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Desalojan a refugiados de la "jungla de Calais"

Martes, 01 de marzo de 2016 01:30
FRANCIA / UN IMPORTANTE OPERATIVO POLICIAL SE DESPLEGÓ EN EL LUGAR PARA CONTENER A LOS MIGRANTES.
Bajo la protección de un importante dispositivo policial, las autoridades francesas empezaron ayer el desmantelamiento de la parte sur del campamento de inmigrantes llamado la "jungla" de Calais (norte), la mayor villa miseria de Francia.
Dos aplanadoras y empleados de una empresa privada contratada por el Estado francés derribaron unas veinte chabolas y tiendas de campaña vacías.
Entre tanto, varios inmigrantes venían a recuperar enseres personales o garrafas de gas para instalarse un poco más lejos en la "jungla". Muchos de ellos observaban las operaciones a una cierta distancia del sector, controlado por la policía antimotines.
Más de 30 vehículos de la policía y dos camiones de las unidades antidisturbios estaban desplegados en la entrada oeste del campamento.
Los policías tenían oficialmente por misión garantizar la "seguridad" de los equipos sociales encargados de proponer soluciones de albergue a los inmigrantes, indicaron las autoridades.
Durante la operación, fue detenida una militante británica del movimiento altermundialista No Borders, único incidente censado hasta el mediodía de ayer.
Pero después de una mañana calma, la situación se tensó al empezar la tarde. Después que se registrara un comienzo de incendio en una cabaña, inmigrantes y militantes de No Borders (150 personas, según la prefectura) lanzaron objetos contra los policías antimotines, que replicaron utilizando gases lacrimógenos.
En la "jungla" viven entre 3.700 y 7 mil personas, según las fuentes. El jueves, la justicia, a la que habían recurrido inmigrantes y asociaciones, autorizó la evacuación, pero el gobierno aseguró que no recurría a la fuerza.
"Entre 800 y 1000 personas" viven sobre el sector de la "jungla" que será desmantelado, pero las asociaciones estiman ese número en 3.450. El objetivo es recibirlas en albergues en Calais o en otras ciudades de Francia.
Hace un mes, unos 500 inmigrantes habían evacuado ya la parte del campamento aledaña a la carretera que lleva al puerto de Calais, sin intervención de la policía y sin que se registraran incidentes.
La parte norte del campamento (entre 1.100 y 3.500 inmigrantes) no está concernida por esta decisión de la justicia.
Un lugar de paso
La intervención de ayer sorprendió a las asociaciones. “No estábamos al tanto de esta operación” y “no pensábamos que esto se haría con tantas fuerzas de policía”, declaró a la prensa local Maya Konforti, responsable de una ONG de ayuda a los inmigrantes.
“Es sumamente triste ver malgastar el trabajo que hemos hecho durante meses. Esas personas quieren ir a Gran Bretaña, no partirán de aquí y estarán en una situación aún más precaria, sobre todo en pleno invierno”, dijo.
Por su parte, la prefectura de la región indicó que las operaciones de “propuesta de albergues, de asistencia social y de desmantelamiento de las viviendas inocupadas durarán varias semanas”.
Los refugiados instalados en la “jungla”, procedentes en su mayoría de Siria, Afganistán y Sudán, quieren pasar a Inglaterra y muchos tratan de hacerlo subiendo clandestinamente a los camiones que circulan entre los dos países a través de los ferris o del túnel del Canal de la Mancha.
La “jungla”, es el principal problema en materia de migración de este país, relativamente poco concernido por el gran flujo de refugiados que llegan a Europa en los últimos tiempos.
En el campo viven actualmente poco menos de 4 mil personas, según estimaciones de las autoridades, muchas de las cuales lo hacen en condiciones muy precarias.
Cientos de esas personas se acumulan en Calais desde hace años con el objetivo de cruzar ilegalmente a Reino Unido, donde esperan tener mejores oportunidades, por lo que ni siquiera solicitan el asilo en Francia.
El anuncio de la autorización de su desmantelamiento parcial llevó a la vecina Bélgica a restablecer los controles de frontera para evitar que se instalen en su territorio migrantes procedentes de Calais.

