Deportivo El Chañi empató en Salta con San Antonio sin abrir el marcador en el partido de ida correspondiente a la Primera Fase de la Fase Final del Federal C.
El primer tiempo todo fue lucha cruel y mucha por la posesión de la redonda que anduvo pum para aquí, pum para allá, sin destino fijo, para no decir maltratada.
Como atenuante se podría decir que las reducidas dimensiones de la cancha no permitió un mejor despliegue, o el viento molesto que sopló aunque a favor del local, que no supo sacar provecho de esta contingencia climática.
Revancha: Será dentro de una semana "La Tablada" donde El Chañi tendrá la oportunidad de cerrar la llave en su casa.
Dentro de ese contexto enmarañado, confuso, con fútbol ausente, El Chañi estaba haciendo su negocio al mantener en cero su arco. A los 25 minutos cuando tras un error defensivo visitante, Alfonso malogró porque no pudo terminarla bien.
Para contrarrestar el juego local, Aldana trabajó como "loco" en mitad de cancha y en el fondo Tastaca aplicó su experiencia de haber jugado el Federal B, despejó todo intento de penetración local alentado por su gente ruidosamente.
La etapa se moría en la soleada tarde y un defensor salteño devolvió mal una bocha al arquero y Revollo se la "robó", se fue por un costado y con disparo de zurda la mandó al arco, cuando la pelota entrada mansamente, apareció de la nada Carata como un fantasma y salvó milagrosamente, ahogando el festejo de la docena de simpatizantes llegados desde Jujuy que se agarraron la cabeza.
En los vestuarios algo pasó, porque el complemento arrancó a mil por hora, en una excelente maniobra colectiva de los "tiburones", entre Aldana, Bulacio, Revollo, Ruiz y finalmente Torres remató pero el arquero local controló justo. Enseguida en otra contra, Revollo exigió a Iparaguirre. San Antonio también tuvo lo suyo, pero siempre le faltó cinco para el peso en la zona de peligro.
El partido era otro, con un trámite de ida y vuelta. Cada bando sin figuras, pero tuvieron literalmente una cuadrilla de obreros que trabajaron a full porque la vorágine los llevó a un ritmo infernal. El partido se hizo de "hacha y tiza", siempre con más ganas que fútbol, pero vibrante por donde se lo mire. Ambos técnicos movieron el banco con el objetivo de desnivelar el marcador, pero no pudieron. Los minutos finales fueron para el infarto, que dejó a todos con el corazón en la boca
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Deportivo El Chañi empató en Salta con San Antonio sin abrir el marcador en el partido de ida correspondiente a la Primera Fase de la Fase Final del Federal C.
El primer tiempo todo fue lucha cruel y mucha por la posesión de la redonda que anduvo pum para aquí, pum para allá, sin destino fijo, para no decir maltratada.
Como atenuante se podría decir que las reducidas dimensiones de la cancha no permitió un mejor despliegue, o el viento molesto que sopló aunque a favor del local, que no supo sacar provecho de esta contingencia climática.
Revancha: Será dentro de una semana "La Tablada" donde El Chañi tendrá la oportunidad de cerrar la llave en su casa.
Dentro de ese contexto enmarañado, confuso, con fútbol ausente, El Chañi estaba haciendo su negocio al mantener en cero su arco. A los 25 minutos cuando tras un error defensivo visitante, Alfonso malogró porque no pudo terminarla bien.
Para contrarrestar el juego local, Aldana trabajó como "loco" en mitad de cancha y en el fondo Tastaca aplicó su experiencia de haber jugado el Federal B, despejó todo intento de penetración local alentado por su gente ruidosamente.
La etapa se moría en la soleada tarde y un defensor salteño devolvió mal una bocha al arquero y Revollo se la "robó", se fue por un costado y con disparo de zurda la mandó al arco, cuando la pelota entrada mansamente, apareció de la nada Carata como un fantasma y salvó milagrosamente, ahogando el festejo de la docena de simpatizantes llegados desde Jujuy que se agarraron la cabeza.
En los vestuarios algo pasó, porque el complemento arrancó a mil por hora, en una excelente maniobra colectiva de los "tiburones", entre Aldana, Bulacio, Revollo, Ruiz y finalmente Torres remató pero el arquero local controló justo. Enseguida en otra contra, Revollo exigió a Iparaguirre. San Antonio también tuvo lo suyo, pero siempre le faltó cinco para el peso en la zona de peligro.
El partido era otro, con un trámite de ida y vuelta. Cada bando sin figuras, pero tuvieron literalmente una cuadrilla de obreros que trabajaron a full porque la vorágine los llevó a un ritmo infernal. El partido se hizo de "hacha y tiza", siempre con más ganas que fútbol, pero vibrante por donde se lo mire. Ambos técnicos movieron el banco con el objetivo de desnivelar el marcador, pero no pudieron. Los minutos finales fueron para el infarto, que dejó a todos con el corazón en la boca