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El padre Pedro Pérez celebra hoy 50 años de sacerdocio

Domingo, 04 de diciembre de 2016 01:30
DEDICADO AL SERVICIO EL PADRE PEDRO PÉREZ HOY CUMPLE 50 AÑOS DE SACERDOCIO.
El padre Pedro Pérez celebrará hoy sus 50 años de sacerdocio, ya que fue ordenado en Entre Ríos en 1966. Luego de recorrer varios destinos y pasar por vicisitudes llegó a Jujuy en 1990. Actualmente se desempeña en la parroquia San Lucas donde se celebrará la misa junto a invitados de las comunidades eclesiásticas en las que estuvo y la local.

La celebración será hoy con una misa que se iniciará a las 11 con el obispo Daniel Fernández. Se prevé recibir a excompañeros, misioneros y pares de Entre Ríos, otras provincias y del barrio Malvinas, del movimiento Siloe, con quienes compartirán luego un almuerzo en la escuela Santa Rosa del barrio homónimo.
Con parsimoniosa voz y tranquilidad el padre Pedro Pérez recibió a El Tribuno de Jujuy y relató su trayectoria desde su ordenación sacerdotal, su paso por varias congregaciones, su unión a los Hermanos Salesianos, su labor docente y su interés por vivir acompañando a la gente más necesitada brindando asistencia y padeciendo muchas de sus dificultades.

Actualmente tiene 76 años, rodeado de innumerables figuras producto seguramente de obsequios, de los libros con los que complementó su formación y el sonido del correr del agua de una pequeña fuente en su oficina, enumeró los destinos que tuvo y reflexionó intentando contar la experiencia de vida sacerdotal.
Recordó que fue ordenado el 4 de diciembre de 1966 en Paraná, Entre Ríos, provincia de la que es oriundo donde estuvo 11 años, al principio en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde trabajó con jóvenes de escuelas segundarias, universitarios, colegios religiosos; y en 1970 fue la Catedral paranaense por dos años.
"Soy hijo del Concilio Vaticano II que planteó como una renovación de la Iglesia. Revisar muchas cosas, teníamos el conflicto de ciencia y fe", explicó asegurando que en el camino hubo dificultades porque gente conservadora no aceptaba, si bien coincidía con una tendencia latinoamericana y había un grupo de sacerdotes en contacto que se apoyaban.

Comenzó a trabajar en 1972 con los hermanos de Lasalle, y desde la Catedral se fue planteando que no debía hablar de los pobres sin estar a su lado, por lo que fue a vivir un año y medio a una casa de familia, mientras trabajaba en un colegio y atendía la capilla San Roque donde vivió experiencias en la labor con los pobres.
Sin embargo en el colegio por ese tipo de catequesis que su grupo anunciaba, el obispo no aceptó lo que hacían y lo instó a no trabajar allí con lo cual fue convocado con los hermanos lasallanos a Buenos Aires en 1977 y trabajó en un colegio de 3 mil alumnos hasta 1981.

Se planteó no obstante el lugar donde debía estar y ese año se fue a la Diócesis de Añatuya, en el pueblo Campo Gallo de Santiago del Estero, donde se encargó de la pastoral en la campaña en 26 escuelas rurales con un grupo de misioneros, donde vivieron duras experiencias por falta de agua y acercando salud con agentes sanitarios y médicos, retiros y asambleas. Se formó en Ecuador a donde viajó a cursos intensivos.
El padre Pedro fue invitado a Jujuy y llegó el 17 de febrero de 1990. Se instaló en la comunidad de los hermanos Lasalle del barrio Malvinas.

Lugar en el mundo
En 1997 terminó su labor en Malvinas y pidió un año sabático en el Noviciado de los hermanos La Salle en Córdoba. A su regreso el obispo Marcelo Palentini lo destinó a la parroquia San Lucas, que pertenece a la congregación del Verbo Divino y las Hermanas Misioneras del Espíritu Santo, el 14 de febrero de 1999 con el padre Julio Fernández, quien ya falleció, y el seminarista Jorge Avendaño.
Organizaron el coro, escuela de formación, charlas de laicos y religiosos, impulsaron la catequesis familiar, animadores de comunidades, para cubrir los 18 barrios ya que San Lucas es la sede parroquial. Sin embargo el padre Pérez no dejó de enseñar en la Escuela La Salle hasta este año en que se jubiló de
En este destino en el que continúa comenzó a tener problemas de salud, artritis rematoidea y un accidente por el que perdió un ojo, pese a que antes había recibido trasplante de córnea en dos ocasiones. Destacó el acompañamiento de Julio Fernández, Oscar Zerpa, Ricardo López, Santos Fernández y seminaristas, y debido a su enfermedad fue asignado el párroco Juan Leiva para que lo acompañe. "Por ahora esta es mi casa, mi lugar. Me queda este año dedicarlo a reflexionar, revisión de toda mi vida, darle gracias a Dios, a nuestro pueblo".

