La misa central en honor a la Virgen de Punta Corral, fue encabezada por el obispo de la Diócesis, César Daniel Fernández, el sábado a las 20, frente a una plaza repleta de fieles, bajo las estrellas y con la luz tenue de unos pocos faroles en la plaza.
Para la misa, la imagen de la Virgen es trasladada hasta el frente de la capilla y es ubicada frente al altar, rodeada por bancos y los jóvenes servidores que entrelazados resguardaban el área.
El obispo Fernández indicó que recogió la ilusión y satisfacción de los peregrinos que tienen en su corazón "tanto para agradecer y pedir a Dios".
"Se produce una profunda renovación espiritual porque en el camino dejamos muchas cosas que nos pesan, y volvemos con ganas de ser más buenos", dijo monseñor Fernández en la homilía.
Linternas y saludo de la paz
El momento más alegre de la celebración es que al llegar el momento de la paz, los presentes comienzan a agitar las linternas en la pequeña plaza y el lugar se trasforma en un sitio de cánticos y alegría.
También muchos suben hasta el cerro contiguo, donde se encuentra una cruz y allí colocan velas, que se pueden observar desde la plaza otorgando una vista sin igual para quienes se encuentran presentes en la última misa. Al finalizar la celebración, y con todas las linternas encendidas, la noche culminó con fuegos artificiales que también iluminaron Punta Corral.
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La misa central en honor a la Virgen de Punta Corral, fue encabezada por el obispo de la Diócesis, César Daniel Fernández, el sábado a las 20, frente a una plaza repleta de fieles, bajo las estrellas y con la luz tenue de unos pocos faroles en la plaza.
Para la misa, la imagen de la Virgen es trasladada hasta el frente de la capilla y es ubicada frente al altar, rodeada por bancos y los jóvenes servidores que entrelazados resguardaban el área.
El obispo Fernández indicó que recogió la ilusión y satisfacción de los peregrinos que tienen en su corazón "tanto para agradecer y pedir a Dios".
"Se produce una profunda renovación espiritual porque en el camino dejamos muchas cosas que nos pesan, y volvemos con ganas de ser más buenos", dijo monseñor Fernández en la homilía.
Linternas y saludo de la paz
El momento más alegre de la celebración es que al llegar el momento de la paz, los presentes comienzan a agitar las linternas en la pequeña plaza y el lugar se trasforma en un sitio de cánticos y alegría.
También muchos suben hasta el cerro contiguo, donde se encuentra una cruz y allí colocan velas, que se pueden observar desde la plaza otorgando una vista sin igual para quienes se encuentran presentes en la última misa. Al finalizar la celebración, y con todas las linternas encendidas, la noche culminó con fuegos artificiales que también iluminaron Punta Corral.