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Argentina cumplirá con la orden papal

Lunes, 31 de octubre de 2016 01:30
Varias de las principales diócesis católicas aseguraron estar preparadas para cumplir con la disposición del Vaticano que prohibió conservar las cenizas de los fieles cremados en el hogar, esparcirlas en la naturaleza o dividirlas entre los familiares, ya que cuentan con cinerarios para recibir las urnas en un espacio consagrado y adecuado para el recuerdo y la oración.
Tras las palabras del Papa Francisco, "mucha gente se acercó a nuestra Iglesia y comentó que en su casa tenían cofres, en algunos casos desde hacía más de 30 años", informó Olidio Panigo, párroco de la Iglesia de Guadalupe, en Santa Fe, y agregó: "Cada vez son más las personas que deciden cremar a sus muertos".
En cuanto a la gestión que deben hacer los familiares para depositar las cenizas, Panigo explicó: "Hay que presentar el acta de defunción, las constancias, partidas, y completar un formulario".
En Jujuy, mientras tanto, el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya - a siete kilómetros al sur de San Salvador- tiene el único cinerario de la provincia, inaugurado el 10 de junio último, donde hasta ahora se depositaron las cenizas de ocho personas.
En Resistencia, la capital chaqueña, dos parroquias cuentan con un cinerario: la de Nuestra Señora de Itatí y la de San Roque.
La Arquidiócesis de La Plata, por su parte, cuenta con cinerarios en seis parroquias. Sin embargo, voceros del Arzobispado afirmaron que "la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos".
En Mendoza hay tres, uno en la Catedral, otro en Parroquia Sagrada Familia de Villa Nueva, Guaymallén, y el tercero en Nuestra Señora de la Candelaria, Maipú.
En la provincia de Neuquén hay dos parroquias con cinerarios: la Inmaculada Concepción de María, en la ciudad de Neuquén, y la de San José, en San Martín de los Andes.
En Río Negro, en cambio, no existen cinerarios, aunque el cura párroco del obispado de Viedma, Luis García, afirmó que "desde hace un tiempo" piensan ocupar un lugar de la catedral de esa ciudad para aquellos fieles que "quieran depositar las cenizas de sus seres queridos".
En la diócesis de Río Gallegos, que incluye a Santa Cruz y Tierra del Fuego, hay un solo cinerario, construido recientemente junto a la iglesia de El Calafate.
Esta nueva disposición del Vaticano ha suscitado diferentes opiniones y desacuerdos.

“Es una decisión muy personal”
La instrucción emitida por el Vaticano el martes último “no traerá grandes cambios”, ya que la decisión de cremar los restos de los difuntos es “muy personal”; afirmó el investigador Hernán Vizari, y agregó que antes que religiosos, “somos seres individuales”.
“El recuerdo pasa por uno”, afirmó, y agregó que si alguien pide que sus cenizas sean esparcidas en algún lugar específico, sus seres queridos lo recordarán “cada vez que pasen por ahí”.
Además, comentó que en los últimos “10 o 15 años hubo un resurgimiento de los cinerarios en las iglesias” argentinas debido a que se fueron perdiendo los rituales del velatorio, las pompas fúnebres y el de ir al cementerio.
“La pérdida de estos rituales no tiene que ver con falta de cariño, sino con otros factores, como el dinero necesario para mantener una sepultura, las condiciones en que están algunos cementerios públicos y el costo de los cementerios privados”, apuntó. Y continuó: “También sucede que ir al cementerio les hace mal a algunas personas”.
Según el investigador, la instrucción anunciada por la Santa Sede es “llamativa”, ya que “va a destiempo, retrocede”, mientras que los dichos del Papa suelen estar orientados a “aggiornar la iglesia y están más a tono con los tiempos”, evaluó.

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Varias de las principales diócesis católicas aseguraron estar preparadas para cumplir con la disposición del Vaticano que prohibió conservar las cenizas de los fieles cremados en el hogar, esparcirlas en la naturaleza o dividirlas entre los familiares, ya que cuentan con cinerarios para recibir las urnas en un espacio consagrado y adecuado para el recuerdo y la oración.
Tras las palabras del Papa Francisco, "mucha gente se acercó a nuestra Iglesia y comentó que en su casa tenían cofres, en algunos casos desde hacía más de 30 años", informó Olidio Panigo, párroco de la Iglesia de Guadalupe, en Santa Fe, y agregó: "Cada vez son más las personas que deciden cremar a sus muertos".
En cuanto a la gestión que deben hacer los familiares para depositar las cenizas, Panigo explicó: "Hay que presentar el acta de defunción, las constancias, partidas, y completar un formulario".
En Jujuy, mientras tanto, el Santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya - a siete kilómetros al sur de San Salvador- tiene el único cinerario de la provincia, inaugurado el 10 de junio último, donde hasta ahora se depositaron las cenizas de ocho personas.
En Resistencia, la capital chaqueña, dos parroquias cuentan con un cinerario: la de Nuestra Señora de Itatí y la de San Roque.
La Arquidiócesis de La Plata, por su parte, cuenta con cinerarios en seis parroquias. Sin embargo, voceros del Arzobispado afirmaron que "la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos".
En Mendoza hay tres, uno en la Catedral, otro en Parroquia Sagrada Familia de Villa Nueva, Guaymallén, y el tercero en Nuestra Señora de la Candelaria, Maipú.
En la provincia de Neuquén hay dos parroquias con cinerarios: la Inmaculada Concepción de María, en la ciudad de Neuquén, y la de San José, en San Martín de los Andes.
En Río Negro, en cambio, no existen cinerarios, aunque el cura párroco del obispado de Viedma, Luis García, afirmó que "desde hace un tiempo" piensan ocupar un lugar de la catedral de esa ciudad para aquellos fieles que "quieran depositar las cenizas de sus seres queridos".
En la diócesis de Río Gallegos, que incluye a Santa Cruz y Tierra del Fuego, hay un solo cinerario, construido recientemente junto a la iglesia de El Calafate.
Esta nueva disposición del Vaticano ha suscitado diferentes opiniones y desacuerdos.

“Es una decisión muy personal”
La instrucción emitida por el Vaticano el martes último “no traerá grandes cambios”, ya que la decisión de cremar los restos de los difuntos es “muy personal”; afirmó el investigador Hernán Vizari, y agregó que antes que religiosos, “somos seres individuales”.
“El recuerdo pasa por uno”, afirmó, y agregó que si alguien pide que sus cenizas sean esparcidas en algún lugar específico, sus seres queridos lo recordarán “cada vez que pasen por ahí”.
Además, comentó que en los últimos “10 o 15 años hubo un resurgimiento de los cinerarios en las iglesias” argentinas debido a que se fueron perdiendo los rituales del velatorio, las pompas fúnebres y el de ir al cementerio.
“La pérdida de estos rituales no tiene que ver con falta de cariño, sino con otros factores, como el dinero necesario para mantener una sepultura, las condiciones en que están algunos cementerios públicos y el costo de los cementerios privados”, apuntó. Y continuó: “También sucede que ir al cementerio les hace mal a algunas personas”.
Según el investigador, la instrucción anunciada por la Santa Sede es “llamativa”, ya que “va a destiempo, retrocede”, mientras que los dichos del Papa suelen estar orientados a “aggiornar la iglesia y están más a tono con los tiempos”, evaluó.

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