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A manera de balance...

Lunes, 26 de diciembre de 2016 10:00
<p>GERARDO RUBEN MORALES. Un año con luces y sombras</p>

Hace un año, los jujeños transitábamos los días finales de un año terrible. Alborotados por la instalación de un nuevo gobierno, entusiasmados por los deseos de terminar con las grietas, el autoritarismo y el monodiscurso exitista que se quedaba atrás con la derrota del kircherismo. Dejábamos de ser parte de la Suiza Sudamericana y caíamos de golpe en situación de simples sudacas caminando dentro de un terreno minado ex profeso. Gerardo Rubén Morales comenzaba a enterarse con precisión de la herencia recibida, mientras en sus barbas Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, le instalaba un feroz acampe, como para rayarle la cancha, creyendo que de esa manera, podría retener la omnipotencia de sus métodos y actividades. La jefa tupaquera, en ese momento, para Jujuy, y también para el país y el mundo, era nada más que la misma piquetera de los diez años anteriores, desafiando a una pulseada al flamante ocupante de San Martín 450. Quizás sobrevaloró su capacidad de maniobra aún sin tener ya ni la jugosa billetera ni el madrinazgo político de la Casa Rosada a su entera disposición. Quizás también subestimó la inflexibilidad y la tozudez del gobernador. El choque era inevitable. El GM maniobró hacia una Justicia totalmente diferente, que les desató las manos a muchos fiscales y jueces designados en quince años de fellnerismo y designó otros tantos, desde el STJ hasta el último peldaño del Poder, de obvia y explícita simpatía con la Unión Cívica Radical. Los jujeños no le objetaban nada. El peronismo derrotado sólo atinaba a mirar y mascullar su bronca. La gente que mayoritariamente había dado su voto a Cambia Jujuy miraba con satisfacción los primeros pasos del gobierno y hasta le toleraba de buen grado algunas designaciones. Los nuevos dueños del poder político comenzaron muy temprano a transitar los caminos de la soberbia. Con la espalda apoyada en las urnas, más el súbito y casi farandulesco romance entre los viejos enemigos, GM y Mauricio Macri, se vistieron de una autosuficiencia que aún imaginan eterna. Los tupaqueros comenzaron entonces, a percibir que la batalla estaba perdida, y el poder intelectual detrás del poder callejero de la otrora poderosa Organización Barrial Tupac Amaru comenzó a administrar la estrategia de convertir a la dirigente social y violenta piquetera profesional, en una presa política.

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Hace un año, los jujeños transitábamos los días finales de un año terrible. Alborotados por la instalación de un nuevo gobierno, entusiasmados por los deseos de terminar con las grietas, el autoritarismo y el monodiscurso exitista que se quedaba atrás con la derrota del kircherismo. Dejábamos de ser parte de la Suiza Sudamericana y caíamos de golpe en situación de simples sudacas caminando dentro de un terreno minado ex profeso. Gerardo Rubén Morales comenzaba a enterarse con precisión de la herencia recibida, mientras en sus barbas Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, le instalaba un feroz acampe, como para rayarle la cancha, creyendo que de esa manera, podría retener la omnipotencia de sus métodos y actividades. La jefa tupaquera, en ese momento, para Jujuy, y también para el país y el mundo, era nada más que la misma piquetera de los diez años anteriores, desafiando a una pulseada al flamante ocupante de San Martín 450. Quizás sobrevaloró su capacidad de maniobra aún sin tener ya ni la jugosa billetera ni el madrinazgo político de la Casa Rosada a su entera disposición. Quizás también subestimó la inflexibilidad y la tozudez del gobernador. El choque era inevitable. El GM maniobró hacia una Justicia totalmente diferente, que les desató las manos a muchos fiscales y jueces designados en quince años de fellnerismo y designó otros tantos, desde el STJ hasta el último peldaño del Poder, de obvia y explícita simpatía con la Unión Cívica Radical. Los jujeños no le objetaban nada. El peronismo derrotado sólo atinaba a mirar y mascullar su bronca. La gente que mayoritariamente había dado su voto a Cambia Jujuy miraba con satisfacción los primeros pasos del gobierno y hasta le toleraba de buen grado algunas designaciones. Los nuevos dueños del poder político comenzaron muy temprano a transitar los caminos de la soberbia. Con la espalda apoyada en las urnas, más el súbito y casi farandulesco romance entre los viejos enemigos, GM y Mauricio Macri, se vistieron de una autosuficiencia que aún imaginan eterna. Los tupaqueros comenzaron entonces, a percibir que la batalla estaba perdida, y el poder intelectual detrás del poder callejero de la otrora poderosa Organización Barrial Tupac Amaru comenzó a administrar la estrategia de convertir a la dirigente social y violenta piquetera profesional, en una presa política.

