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El grupo EI mató a casi 50 soldados

Lunes, 19 de diciembre de 2016 01:30
En medio de una guerra que parece no tener fin y que se profundiza ante la indiferencia del mundo, el Estado Islámico (EI) mató ayer a 49 soldados que hacían cola frente a un cuartel para recibir su paga mensual en el segundo atentado suicida que golpea al Ejército en el sur de Yemen en esta semana.
El atacante se acercó a la cola y activó su cinturón de explosivos frente al cuartel militar de la Seguridad Central de Al Saulaban, el mismo lugar en donde hace ocho días otros 36 reclutas murieron en un atentado.
A través de un comunicado difundido en las redes sociales, el grupo EI reivindicó ambos atentados.
El cuartel atacado se encuentra en la zona de Al Arish, no muy lejos del aeropuerto de Aden, a unos 20 kilómetros al este de la ciudad, la más importante del sur y la que se convirtió en la capital provisional del Gobierno internacionalmente reconocido de Abdo Rabu Mansur Hadi, luego que el movimiento rebelde hutí tomara Sanaá, la capital oficial de Yemen.
A finales de marzo de 2015 y tras el triunfo del movimiento rebelde hutí sobre gran parte del país más pobre del mundo árabe, Arabia Saudita, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición de 10 Estados árabes para restituir al presidente reconocido por la comunidad internacional, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Desde entonces los bombardeos aéreos de la coalición regional y los combates en el terreno entre los rebeldes hutíes y sus aliados, y las tribus y las milicias pro Hadi convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla. Además, el vacío de poder y el espiral de violencia permitió el crecimiento de Al Qaeda y la instalación del EI, dos milicias religiosas radicales y brutales.
A lo largo de este año, el Estado Islámico lanzó ataques y atentados en distintas provincias y ciudades, siempre aprovechando el caos, la desilusión y la destrucción provocada por casi dos años de guerra.
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En medio de una guerra que parece no tener fin y que se profundiza ante la indiferencia del mundo, el Estado Islámico (EI) mató ayer a 49 soldados que hacían cola frente a un cuartel para recibir su paga mensual en el segundo atentado suicida que golpea al Ejército en el sur de Yemen en esta semana.
El atacante se acercó a la cola y activó su cinturón de explosivos frente al cuartel militar de la Seguridad Central de Al Saulaban, el mismo lugar en donde hace ocho días otros 36 reclutas murieron en un atentado.
A través de un comunicado difundido en las redes sociales, el grupo EI reivindicó ambos atentados.
El cuartel atacado se encuentra en la zona de Al Arish, no muy lejos del aeropuerto de Aden, a unos 20 kilómetros al este de la ciudad, la más importante del sur y la que se convirtió en la capital provisional del Gobierno internacionalmente reconocido de Abdo Rabu Mansur Hadi, luego que el movimiento rebelde hutí tomara Sanaá, la capital oficial de Yemen.
A finales de marzo de 2015 y tras el triunfo del movimiento rebelde hutí sobre gran parte del país más pobre del mundo árabe, Arabia Saudita, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición de 10 Estados árabes para restituir al presidente reconocido por la comunidad internacional, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Desde entonces los bombardeos aéreos de la coalición regional y los combates en el terreno entre los rebeldes hutíes y sus aliados, y las tribus y las milicias pro Hadi convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla. Además, el vacío de poder y el espiral de violencia permitió el crecimiento de Al Qaeda y la instalación del EI, dos milicias religiosas radicales y brutales.
A lo largo de este año, el Estado Islámico lanzó ataques y atentados en distintas provincias y ciudades, siempre aprovechando el caos, la desilusión y la destrucción provocada por casi dos años de guerra.

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