El doble ataque sacudió las inmediaciones del estadio del Besiktas, en el centro de Estambul, pasadas las 22 hora local, media hora después del final del partido de este club contra el visitante, Bursaspor.
Los espectadores ya habían abandonado el recinto deportivo, pero quedaban las dotaciones de la policía antidisturbios que fueron el blanco del atentado, como han confirmado ayer las autoridades turcas.
Un coche bomba estalló al lado de un furgón policial ante una de las puertas del estadio, y menos de un minuto más tarde, un suicida se inmoló entre un grupo de agentes en el cercano parque Ma‡ka, al otro lado del recinto.
Treinta de los muertos son policías, siete son civiles y uno queda por identificar, indicaron ayer las autoridades, que habían hablado de 25 muertos y 49 heridos.
En la operación posterior, la policía detuvo a 13 personas por sus supuestos vínculos con los atentados, aunque el Ministro del Interior, Suleyman Soylu, no ofreció más detalles porque las investigaciones continúan.
Varios portavoces del gobierno señalaron que "todos los indicios apuntan al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)", la guerrilla kurda, pero en la tarde de ayer el atentado fue reivindicado por los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK).
Este grupúsculo se presenta como una escisión radical del PKK, aunque el gobierno la considera simplemente una "marca subsidiaria" del ese grupo armado para cometer atentados que darían mala imagen.
En un texto difundido en su web, el TAK señala que los atentados fueron cometidos por dos personas en "una acción de sacrificio" y que el objetivo no era la población turca sino la policía.
El TAK se ha atribuido diversos ataques y atentados especialmente cruentos desde 2004.
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El doble ataque sacudió las inmediaciones del estadio del Besiktas, en el centro de Estambul, pasadas las 22 hora local, media hora después del final del partido de este club contra el visitante, Bursaspor.
Los espectadores ya habían abandonado el recinto deportivo, pero quedaban las dotaciones de la policía antidisturbios que fueron el blanco del atentado, como han confirmado ayer las autoridades turcas.
Un coche bomba estalló al lado de un furgón policial ante una de las puertas del estadio, y menos de un minuto más tarde, un suicida se inmoló entre un grupo de agentes en el cercano parque Ma‡ka, al otro lado del recinto.
Treinta de los muertos son policías, siete son civiles y uno queda por identificar, indicaron ayer las autoridades, que habían hablado de 25 muertos y 49 heridos.
En la operación posterior, la policía detuvo a 13 personas por sus supuestos vínculos con los atentados, aunque el Ministro del Interior, Suleyman Soylu, no ofreció más detalles porque las investigaciones continúan.
Varios portavoces del gobierno señalaron que "todos los indicios apuntan al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)", la guerrilla kurda, pero en la tarde de ayer el atentado fue reivindicado por los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK).
Este grupúsculo se presenta como una escisión radical del PKK, aunque el gobierno la considera simplemente una "marca subsidiaria" del ese grupo armado para cometer atentados que darían mala imagen.
En un texto difundido en su web, el TAK señala que los atentados fueron cometidos por dos personas en "una acción de sacrificio" y que el objetivo no era la población turca sino la policía.
El TAK se ha atribuido diversos ataques y atentados especialmente cruentos desde 2004.