia de Villa Nueva, Guaymallén, y el tercero en Nuestra Señora de la Candelaria, Maipú.
En la provincia de Neuquén hay dos parroquias con cinerarios: la Inmaculada Concepción de María, en la ciudad de Neuquén, y la de San José, en San Martín de los Andes.
En Río Negro, en cambio, no existen cinerarios, aunque el cura párroco del obispado de Viedma, Luis García, afirmó que "desde hace un tiempo" piensan ocupar un lugar de la catedral de esa ciudad para aquellos fieles que "quieran depositar las cenizas de sus seres queridos".
En la diócesis de Río Gallegos, que incluye a Santa Cruz y Tierra del Fuego, hay un solo cinerario, construido recientemente junto a la iglesia de El Calafate.
Esta nueva disposición del Vaticano ha suscitado diferentes opiniones y desacuerdos.