"La causa está como en un principio", sin personas detenidas y sin avances en las investigaciones, destacan.
A principios de este mes el fiscal general del Ministerio de la Acusación Sergio Lello Sánchez había dispuesto que el fiscal N§ 6 Gustavo Araya sea el auditor de la causa. Esta situación da cuenta de lo delicado que es el tema, respecto a las acusaciones que la familia Aramayo hizo pública desde que conocieron el crimen de su hija.
"Por empezar, el cuerpo de mi hija apareció con golpes contundentes y específicos, que según pude saber los agresores sabían donde pegar. Esto fue corroborado cuando me entrevisté con el médico forense que examinó el cadáver de Romina. Tenía signos de defensas, marcas de borcegos en el cuerpo y golpes contundentes con un objeto similar a lo de una tonfa, las que usan los policías, además fue brutalmente abusada y asesinada en otro lugar donde apareció", dijo Juan Aramayo.
La familia Aramayo apunta a comisarios que mantenían "otro tipo de trato" con Fontanet, dueño del local nocturno Wolf Nigth Club, donde Aramayo trabajaba.
"Tengo la certeza que a mi hija la mataron policías por orden de Fontanet, es por eso que el fiscal no quiere avanzar en la investigación", dijo Juan Víctor Aramayo.
Cabe recordar que Romina, el 4 de abril de ese año, salió desde Libertador General San Martín junto a quien fuera "su mejor amiga", Yesica Pantoja. Se "alojaron" en un hotel residencial de la vieja Terminal y de ahí no se supo más de ella.
"Yésica sabe más de lo que declaró. Admitió haber ido al Wolf Nigth esa noche con Romina, pero dijo que después fueron a la residencial y ella a las 10 de la mañana dijo que tenía que cobrarle un dinero a un arquitecto y se fue. Nosotros tuvimos que hacer el trabajo de Farfán, nos entrevistamos con los dueños del residencial y tuvimos acceso al registro de personas. Nos damos con que Yésica y una mujer tucumana habían pedido una habitación, pero mi hija nunca estuvo ahí".
Otro punto, si se quiere el determinante de estas y todas las investigaciones, es el teléfono celular de la víctima. "La línea estaba a nombre de mi papá y cuando le planteamos al fiscal Farfán que solicite la sábana de registros de llamadas a la empresa Claro de los últimos días con vida de Romina, él se enfureció y nos dijo que eso es imposible, que demora más de un año. Sin embargo fui personalmente a la empresa, lo solicité y al instante me lo dieron", dijo Pamela, hermana de Romina.
Continuando con su relato la mujer dijo que "peor fue lo que sucedió después, le hicimos entrega de ese registro fundamental para la causa a Farfán y hasta el día de la fecha desconocemos qué hizo con el registro de llamadas", concluyó la hermana de la víctima.
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"La causa está como en un principio", sin personas detenidas y sin avances en las investigaciones, destacan.
A principios de este mes el fiscal general del Ministerio de la Acusación Sergio Lello Sánchez había dispuesto que el fiscal N§ 6 Gustavo Araya sea el auditor de la causa. Esta situación da cuenta de lo delicado que es el tema, respecto a las acusaciones que la familia Aramayo hizo pública desde que conocieron el crimen de su hija.
"Por empezar, el cuerpo de mi hija apareció con golpes contundentes y específicos, que según pude saber los agresores sabían donde pegar. Esto fue corroborado cuando me entrevisté con el médico forense que examinó el cadáver de Romina. Tenía signos de defensas, marcas de borcegos en el cuerpo y golpes contundentes con un objeto similar a lo de una tonfa, las que usan los policías, además fue brutalmente abusada y asesinada en otro lugar donde apareció", dijo Juan Aramayo.
La familia Aramayo apunta a comisarios que mantenían "otro tipo de trato" con Fontanet, dueño del local nocturno Wolf Nigth Club, donde Aramayo trabajaba.
"Tengo la certeza que a mi hija la mataron policías por orden de Fontanet, es por eso que el fiscal no quiere avanzar en la investigación", dijo Juan Víctor Aramayo.
Cabe recordar que Romina, el 4 de abril de ese año, salió desde Libertador General San Martín junto a quien fuera "su mejor amiga", Yesica Pantoja. Se "alojaron" en un hotel residencial de la vieja Terminal y de ahí no se supo más de ella.
"Yésica sabe más de lo que declaró. Admitió haber ido al Wolf Nigth esa noche con Romina, pero dijo que después fueron a la residencial y ella a las 10 de la mañana dijo que tenía que cobrarle un dinero a un arquitecto y se fue. Nosotros tuvimos que hacer el trabajo de Farfán, nos entrevistamos con los dueños del residencial y tuvimos acceso al registro de personas. Nos damos con que Yésica y una mujer tucumana habían pedido una habitación, pero mi hija nunca estuvo ahí".
Otro punto, si se quiere el determinante de estas y todas las investigaciones, es el teléfono celular de la víctima. "La línea estaba a nombre de mi papá y cuando le planteamos al fiscal Farfán que solicite la sábana de registros de llamadas a la empresa Claro de los últimos días con vida de Romina, él se enfureció y nos dijo que eso es imposible, que demora más de un año. Sin embargo fui personalmente a la empresa, lo solicité y al instante me lo dieron", dijo Pamela, hermana de Romina.
Continuando con su relato la mujer dijo que "peor fue lo que sucedió después, le hicimos entrega de ese registro fundamental para la causa a Farfán y hasta el día de la fecha desconocemos qué hizo con el registro de llamadas", concluyó la hermana de la víctima.