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20 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Un trabajo artesanal, especialmente cuidado

Viernes, 26 de febrero de 2016 01:30
<div><b>RESTAURADO</b> / EL SALÓN DE ACTOS RECIBIÓ UN CUIDADO ESPECIAL A FIN DE CONSERVAR SU VALOR HISTÓRICO Y CULTURAL.</div><div>
Consultada por El Tribuno de Jujuy, una de las arquitectas que trabajó desde el sector privado en la restauración de la Escuela Belgrano, María Teresa Urioste -que dicho sea de paso también trabajó en la restauración del Colegio Nº 1- destacó la importante labor profesional y "artesanal" que se desarrolló en el edificio centenario.
Las obras empezaron en 2014, y después del traslado de los estudiantes y algunos pormenores, finalmente los espacios fueron ocupados a principios de mes por el personal administrativo y docente.
La arquitecta Urioste indicó que el sector más dañado de la escuela eran las cubiertas y los cielorrasos, por lo que gran parte del tiempo de reconstrucción estuvo destinados al recambio de materiales. A la par fue muy importante la labor de restauración: el personal se encargó de trabajar en minuciosos detalles de carpintería para conservar modelos originales en el establecimiento, por ejemplo, el de los pisos.
María Teresa Urioste informó que se cambiaron todas las cubiertas, se repararon numerosas filtraciones, se renovaron las instalaciones eléctricas, se creó un nuevo sector de aulas y preservaron todas las fachadas.
La arquitecta resaltó el cuidadoso trabajo que efectuaron los operarios que trabajaron en la construcción de las molduras a fin de poder preservar el edificio, y de cada grupo de personal que hizo posible que la escuela conservara su valor histórico y cultural, con las características de los edificios de época.

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Consultada por El Tribuno de Jujuy, una de las arquitectas que trabajó desde el sector privado en la restauración de la Escuela Belgrano, María Teresa Urioste -que dicho sea de paso también trabajó en la restauración del Colegio Nº 1- destacó la importante labor profesional y "artesanal" que se desarrolló en el edificio centenario.
Las obras empezaron en 2014, y después del traslado de los estudiantes y algunos pormenores, finalmente los espacios fueron ocupados a principios de mes por el personal administrativo y docente.
La arquitecta Urioste indicó que el sector más dañado de la escuela eran las cubiertas y los cielorrasos, por lo que gran parte del tiempo de reconstrucción estuvo destinados al recambio de materiales. A la par fue muy importante la labor de restauración: el personal se encargó de trabajar en minuciosos detalles de carpintería para conservar modelos originales en el establecimiento, por ejemplo, el de los pisos.
María Teresa Urioste informó que se cambiaron todas las cubiertas, se repararon numerosas filtraciones, se renovaron las instalaciones eléctricas, se creó un nuevo sector de aulas y preservaron todas las fachadas.
La arquitecta resaltó el cuidadoso trabajo que efectuaron los operarios que trabajaron en la construcción de las molduras a fin de poder preservar el edificio, y de cada grupo de personal que hizo posible que la escuela conservara su valor histórico y cultural, con las características de los edificios de época.

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