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El padre Pedro Pérez celebrará hoy sus 50 años de sacerdocio, ya que fue ordenado en Entre Ríos en 1966. Luego de recorrer varios destinos y pasar por vicisitudes llegó a Jujuy en 1990. Actualmente se desempeña en la parroquia San Lucas donde se celebrará la misa junto a invitados de las comunidades eclesiásticas en las que estuvo y la local.

La celebración será hoy con una misa que se iniciará a las 11 con el obispo Daniel Fernández. Se prevé recibir a excompañeros, misioneros y pares de Entre Ríos, otras provincias y del barrio Malvinas, del movimiento Siloe, con quienes compartirán luego un almuerzo en la escuela Santa Rosa del barrio homónimo.
Con parsimoniosa voz y tranquilidad el padre Pedro Pérez recibió a El Tribuno de Jujuy y relató su trayectoria desde su ordenación sacerdotal, su paso por varias congregaciones, su unión a los Hermanos Salesianos, su labor docente y su interés por vivir acompañando a la gente más necesitada brindando asistencia y padeciendo muchas de sus dificultades.

Actualmente tiene 76 años, rodeado de innumerables figuras producto seguramente de obsequios, de los libros con los que complementó su formación y el sonido del correr del agua de una pequeña fuente en su oficina, enumeró los destinos que tuvo y reflexionó intentando contar la experiencia de vida sacerdotal.
Recordó que fue ordenado el 4 de diciembre de 1966 en Paraná, Entre Ríos, provincia de la que es oriundo donde estuvo 11 años, al principio en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde trabajó con jóvenes de escuelas segundarias, universitarios, colegios religiosos; y en 1970 fue la Catedral paranaense por dos años.
"Soy hijo del Concilio Vaticano II que planteó como una renovación de la Iglesia. Revisar muchas cosas, teníamos el conflicto de ciencia y fe", explicó asegurando que en el camino hubo dificultades porque gente conservadora no aceptaba, si bien coincidía con una tendencia latinoamericana y había un grupo de sacerdotes en contacto que se apoyaban.

Comenzó a trabajar en 1972 con los hermanos de Lasalle, y desde la Catedral se fue planteando que no debía hablar de los pobres sin estar a su lado, por lo que fue a vivir un año y medio a una casa de familia, mientras trabajaba en un colegio y atendía la capilla San Roque donde vivió experiencias en la labor con los pobres.
Sin embargo en el colegio por ese tipo de catequesis que su grupo anunciaba, el obispo no aceptó lo que hacían y lo instó a no trabajar allí con lo cual fue convocado con los hermanos lasallanos a Buenos Aires en 1977 y trabajó en un colegio de 3 mil alumnos hasta 1981.

Se planteó no obstante el lugar donde debía estar y ese año se fue a la Diócesis de Añatuya, en el pueblo Campo Gallo de Santiago del Estero, donde se encargó de la pastoral en la campaña en 26 escuelas rurales con un grupo de misioneros, donde vivieron duras experiencias por falta de agua y acercando salud con agentes sanitarios y médicos, retiros y asambleas. Se formó en Ecuador a donde viajó a cursos intensivos.
El padre Pedro fue invitado a Jujuy y llegó el 17 de febrero de 1990. Se instaló en la comunidad de los hermanos Lasalle del barrio Malvinas.

Lugar en el mundo
En 1997 terminó su labor en Malvinas y pidió un año sabático en el Noviciado de los hermanos La Salle en Córdoba. A su regreso el obispo Marcelo Palentini lo destinó a la parroquia San Lucas, que pertenece a la congregación del Verbo Divino y las Hermanas Misioneras del Espíritu Santo, el 14 de febrero de 1999 con el padre Julio Fernández, quien ya falleció, y el seminarista Jorge Avendaño.
Organizaron el coro, escuela de formación, charlas de laicos y religiosos, impulsaron la catequesis familiar, animadores de comunidades, para cubrir los 18 barrios ya que San Lucas es la sede parroquial. Sin embargo el padre Pérez no dejó de enseñar en la Escuela La Salle hasta este año en que se jubiló de
En este destino en el que continúa comenzó a tener problemas de salud, artritis rematoidea y un accidente por el que perdió un ojo, pese a que antes había recibido trasplante de córnea en dos ocasiones. Destacó el acompañamiento de Julio Fernández, Oscar Zerpa, Ricardo López, Santos Fernández y seminaristas, y debido a su enfermedad fue asignado el párroco Juan Leiva para que lo acompañe. "Por ahora esta es mi casa, mi lugar. Me queda este año dedicarlo a reflexionar, revisión de toda mi vida, darle gracias a Dios, a nuestro pueblo".