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Bajo la protección de un importante dispositivo policial, las autoridades francesas empezaron ayer el desmantelamiento de la parte sur del campamento de inmigrantes llamado la "jungla" de Calais (norte), la mayor villa miseria de Francia.
Dos aplanadoras y empleados de una empresa privada contratada por el Estado francés derribaron unas veinte chabolas y tiendas de campaña vacías.
Entre tanto, varios inmigrantes venían a recuperar enseres personales o garrafas de gas para instalarse un poco más lejos en la "jungla". Muchos de ellos observaban las operaciones a una cierta distancia del sector, controlado por la policía antimotines.
Más de 30 vehículos de la policía y dos camiones de las unidades antidisturbios estaban desplegados en la entrada oeste del campamento.
Los policías tenían oficialmente por misión garantizar la "seguridad" de los equipos sociales encargados de proponer soluciones de albergue a los inmigrantes, indicaron las autoridades.
Durante la operación, fue detenida una militante británica del movimiento altermundialista No Borders, único incidente censado hasta el mediodía de ayer.
Pero después de una mañana calma, la situación se tensó al empezar la tarde. Después que se registrara un comienzo de incendio en una cabaña, inmigrantes y militantes de No Borders (150 personas, según la prefectura) lanzaron objetos contra los policías antimotines, que replicaron utilizando gases lacrimógenos.
En la "jungla" viven entre 3.700 y 7 mil personas, según las fuentes. El jueves, la justicia, a la que habían recurrido inmigrantes y asociaciones, autorizó la evacuación, pero el gobierno aseguró que no recurría a la fuerza.
"Entre 800 y 1000 personas" viven sobre el sector de la "jungla" que será desmantelado, pero las asociaciones estiman ese número en 3.450. El objetivo es recibirlas en albergues en Calais o en otras ciudades de Francia.
Hace un mes, unos 500 inmigrantes habían evacuado ya la parte del campamento aledaña a la carretera que lleva al puerto de Calais, sin intervención de la policía y sin que se registraran incidentes.
La parte norte del campamento (entre 1.100 y 3.500 inmigrantes) no está concernida por esta decisión de la justicia.
Un lugar de paso
La intervención de ayer sorprendió a las asociaciones. “No estábamos al tanto de esta operación” y “no pensábamos que esto se haría con tantas fuerzas de policía”, declaró a la prensa local Maya Konforti, responsable de una ONG de ayuda a los inmigrantes.
“Es sumamente triste ver malgastar el trabajo que hemos hecho durante meses. Esas personas quieren ir a Gran Bretaña, no partirán de aquí y estarán en una situación aún más precaria, sobre todo en pleno invierno”, dijo.
Por su parte, la prefectura de la región indicó que las operaciones de “propuesta de albergues, de asistencia social y de desmantelamiento de las viviendas inocupadas durarán varias semanas”.
Los refugiados instalados en la “jungla”, procedentes en su mayoría de Siria, Afganistán y Sudán, quieren pasar a Inglaterra y muchos tratan de hacerlo subiendo clandestinamente a los camiones que circulan entre los dos países a través de los ferris o del túnel del Canal de la Mancha.
La “jungla”, es el principal problema en materia de migración de este país, relativamente poco concernido por el gran flujo de refugiados que llegan a Europa en los últimos tiempos.
En el campo viven actualmente poco menos de 4 mil personas, según estimaciones de las autoridades, muchas de las cuales lo hacen en condiciones muy precarias.
Cientos de esas personas se acumulan en Calais desde hace años con el objetivo de cruzar ilegalmente a Reino Unido, donde esperan tener mejores oportunidades, por lo que ni siquiera solicitan el asilo en Francia.
El anuncio de la autorización de su desmantelamiento parcial llevó a la vecina Bélgica a restablecer los controles de frontera para evitar que se instalen en su territorio migrantes procedentes de Calais.

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