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Tradiciones aún intactas

Jueves, 03 de noviembre de 2016 01:30
A pesar del paso de los años, las familias jujeñas de la capital conservan sus tradiciones intactas y ayer en el Día de los fieles difuntos visitaron los cementerios de la ciudad llevando flores y coronas para el arreglo de las tumbas. Muchas además, entre plegarias, compartieron las comidas, bebidas y todos los placeres en vida de los allegados, incluso la música.

Las visitas fueron constantes en las necrópolis, el cementerio que recibió mayor cantidad de personas fue el Nuestra Señora del Rosario, donde numerosas familias además de limpiar y rezar crearon un entorno de alegría para recordar a sus difuntos.

Rodeando las tumbas, las familias compartieron bebidas típicas, como chicha, y también vino y cerveza. Otros además colocaron cigarrillos y ofrendas en la tierra para compartir los alimentos con las almas de sus seres queridos. Este fue el caso de la familia de Olga Ríos, que repite la costumbre desde hace muchos años de visitar a sus familiares en el cementerio "para recordarlos repitiendo lo que más les gustaba hacer".

A pocos metros, la familia Cachamba, en la voz de la abuela Silveria, comentó a El Tribuno de Jujuy el paso a paso de la costumbre. En primer lugar, la mujer indicó que todo el grupo familiar debe concurrir al cementerio temprano para escuchar misa, luego rezar por sus difuntos y también por las almas olvidadas, para luego dirigirse a la tumba de sus familiares. Allí comienza la limpieza, para luego colocar las flores y finalmente orar en familia mientras se comparten los alimentos y bebidas.

Este año además, pudo escucharse música en el cementerio. Es que una banda de sikuris honró a una de las impulsoras del conjunto que falleció este año y es un "alma nueva".

Se trató de la familia Giménez -Quispe, que honró con sus instrumentos a Sixta Quispe, que cada año colaboraba con la banda que visitaba a la Virgen de Punta Corral para honrar a la "mamita del cerro".
El hijo de la difunta, Raúl Quispe, aseguró que como cada familia traslada al cementerio lo que más le gustaba a su ser querido, ellos decidieron honrar a su madre con música. Al atardecer las familias retornaron a sus hogares donde se llevó a cabo "el reparto de ofrendas".

Estructura colapsada

Durante la mañana, la primera acción de las familias en la necrópolis fue el aseo, pero muchos se vieron impedidos por la falta de agua, problema resuelto más tarde por cisternas. También hubo arduos esfuerzos por combatir el dengue. El subdirector de cementerios, Cristian Alancay, aseguró que la falta del líquido elemento sucedió porque se estaba reparando una cañería en las inmediaciones, pero tuvieron la previsión de tener dos tanques cisternas.
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A pesar del paso de los años, las familias jujeñas de la capital conservan sus tradiciones intactas y ayer en el Día de los fieles difuntos visitaron los cementerios de la ciudad llevando flores y coronas para el arreglo de las tumbas. Muchas además, entre plegarias, compartieron las comidas, bebidas y todos los placeres en vida de los allegados, incluso la música.

Las visitas fueron constantes en las necrópolis, el cementerio que recibió mayor cantidad de personas fue el Nuestra Señora del Rosario, donde numerosas familias además de limpiar y rezar crearon un entorno de alegría para recordar a sus difuntos.

Rodeando las tumbas, las familias compartieron bebidas típicas, como chicha, y también vino y cerveza. Otros además colocaron cigarrillos y ofrendas en la tierra para compartir los alimentos con las almas de sus seres queridos. Este fue el caso de la familia de Olga Ríos, que repite la costumbre desde hace muchos años de visitar a sus familiares en el cementerio "para recordarlos repitiendo lo que más les gustaba hacer".

A pocos metros, la familia Cachamba, en la voz de la abuela Silveria, comentó a El Tribuno de Jujuy el paso a paso de la costumbre. En primer lugar, la mujer indicó que todo el grupo familiar debe concurrir al cementerio temprano para escuchar misa, luego rezar por sus difuntos y también por las almas olvidadas, para luego dirigirse a la tumba de sus familiares. Allí comienza la limpieza, para luego colocar las flores y finalmente orar en familia mientras se comparten los alimentos y bebidas.

Este año además, pudo escucharse música en el cementerio. Es que una banda de sikuris honró a una de las impulsoras del conjunto que falleció este año y es un "alma nueva".

Se trató de la familia Giménez -Quispe, que honró con sus instrumentos a Sixta Quispe, que cada año colaboraba con la banda que visitaba a la Virgen de Punta Corral para honrar a la "mamita del cerro".
El hijo de la difunta, Raúl Quispe, aseguró que como cada familia traslada al cementerio lo que más le gustaba a su ser querido, ellos decidieron honrar a su madre con música. Al atardecer las familias retornaron a sus hogares donde se llevó a cabo "el reparto de ofrendas".

Estructura colapsada

Durante la mañana, la primera acción de las familias en la necrópolis fue el aseo, pero muchos se vieron impedidos por la falta de agua, problema resuelto más tarde por cisternas. También hubo arduos esfuerzos por combatir el dengue. El subdirector de cementerios, Cristian Alancay, aseguró que la falta del líquido elemento sucedió porque se estaba reparando una cañería en las inmediaciones, pero tuvieron la previsión de tener dos tanques cisternas.
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