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Multitudinaria presencia en los corsos sampedreños

Martes, 23 de febrero de 2016 01:30
<div>LA PERLA DEL RAMAL / LAS BELLEZAS DE LAS COMPARSAS ARTISTICAS SON ATRACCIÓN</div><div>
Con un despliegue multicolor, que no logró opacar ni siquiera el chaparrón que se desató en la noche y madrugada del domingo, los artistas del Carnaval, dieron rienda suelta a la magia y al talento en lo que fue el último pasaje puntuable, ante una nutrida concurrencia que se deleitó ante el paso de cada uno de los números artísticos.
La presidente de la Comecor, profesora Norma Massa, sostuvo que se cumplieron las ocho noches previstas y adelantó que se está contemplando la posibilidad de una novena noche, iniciativa que todavía se estaba consensuando entre los artistas, los integrantes de la comisión y las autoridades municipales.
Agradecimiento
Al realizar un balance de los corsos, Norma Massa tuvo palabras de agradecimiento hacia todos los artistas, destacando que son los verdaderos protagonistas de la fiesta, "agradezco también al intendente Julio Bravo por la confianza depositada en mi persona y hago extensivo este agradecimiento a todos los jóvenes integrantes de la Comecor, que estuvieron presentes en todo momento. Sabemos que hay cosas que corregir, cosas que se pueden hacer mejor, siempre pensando en los artistas, este año se realizó un baile y fueron los artistas los que pusieron bufet para vender comidas y bebidas y pudieron sumar así alguna ayuda económica, además el subsidio que entregó el ejecutivo y el adelanto que hizo entrega la Comecor".
El pasaje artístico
Como cada año, los artistas no escatimaron esfuerzos para brindarse de lleno, no sólo en las destacadas y particulares coreografías, sino en la presentación de cada uno de sus trajes y disfraces que como siempre denotaron la dedicación al momento de confeccionarlos.
Ataviados con plumas y lentejuelas, ponchos y ojotas impregnados con aromas de albahaca y papel picado, gigantescos mascarones, trajes bordados artesanalmente y maquillajes artísticos, entre otros, los principales protagonistas de los corsos, al ritmo contagiante de pimpines, batucadas y danzas ancestrales, recrearon la magia del carvanal sampedreño, merecidamente designada capital provincial del carnaval. Durante las ocho noches establecidas por la Comercor, la presencia de los artistas del carnaval, convocó a una multitud que colmó cada sector del circuito y pudo, en familia, disfrutar a pleno de los corsos.
Así realizaron su pasaje por el circuito las distintas comparsas, cada una en su rubro presentando sofisticadas coreografías y una exquisita creatividad que cada año sorprende.
También tuvieron un papel preponderante los disfraces individuales que recrearon personajes ficticios y humorísticos. Algo para destacar fue la alegoría de la carroza oficial de la Comecor, hermosa obra que cobró vida en las manos del profesor Néstor Humacata.
Las comparsas
En los corsos sampedreños, nada queda librado al azar, desde la preparación de los trajes y las coreografías que se van diseñando en la intimidad de las casas de sus integrantes. Y cuando febrero se anuncia en el calendario, esos sueños acunados durante días y noches de desvelos, se cristalizan ante la mirada llena de asombro del público que con su presencia y el efusivo aplauso, llegan de alguna manera a recompensar el sacrificio que cada artista realiza para mostrar su arte.
Los corsos sampedreños, dejarían de tener el encanto festivo sin la presencia del Pim pim, danza y sentir ancestral de la cultura Aba guaraní que en toda esta región, mantienen vivas sus raíces y los ritos que permitieron su permanencia en el tiempo. Los coloridos tipoy de las mujeres, y las "mascaritas", van dibujando en el aire, destellos de una raza indómita.
También las murgas forman parte de esta fiesta carnestolenda donde sus jóvenes participantes con colorida indumentaria, dan rienda suelta al feliz encuentro con el carnaval, en tanto que las comparsas folclóricas, rubro que cada año crece en su número de integrantes como en la imponente riqueza y lujo de sus trajes. Con ritmo de saya, acercan el abrazo fraterno del hermano país de Bolivia. Terciopelo, sombreros y cascabeles, se combinan con perfecta armonía en cada coreografía que las transforma en uno de los rubros favoritos de cada noche de carnaval.
Las comparsas autóctonas, traen la música alegre del norte, impregnando el circuito con aromas de albahaca, serpentina y el papel picado, dibujando en la extensa pasarela el picaresco rostro del carnaval que se deleita entre las renegridas trenzas de las cholitas. Polleras multicolores, chuspas de las que brota el regocijo por la fiesta tan esperada, aguayos y banderas que se despliegan al viento. Las comparsas indígenas, son sin dudas, las favoritas de los niños y de adultos que se extasían con la majestuosidad de los disfraces y las máscaras gigantes. Constituyen una auténtica reminiscencia aborigen de las grandes culturas que habitaron la tierra americana.
Las comparsas artísticas, por su parte, son también las favoritas de la platea, especialmente, la masculina que se deleita con la presencia y el encanto de las bellas jóvenes, que al ritmo de batucadas y con el deslumbrante detalle de perlas, plumas y lentejuelas, los cuerpos se contornean y expresan con rutilante gracia, el encanto del carnaval, cada noche a lo largo de todo el circuito oficial.
También los tinkus han cobrado una destacada participación, con su ancestral danza ceremonial, traída desde el vecino país de Bolivia.

