La oposición venezolana movilizó en la jornada de ayer a sus partidarios para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, en el inicio de una estrategia de presión en la calle que empuje además las fórmulas legales con que busca la salida anticipada del mandatario.
Maduro encabezará también una concentración en Caracas que luce como contrapartida, para rechazar que Estados Unidos haya renovado un decreto que considera a Venezuela como una amenaza "inusual y extraordinaria" a su seguridad.
Bajo el lema "Vamos con todo", la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -que controla el Parlamento- convocó a sus simpatizantes a marchar en quince de los 23 estados, además de Caracas, donde las dos movilizaciones se realizaron en puntos distantes uno del otro.
El pasado miércoles, la Mesa de la Unidad Democrática develó su estrategia para lograr ese objetivo por vías paralelas: un referendo revocatorio y una enmienda para acortar el mandato de Maduro (2013-2019), junto con movilizaciones para presionar su dimisión.
"La Marcha hoy exige #MaduroRenunciaYa. Juntos también apoyamos la Enmienda y el Revocatorio. Los mecanismos son varios. La lucha es una sola!", escribió ayer el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, en su cuenta de la red social Twitter para convocar a los partidos opositores a participar en la manifestación.
"Lo más rápido sería aceptar la renuncia", dijo el diputado opositor Freddy Guevara sobre una opción que el gobernante socialista descarta de plano.
"¡Ustedes no salen de Maduro, porque Maduro no es Maduro, Maduro es pueblo y es revolución! ¿Qué parte de esto no han entendido?", advirtió el jefe de Estado venezolano, quien está enfrentado una grave crisis económica que pulveriza su popularidad.
De esta manera, Venezuela, con las mayores reservas petroleras del planeta, tiene la inflación más alta del mundo -180,9 por ciento en 2015- y una escasez de alimentos y medicinas que angustia y alerta profundamente a la población, en parte debido al desplome de los precios del crudo, aunque la oposición responsabiliza a la gestión de Maduro.
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La oposición venezolana movilizó en la jornada de ayer a sus partidarios para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, en el inicio de una estrategia de presión en la calle que empuje además las fórmulas legales con que busca la salida anticipada del mandatario.
Maduro encabezará también una concentración en Caracas que luce como contrapartida, para rechazar que Estados Unidos haya renovado un decreto que considera a Venezuela como una amenaza "inusual y extraordinaria" a su seguridad.
Bajo el lema "Vamos con todo", la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -que controla el Parlamento- convocó a sus simpatizantes a marchar en quince de los 23 estados, además de Caracas, donde las dos movilizaciones se realizaron en puntos distantes uno del otro.
El pasado miércoles, la Mesa de la Unidad Democrática develó su estrategia para lograr ese objetivo por vías paralelas: un referendo revocatorio y una enmienda para acortar el mandato de Maduro (2013-2019), junto con movilizaciones para presionar su dimisión.
"La Marcha hoy exige #MaduroRenunciaYa. Juntos también apoyamos la Enmienda y el Revocatorio. Los mecanismos son varios. La lucha es una sola!", escribió ayer el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, en su cuenta de la red social Twitter para convocar a los partidos opositores a participar en la manifestación.
"Lo más rápido sería aceptar la renuncia", dijo el diputado opositor Freddy Guevara sobre una opción que el gobernante socialista descarta de plano.
"¡Ustedes no salen de Maduro, porque Maduro no es Maduro, Maduro es pueblo y es revolución! ¿Qué parte de esto no han entendido?", advirtió el jefe de Estado venezolano, quien está enfrentado una grave crisis económica que pulveriza su popularidad.
De esta manera, Venezuela, con las mayores reservas petroleras del planeta, tiene la inflación más alta del mundo -180,9 por ciento en 2015- y una escasez de alimentos y medicinas que angustia y alerta profundamente a la población, en parte debido al desplome de los precios del crudo, aunque la oposición responsabiliza a la gestión de Maduro.