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Merkel fue reelegida como presidente de su partido

Miércoles, 07 de diciembre de 2016 01:30
<div>ANGELA MERKEL / LA CANCILLER FUE REELEGIDA COMO PRESIDENTE DE SU PARTIDO.</div><div>
La canciller alemana, Angela Merkel, fue reelegida como presidenta de su partido, la Unión Cristiano demócrata (CDU), con un 89,5 por ciento de los votos, su segundo peor resultado registrado hasta la fecha tras el 88,4 por ciento cosechado en 2004.
La líder, única candidata para este puesto y que aspira a su cuarto mandato en las próximas elecciones de septiembre de 2017, vuelve a consagrarse como líder de la formación conservadora que dirige hace 17 años por novena vez consecutiva.
Minutos previos a la votación, más de mil delegados partidarios se reunieron en el Congreso Federal de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Essen, en el oeste del país y escucharon a su líder que endureció su discurso migratorio ante una ultraderecha en ascenso y de cara a las elecciones de 2017, en las que aspira a un cuarto período en el cargo.
"No todos los 890 mil refugiados que llegaron pueden y deben quedarse aquí", dijo.
El tablero político de Alemania no se separa del resto de Europa. Allí figura el partido populista de derecha y tintes xenófobos Alternativa para Alemania (AfD), que según los sondeos se convertiría en tercera fuerza política en el país y supo capitalizar el descontento del votante conservador alemán con sus críticas a la gestión de la crisis migratoria de Merkel.
Ante esta avanzada, la canciller propuso una línea más dura en su política de refugiados: "una situación como la que vivimos en el verano de 2015 no se puede y no se debe repetir", sostuvo, aunque garantizó que cada una de las solicitudes de asilo se evaluará individualmente para determinar si sustenta el derecho a quedarse.
"Ese es mi objetivo político tanto en Alemania como en Europa", aseguró.
En este sentido, la mandataria defendió el acuerdo de deportación firmado con Turquía que, según dijo, sirve para que los refugiados no queden en manos de los traficantes de personas.
Pero con firmeza, Merkel sostuvo que quiere frenar la migración ilegal y acabar con las causas para que nadie deba abandonar su país de origen. "Es una vergenza que no se haya logrado poner en marcha un corredor humanitario", recalcó y dijo que cuando una protesta contra un acuerdo de libre comercio suma más manifestantes que otra que exige un acuerdo para el suministro de víveres en Alepo, "entonces algo no va bien en el ámbito político".
De cara a sumar las voluntades de su partido y de seguir en campaña, la líder calificó ayer de "impresionante" el balance de sus once años al frente del gobierno y destacó que bajo su mandato se logró reducir a la mitad del número de desempleados en la primera economía europea.
"Sólo en los últimos cinco años se logró crear 2,7 millones de nuevos puestos de trabajo", subrayó la canciller al tiempo que recordó que, por primera vez, en el país la población activa supera los 43 millones.
"Éramos el enfermo de Europa, ahora somos el ancla de estabilidad. Esto muestra que una política inteligente puede cambiar algo las cosas", recalcó Merkel.
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La canciller alemana, Angela Merkel, fue reelegida como presidenta de su partido, la Unión Cristiano demócrata (CDU), con un 89,5 por ciento de los votos, su segundo peor resultado registrado hasta la fecha tras el 88,4 por ciento cosechado en 2004.
La líder, única candidata para este puesto y que aspira a su cuarto mandato en las próximas elecciones de septiembre de 2017, vuelve a consagrarse como líder de la formación conservadora que dirige hace 17 años por novena vez consecutiva.
Minutos previos a la votación, más de mil delegados partidarios se reunieron en el Congreso Federal de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Essen, en el oeste del país y escucharon a su líder que endureció su discurso migratorio ante una ultraderecha en ascenso y de cara a las elecciones de 2017, en las que aspira a un cuarto período en el cargo.
"No todos los 890 mil refugiados que llegaron pueden y deben quedarse aquí", dijo.
El tablero político de Alemania no se separa del resto de Europa. Allí figura el partido populista de derecha y tintes xenófobos Alternativa para Alemania (AfD), que según los sondeos se convertiría en tercera fuerza política en el país y supo capitalizar el descontento del votante conservador alemán con sus críticas a la gestión de la crisis migratoria de Merkel.
Ante esta avanzada, la canciller propuso una línea más dura en su política de refugiados: "una situación como la que vivimos en el verano de 2015 no se puede y no se debe repetir", sostuvo, aunque garantizó que cada una de las solicitudes de asilo se evaluará individualmente para determinar si sustenta el derecho a quedarse.
"Ese es mi objetivo político tanto en Alemania como en Europa", aseguró.
En este sentido, la mandataria defendió el acuerdo de deportación firmado con Turquía que, según dijo, sirve para que los refugiados no queden en manos de los traficantes de personas.
Pero con firmeza, Merkel sostuvo que quiere frenar la migración ilegal y acabar con las causas para que nadie deba abandonar su país de origen. "Es una vergenza que no se haya logrado poner en marcha un corredor humanitario", recalcó y dijo que cuando una protesta contra un acuerdo de libre comercio suma más manifestantes que otra que exige un acuerdo para el suministro de víveres en Alepo, "entonces algo no va bien en el ámbito político".
De cara a sumar las voluntades de su partido y de seguir en campaña, la líder calificó ayer de "impresionante" el balance de sus once años al frente del gobierno y destacó que bajo su mandato se logró reducir a la mitad del número de desempleados en la primera economía europea.
"Sólo en los últimos cinco años se logró crear 2,7 millones de nuevos puestos de trabajo", subrayó la canciller al tiempo que recordó que, por primera vez, en el país la población activa supera los 43 millones.
"Éramos el enfermo de Europa, ahora somos el ancla de estabilidad. Esto muestra que una política inteligente puede cambiar algo las cosas", recalcó Merkel.

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