Operativo exitoso

Así, con argumentos cuyo peso legal aún hoy se discute, la señora Sala, ex conductora "ad hoc" de muchos destinos personales y políticas provinciales, ex diputada provincial, legisladora del Parlasur sin asumir, fue buscada, esposada y detenida. Luego la justicia debió emprolijar la fortaleza de los motivos de la detención. Y los tupaqueros fueron generosos con los motivos que les arrrimaron: bolsones con millones retirados del Banco Nación, filmados y mostrados al mundo; denuncias recargadas de tupaqueros arrepentidos, vinculaciones evidentes con las rutas del dinero K, viejas denuncias y antiguos juicios dormidos de las épocas en que la Policía era casi tupaquera y la Justicia demasiado pusilánime para acorralar a las fuerzas milagristas, comenzaron a reactivarse. Y hasta apareció una especie de club cuyos asociados son las víctimas de MS, que relatan con dolorosa precisión los atropellos y tormentos a que los sometía, para encerrarlos dentro de un régimen de servidumbre y casi esclavitud. Por cuerdas separadas el "operativo presa política" se instaló en el corazón kirchnerista, que encontraba en "negra, coya y pobre" dirigente jujeña, una bandera y un motivo sostener de nuevo su relato acerca de los desposeídos y excluídos. La gente de Jujuy, aplaudió masivamente los movimientos del gobierno, y más aún, fortaleció ese sentimiento, a medida que día a día, llegaban dirigentes porteños de todo calibre, que se solidarizaban con la detenida, en la mayoría de los casos, sin tener la menor idea de los acontecimientos que la provincia había vivido en manos de la Tupac. Claro, a ellos, los jujeños les importaban un tereso. Ni siquiera se percataron de que ninguno de los examigos, exsocios políticos y exsocios de Milagro Sala en Jujuy, levantaba una sola voz de adhesión a "la lucha". Porque lo que realmente hacían era engordar la estrategia de la "presa política" para aumentar la fuerza del giro de la causa a nivel nacional e internacional. Y tuvieron un rotundo éxito. Y el gobierno jujeño no visualizó lo que se venía. Menospreció advertencias de la prensa bien intencionada, jamás apretó el acelerador en un sistema de comunicación institucional inteligente –a pesar de tener hasta las vías libres en muchos importantes aparatos mediáticos nacionales- para abortar o al menos amortiguar el impacto de los operativos tupaqueros. Y termina pagando muy caro esa dejadez. Hoy, la señora es mundialmente famosa por su cautiverio y sólo se habla de eso. Las terribles causas en su contra son un magro complemento a la hora de las discusiones, o se menosprecian como la escenografía diseñada por un gobierno ávido de revancha, y se las desplaza totalmente del centro de gravedad de la cuestión. A Macri lo aprietan de todos lados. Los organismos internacionales que Argentina integra demandan la libertad de la exdiputada, y sólo se habla de que nuestro país debe hacerles caso. Nadie dice que integrar esos organismos no nos obliga a la mansedumbre frente a sus exigencias, ni a la capitulación de nuestros derechos y nuestra soberanía jurídica y política. Hoy, a cinco días de terminar el año. Estamos así, con un ingrediente más que podrá ser decisivo: a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya llegó el caso Sala. La sala segunda de la Cámara Federal de Casación, con los votos de los jueces Ángela E. Ledesma y Alejandro W. Slokar (¿resabios de la colonización K?), concedieron el recurso extraordinario federal interpuesto por la defensa de la jefa tupaquera en el proceso donde se denuncia la "privación ilegal de la libertad de la diputada del Parlasur". Esa cámara habla de los fueros parlamentarios de Sala, lo que llevaría al caso a tener implicancia internacional para el gobierno argentino. Dicen esos jueces "ante el posible riesgo de colocar al Estado en situación de responder a nivel internacional, corresponde habilitar la vía intentada". Llevado el tema a un agravio a los tratados internacionales, es sabido que la única instancia con competencia para revisar la cuestión, es la Corte Suprema de Justicia. No hace falta demasiada imaginación para avizorar cuál podría ser la decisión de la Corte. ¿Estará preparado el gobierno para una eventual adversidad? Como sea, una fuerte arremetida de Navidad mientras finalizaba el juicio por los famosos huevazos al exsenador GM y a Leandro Despouy (exAGN) mostró nuevamente la horrible violencia generada por la provocación de diestros provocadores –hubo legisladores hasta funcionarios santacruceños de derechos humanos) que también obtuvieron lo que querían: reinstalar en Jujuy y el país la grieta feroz, y obtener las fotos de la "feroz represión" que ya están dando la vuelta al mundo. Este juicio terminará pasado mañana cuando se conozca la sentencia. Llamó poderosamente la atención, entre legos y en el ámbito judicial, que la fiscalía haya solicitado una pena de tres años de detención condicional. Al parecer todos imaginaban que esos funcionarios del ministerio público, iban a estar más cerca del reclamo de la querella (ocho años de prisión), que del de la defensa (absolución). Y no por el hecho del mero revanchismo, sino porque a pesar de ser una causa bastante diet, conlleva en si todo lo de emblemático de una época de ley de la selva en Jujuy. De todos modos, los neófitos esperamos respetuosos la sentencia para seguir analizando el nuevo juicio, esta vez contravencional, por el famoso acampe, y luego, los que vendrán en el 2017, que ya incluirán a funcionarios encumbrados de la gestión pasada y sus necesarias conexiones. La síntesis es clara: dice el refrán, crea un mártir, y tendrás un líder. Los responsables ¿asumirán la responsabilidad de su creación?

