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La "Peña Colorada" magia y misterio

Domingo, 18 de diciembre de 2016 10:28
<p>DESDE LAS ALTURAS/ LA PEÑA COLORADA ES UN LUGAR LLENO DE MAGIA Y MISTERIO.</p>

Siguiendo el trayecto de la ruta Nacional Nº 34 y antes de ingresar al puente Emilio Lozano, conocido como puente San Pedro, nos dirigimos hacia el Este, hasta llegar al empalme de la Ruta Provincial Nº 1, que nos conducirá hacia un místico punto geológico que ostenta una belleza incalculable.

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Siguiendo el trayecto de la ruta Nacional Nº 34 y antes de ingresar al puente Emilio Lozano, conocido como puente San Pedro, nos dirigimos hacia el Este, hasta llegar al empalme de la Ruta Provincial Nº 1, que nos conducirá hacia un místico punto geológico que ostenta una belleza incalculable.

El cielo, el paisaje nos seducen invitándonos a descubrir cada misterio que se rinde ante nuestra mirada: la Peña Colorada, bellísima joya geográfica que se levanta en este selvático solar sampedreño.

La Peña Colorada, un sitio con personalidad propia, forma parte de la enigmática orografía del departamento San Pedro. Se encuentra a 2 Km. de la ciudad cabecera, San Pedro de Jujuy, en un paraje denominado San Lucas. Está ubicada el sudeste del departamento San Pedro, a una altura de 578 mt sobre el nivel del mar, con un clima subtropical propio de la región.

Este imponente paisaje, toma esta denominación por su color característico, adquirido a causa de los sedimentos arcillosos que la componen. Debido a la fisonomía de su formación, su fisonomía es siempre cautivante, diferente e irrepetible. El viento y la lluvia, cual arcilla en manos de artesano, le dan un aspecto siempre distinto, imposible de reeditar.

Al pie y en las laderas de la Peña Colorada, se despliega una flora y fauna típica de las regiones subtropicales, donde aparecen salpicadas especies propias del monte xerófilo, como cactus, arbustos espinosos, chaguas y otras especies de gran belleza.

En búsqueda del tesoro

En este sitio, magia y misterio se conjugan en perfecta sinfonía para recrear las más increíbles historias que pueblan la memoria popular. Leyendas narradas por los lugareños cuentan que en enigmáticas noches, en este lugar deambulan desaparecidos y se observan vestigios pertenecientes al oro de "los tapados", aquellos tesoros misteriosos que se creen enloquecieron a los más audaces aventureros, que lo arriesgaron todo en pos de su búsqueda.

La historia nos relata que en el siglo XVIII se denominaban Barrancas Coloradas de San Lucas y el paraje donde se sitúa era conocido como Cruz de Valero. La Merced de las tierras de Cruz de Valero, fue hecha por el Gobernador de Tucumán don Juan Victoriano Martínez del Tineo y dada en posesión por Felipe Vallejo a Francisco Rangel en 1754, un vecino llegado a San Salvador de Jujuy en 1730. Rangel era soldado en el Fuerte Río Negro y había participado en las campañas del Chaco realizadas para doblegar a los nativos que ofrecían resistencias.

Años más tarde, en 1760 aproximadamente, un adolescente español, Ventura José de Marquiegui se afincó en Jujuy. Con el paso de los años se convirtió en un poderoso terrateniente y llegó a ostentar el grado de Coronel de los Reales Ejércitos de España en Jujuy.

La tradición popular cuenta que en esa época, los Marquiegui, adquirieron entre otras, una propiedad en tierras de la Pampa de San Pedro, llamada Hacienda San Lucas e hicieron construir un largo túnel con la intención de unir la hacienda con la localidad de Pampa Blanca.

El pasadizo partía de la Casa Sala y debía servir como segura vía de escape o estratégica abertura para defensa en casos de sitio o ataque de aborígenes, malhechores u otros enemigos. Ante las circunstancias mencionadas, la familia Marquiegui buscó poner a resguardo su fortuna, consistente en un cuantioso tesoro de oro y plata, en cofres que fueron cargados en una carreta y trasladados al túnel. Un cura allegado a la familia habría recibido los datos relacionados con la fortuna familiar en secreto de confesión. De algún modo ciertas referencias al tesoro comenzaron a circular y los propietarios acusaron al religioso de la supuesta infidencia. Decidieron ajusticiarlo y luego de darle muerte lo decapitaron condenándolo a que su "alma en pena" deambule eternamente por los aledaños a la boca del túnel con la misión de vigilar y ahuyentar a los intrusos que osaran acercarse. A su vez los dueños de la carreta fabulosa recibieron el castigo divino de jamás recuperar esos tesoros por haber tomado la justicia en manos propias.

Con el paso de los años la carreta habría quedado sepultada por un derrumbe borrándose así todo rastro del túnel.

La historia del túnel, la carreta y el tesoro corrió como un reguero de pólvora y muchos intentaron hallar el sitio exacto donde quedó sepultada tan inmensa riqueza. Algunos no la encontraron y otros, de quienes se supone se toparon con ella, desaparecieron sin dejar rastros o recibieron tal susto que no se atrevieron a hablar jamás de lo sucedido.

Lo cierto es que hasta hoy este misterio no fue esclarecido y se lo relaciona con la aparición de luces fulgurantes, con baqueanos desaparecidos y curas sin cabeza. Hechos reales o no forman parte de la historia y de la geografía de un punto en este celeste y blanco territorio argentino.