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Con un despliegue multicolor, que no logró opacar ni siquiera el chaparrón que se desató en la noche y madrugada del domingo, los artistas del Carnaval, dieron rienda suelta a la magia y al talento en lo que fue el último pasaje puntuable, ante una nutrida concurrencia que se deleitó ante el paso de cada uno de los números artísticos.
La presidente de la Comecor, profesora Norma Massa, sostuvo que se cumplieron las ocho noches previstas y adelantó que se está contemplando la posibilidad de una novena noche, iniciativa que todavía se estaba consensuando entre los artistas, los integrantes de la comisión y las autoridades municipales.
Agradecimiento
Al realizar un balance de los corsos, Norma Massa tuvo palabras de agradecimiento hacia todos los artistas, destacando que son los verdaderos protagonistas de la fiesta, "agradezco también al intendente Julio Bravo por la confianza depositada en mi persona y hago extensivo este agradecimiento a todos los jóvenes integrantes de la Comecor, que estuvieron presentes en todo momento. Sabemos que hay cosas que corregir, cosas que se pueden hacer mejor, siempre pensando en los artistas, este año se realizó un baile y fueron los artistas los que pusieron bufet para vender comidas y bebidas y pudieron sumar así alguna ayuda económica, además el subsidio que entregó el ejecutivo y el adelanto que hizo entrega la Comecor".
El pasaje artístico
Como cada año, los artistas no escatimaron esfuerzos para brindarse de lleno, no sólo en las destacadas y particulares coreografías, sino en la presentación de cada uno de sus trajes y disfraces que como siempre denotaron la dedicación al momento de confeccionarlos.
Ataviados con plumas y lentejuelas, ponchos y ojotas impregnados con aromas de albahaca y papel picado, gigantescos mascarones, trajes bordados artesanalmente y maquillajes artísticos, entre otros, los principales protagonistas de los corsos, al ritmo contagiante de pimpines, batucadas y danzas ancestrales, recrearon la magia del carvanal sampedreño, merecidamente designada capital provincial del carnaval. Durante las ocho noches establecidas por la Comercor, la presencia de los artistas del carnaval, convocó a una multitud que colmó cada sector del circuito y pudo, en familia, disfrutar a pleno de los corsos.
Así realizaron su pasaje por el circuito las distintas comparsas, cada una en su rubro presentando sofisticadas coreografías y una exquisita creatividad que cada año sorprende.
También tuvieron un papel preponderante los disfraces individuales que recrearon personajes ficticios y humorísticos. Algo para destacar fue la alegoría de la carroza oficial de la Comecor, hermosa obra que cobró vida en las manos del profesor Néstor Humacata.
Las comparsas
En los corsos sampedreños, nada queda librado al azar, desde la preparación de los trajes y las coreografías que se van diseñando en la intimidad de las casas de sus integrantes. Y cuando febrero se anuncia en el calendario, esos sueños acunados durante días y noches de desvelos, se cristalizan ante la mirada llena de asombro del público que con su presencia y el efusivo aplauso, llegan de alguna manera a recompensar el sacrificio que cada artista realiza para mostrar su arte.
Los corsos sampedreños, dejarían de tener el encanto festivo sin la presencia del Pim pim, danza y sentir ancestral de la cultura Aba guaraní que en toda esta región, mantienen vivas sus raíces y los ritos que permitieron su permanencia en el tiempo. Los coloridos tipoy de las mujeres, y las "mascaritas", van dibujando en el aire, destellos de una raza indómita.
También las murgas forman parte de esta fiesta carnestolenda donde sus jóvenes participantes con colorida indumentaria, dan rienda suelta al feliz encuentro con el carnaval, en tanto que las comparsas folclóricas, rubro que cada año crece en su número de integrantes como en la imponente riqueza y lujo de sus trajes. Con ritmo de saya, acercan el abrazo fraterno del hermano país de Bolivia. Terciopelo, sombreros y cascabeles, se combinan con perfecta armonía en cada coreografía que las transforma en uno de los rubros favoritos de cada noche de carnaval.
Las comparsas autóctonas, traen la música alegre del norte, impregnando el circuito con aromas de albahaca, serpentina y el papel picado, dibujando en la extensa pasarela el picaresco rostro del carnaval que se deleita entre las renegridas trenzas de las cholitas. Polleras multicolores, chuspas de las que brota el regocijo por la fiesta tan esperada, aguayos y banderas que se despliegan al viento. Las comparsas indígenas, son sin dudas, las favoritas de los niños y de adultos que se extasían con la majestuosidad de los disfraces y las máscaras gigantes. Constituyen una auténtica reminiscencia aborigen de las grandes culturas que habitaron la tierra americana.
Las comparsas artísticas, por su parte, son también las favoritas de la platea, especialmente, la masculina que se deleita con la presencia y el encanto de las bellas jóvenes, que al ritmo de batucadas y con el deslumbrante detalle de perlas, plumas y lentejuelas, los cuerpos se contornean y expresan con rutilante gracia, el encanto del carnaval, cada noche a lo largo de todo el circuito oficial.
También los tinkus han cobrado una destacada participación, con su ancestral danza ceremonial, traída desde el vecino país de Bolivia.

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