Estamos mal, ¿vamos bien?

Lo demás, es una mezcla de política y gestión en un tiempo de inflación, recesión, temores y esperanzas vivas. El gobernador se enteró de la real situación de Jujuy meses después de asumir. Quizás haya todavía áreas que mantienen sus secretos en las sombras. La excelente relación con el gobierno nacional le permitió pisar fuerte, y pensar en que sus tiempos en la conducción provincial, hoy por hoy, no tienen fronteras. Para ello contribuye fuertemente, la propia capacidad de trabajo del GM, que después de la campaña electoral, siguió siendo la única locomotora visible del tren del gobierno. Arrastra o empuja a su gabinete, según sean terrenos planos o subidas. Son muy pocos los funcionarios de primer nivel que aportan motores auxiliares. La mayoría se deja llevar. Compelido por la estrechez financiera, el GM instaló un raro paradigma: se solía decir que gobernar es poblar, gobernar es educar, o gobernar es dar trabajo. En Jujuy 2016, gobernar fue firmar convenios y realizar anuncios. Está muy bien si lo hace el gobernador, quien desde la altura de sus responsabilidades, marca la cancha, diseña estrategias y prepara los rumbos para la marcha general. Pero el hábito se derramó hasta el cuarto o quinto nivel del gobierno, donde funcionarios recién llegados anuncian pomposos emprendimientos a futuro, enclaustrados en cartas de intención que hoy, no resistirían ser revisadas. Sin embargo, el GM avanzó. Pacificó la provincia, puso un corte a algunas arbitrariedades del sindicalismo estatal, garantizó la paz social, se metió de lleno en el proyecto de Jujuy verde y la producción de energía solar, inauguró obras menores pero igualmente importantes, y pudo sostener la previsibilidad de sueldos, aguinaldos, y aunque con flaquísimo perfil, otorgó un bono de fin de año hasta donde la billetera le alcanzó. En el haber de los anuncios, siguen las maravillas prometidas por el plan Belgrano, el fin del martirio del Ingenio La Esperanza, el ansiado comienzo de la nueva ruta 34, el reverdecer real de las cooperativas de trabajo y la recuperación de la velocidad y eficacia de la obra pública y la producción privada. Y no es que no se hayan hecho cosas, pero cuando las promesas superan a las posibilidades, cada fecha anticipada con más entusiasmo que responsabilidad, cada realización demorada, termina convertido en fracaso a plazo fijo. Se esperaba un "retiro espiritual", y quizás el retiro voluntario de más de algún ocupante de despachos oficiales. Por ahora sólo enroques sin relevancia. ¿El GM estará plenamente satisfecho de lo gestionado en todos los nichos de la administración?

Faltará plata, ¿sobrará política?

La discusión sobre el impuesto a los ingresos, revolcó a Jujuy en Buenos Aires. Reemplazar los mil millones que perderá la provincia con el 41.5% del nuevo gravamen al juego y otros, está por verse. Mientras tanto, el ministerio del Interior deberá asegurarnos la nivelación de los desembolsos hacia Jujuy a través de los ATN, versión siempre discrecional y peligrosa de sometimiento al gobierno federal. Se espera la Ley de promoción de las economías regionales, que lleva a concretarse tras años de pelea de la CAME en el Congreso. Los legisladores jujeños apoyaron, excepto uno, Alejandro Snopek (FR), quien a pesar de mostrarse en Jujuy como autor principal del proyecto en Bs. As. votó en contra (en contra de sí mismo), y se espera también una dura pelea el año próximo por la continuidad del ritmo de la obra pública. La buena noticia en este ámbito fue el cierre del oprobioso capítulo de la obra de doble trocha de la ruta 9 entre San Salvador y Yala. Ese mismo día, se informó que el nuevo aeropuerto Internacional Horacio Guzmán comenzará a construir en marzo. El presupuesto provincial 2017 anuncia de manera optimista más de 2.000 millones de déficit y hace vislumbrar discusiones de hacha y tiza en la Legislatura. La política se recalentará después de carnaval. La UCR, quizás recupere vida, el peronismo intervenido por el mendocino Celso Jaque, quizás encuentre un camino de salida a su delicada situación, y pueda aportarle algo a la provincia, desde su valiosa experiencia como realizador y manejador del poder, a través de los años. Quizás los dirigentes gremiales, puedan iniciar un trasvasamiento hacia la generación que pide pista, y si eso ocurre, tal vez, sólo tal vez, se asiente sobre la comarca una nueva forma de dialogar, con menos personalismos asfixiantes, con menos egoísmos, y con el comienzo del debate hacia una grandeza provinciana imprescindible para seguir vigentes en un siglo que se lleva puesto al que duda.

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