La medida, estudiada por expertos de la Universidad Austral, pasa por aumentar de manera significativa la posición supina para dormir, es decir boca arriba, y la lactancia materna a los dos meses de vida.
"La intervención educativa es clave para mejorar la adhesión a los hábitos de sueño seguro que reducen su riesgo y atenúan la tasa de incidencia del síndrome", dice la investigación de la casa de altos estudios.
El estudio se realizó a través de una encuesta a 550 familias de recién nacidos en Pilar, en el Hospital Universitario Austral y en el Hospital Municipal Comodoro Meisner.
Se les entregó a las personas un material escrito explicando las pautas del sueño seguro, y se realizaron reuniones grupales con los pacientes, las actividades fueron encabezadas por personal médico y no médico de diferentes instituciones dedicadas a la salud.
Las medidas de crianza saludable abarcadas por la intervención educativa que se realizaron como parte de la investigación fueron: la posición supina para dormir; la lactancia materna exclusiva; la no exposición al humo de tabaco; evitar las instancias de colecho inseguro; que el bebé duerma en un lugar seguro, en la misma habitación que los padres y el uso del chupete a partir del mes de edad, entre otras medidas denominadas de sueño seguro.
Los resultados
Entre los principales resultados se demostró que sólo el 42% de los bebés recién nacidos en Pilar, a los dos meses, dormían en la posición supina o boca arriba.
Luego de esta intervención educativa se registró un aumento del 35% en la posición supina para dormir, mientras que el colecho a los dos meses de edad bajó del 31 al 17%.
Además, se redujo el hábito de colocar a dormir a los bebés en "huevitos" o sillitas de paseo con situación de riesgo, del 15 al 2%, y la lactancia materna exclusiva aumentó un 11%.
Sin embargo, no se observaron cambios significativos en relación al conviviente fumador, que fue del 27% para ambos grupos y en el uso del chupete a los 60 días de vida, que subió 4%.
Sobre la perseverancia del humo de tabaco, el director del Departamento Materno Infantil del Hospital Austral y profesor de Pediatría en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, Manuel Rocca Rivarola, comentó que "es mucho más complejo combatir ese aspecto debido a que es una adicción".
Con respecto al controvertido colecho, Rocca Rivarola afirmó que "es importante el contacto, piel a piel, con la madre, pero hay varias circunstancias de colecho que ponen en riesgo al bebé".
Y entre esas situaciones, señaló que las zona de riesgo es cuando el bebé es pequeño -de menos de 3 a 4 meses-, cuando son prematuros, cuando los padres fuman, toman alcohol, consumen drogas o sedantes, cuando se duerme en un sofá o sillón, cuando hay múltiples personas en la cama, o en casos de cansancio extremo en la madre.
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La medida, estudiada por expertos de la Universidad Austral, pasa por aumentar de manera significativa la posición supina para dormir, es decir boca arriba, y la lactancia materna a los dos meses de vida.
"La intervención educativa es clave para mejorar la adhesión a los hábitos de sueño seguro que reducen su riesgo y atenúan la tasa de incidencia del síndrome", dice la investigación de la casa de altos estudios.
El estudio se realizó a través de una encuesta a 550 familias de recién nacidos en Pilar, en el Hospital Universitario Austral y en el Hospital Municipal Comodoro Meisner.
Se les entregó a las personas un material escrito explicando las pautas del sueño seguro, y se realizaron reuniones grupales con los pacientes, las actividades fueron encabezadas por personal médico y no médico de diferentes instituciones dedicadas a la salud.
Las medidas de crianza saludable abarcadas por la intervención educativa que se realizaron como parte de la investigación fueron: la posición supina para dormir; la lactancia materna exclusiva; la no exposición al humo de tabaco; evitar las instancias de colecho inseguro; que el bebé duerma en un lugar seguro, en la misma habitación que los padres y el uso del chupete a partir del mes de edad, entre otras medidas denominadas de sueño seguro.
Los resultados
Entre los principales resultados se demostró que sólo el 42% de los bebés recién nacidos en Pilar, a los dos meses, dormían en la posición supina o boca arriba.
Luego de esta intervención educativa se registró un aumento del 35% en la posición supina para dormir, mientras que el colecho a los dos meses de edad bajó del 31 al 17%.
Además, se redujo el hábito de colocar a dormir a los bebés en "huevitos" o sillitas de paseo con situación de riesgo, del 15 al 2%, y la lactancia materna exclusiva aumentó un 11%.
Sin embargo, no se observaron cambios significativos en relación al conviviente fumador, que fue del 27% para ambos grupos y en el uso del chupete a los 60 días de vida, que subió 4%.
Sobre la perseverancia del humo de tabaco, el director del Departamento Materno Infantil del Hospital Austral y profesor de Pediatría en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, Manuel Rocca Rivarola, comentó que "es mucho más complejo combatir ese aspecto debido a que es una adicción".
Con respecto al controvertido colecho, Rocca Rivarola afirmó que "es importante el contacto, piel a piel, con la madre, pero hay varias circunstancias de colecho que ponen en riesgo al bebé".
Y entre esas situaciones, señaló que las zona de riesgo es cuando el bebé es pequeño -de menos de 3 a 4 meses-, cuando son prematuros, cuando los padres fuman, toman alcohol, consumen drogas o sedantes, cuando se duerme en un sofá o sillón, cuando hay múltiples personas en la cama, o en casos de cansancio extremo en la madre.