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Obama cerró su visita con un emotivo discurso

Miércoles, 23 de marzo de 2016 01:30
<div>TEATRO DE LA HABANA / EL MANDATARIO BARACK OBAMA BRINDÓ SU ÚLTIMO DISCURSO ANTE CIENTOS DE CUBANOS.</div><div>
El presidente Barack Obama hizo ayer un emotivo llamado a la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, alejados durante medio siglo por la Guerra Fría, durante un discurso en el Teatro de La Habana que fue televisado en directo.
"Vine aquí a dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría. Vine aquí extendiendo la mano de la amistad al pueblo cubano", afirmó Obama en el último día de su visita a La Habana.
En su mensaje al pueblo cubano, aplaudido repetidas veces por el público, Obama aseveró que el embargo económico de su país contra la isla "hiere a los cubanos" y a la vez llamó en español a los jóvenes de este país a "construir algo nuevo".
El embargo es "una carga obsoleta sobre el pueblo cubano", dijo, añadiendo que los cubanos "no van a alcanzar su potencial si no se hacen cambios aquí en Cuba".
Durante el discurso, en el cual citó varias veces al poeta y héroe cubano José Martí, también instó a la reconciliación entre los cubanos, se refirió al "dolor" de la diáspora cubana "que ama a Cuba" y habló del "sufrimiento" de las familias separadas.
Castro, quien también fue ovacionado al ingresar a la sala, escuchaba atentamente desde el palco principal, munido de auriculares para escuchar la traducción simultánea, cuando Obama reconoció las diferencias "reales e importantes" de ambos Gobiernos "en todos estos años", y llamó a profundizar en las cosas que comparten los dos pueblos, dejar el pasado atrás y mirar hacia futuro.
La segunda actividad del día fue el controvertido encuentro con representantes de las organizaciones opositoras al gobierno castrista, que se realizó desde poco antes del mediodía en la embajada de Estados Unidos.
Allí el mandatario alabó el "coraje" de los disidentes y representantes de la sociedad civil independiente cubana, ante quienes sostuvo que uno de los objetivos de la normalización de las relaciones bilaterales con la isla es poder "escuchar directamente" al pueblo cubano y garantizar que también "tienen voz" en la nueva etapa iniciada entre los dos países.
La reunión entre el mandatario y los opositores al Gobierno cubano fue cerrada para los periodistas, incluso para aquellos que acompañaron desde Washington a la comitiva estadounidense.
Asistieron a un partido de béisbol
El presidente de EEUU, Barack Obama, asistió ayer al partido de béisbol que disputaban el Equipo Nacional de Cuba y el equipo de las Grandes Ligas estadounidenses Tampa Bay Rays, última actividad de la apretada agenda que cumplió en su visita de dos días a este país caribeño.
Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro, llegaron juntos al estadio Latinoamericano de La Habana, donde fueron recibidos con una ovación por el estadio colmado, al que se accedía por medio de invitaciones.
A diferencia de su par cubano, que vistió un traje, el jefe de la Casa Blanca ingresó en mangas de camisa y con anteojos de sol, pese a que las nubes mantenían oculto al sol.
Antes de la presentación de los jugadores por altavoz, hubo un breve espectáculo de destrezas acrobáticas a cargo de niños y adolescentes cubanos y con todos los jugadores formados en el centro del campo de juego, un coro de mujeres con vestidos blancos cantó los himnos nacionales de EEUU y Cuba.
Hasta ayer se daba como segura la posibilidad de que Obama tirara simbólicamente la primera bola del juego de pelota, como lo llaman en Cuba, que es una pasión compartida por ambas naciones, pero finalmente eso no ocurrió.
Una vez finalizado el partido, el presdiente Obama junto a su esposa, Michelle, y sus hijas Malia y Sasha, que acompañaron al mandatario en el tan esperados e histórico viaje a la isla caribeña, se trasladaron finalmente al aeropuerto para emprender el viaje hacia la Argentina, segundo y último punto de esta gira latinoamericana.

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El presidente Barack Obama hizo ayer un emotivo llamado a la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, alejados durante medio siglo por la Guerra Fría, durante un discurso en el Teatro de La Habana que fue televisado en directo.
"Vine aquí a dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría. Vine aquí extendiendo la mano de la amistad al pueblo cubano", afirmó Obama en el último día de su visita a La Habana.
En su mensaje al pueblo cubano, aplaudido repetidas veces por el público, Obama aseveró que el embargo económico de su país contra la isla "hiere a los cubanos" y a la vez llamó en español a los jóvenes de este país a "construir algo nuevo".
El embargo es "una carga obsoleta sobre el pueblo cubano", dijo, añadiendo que los cubanos "no van a alcanzar su potencial si no se hacen cambios aquí en Cuba".
Durante el discurso, en el cual citó varias veces al poeta y héroe cubano José Martí, también instó a la reconciliación entre los cubanos, se refirió al "dolor" de la diáspora cubana "que ama a Cuba" y habló del "sufrimiento" de las familias separadas.
Castro, quien también fue ovacionado al ingresar a la sala, escuchaba atentamente desde el palco principal, munido de auriculares para escuchar la traducción simultánea, cuando Obama reconoció las diferencias "reales e importantes" de ambos Gobiernos "en todos estos años", y llamó a profundizar en las cosas que comparten los dos pueblos, dejar el pasado atrás y mirar hacia futuro.
La segunda actividad del día fue el controvertido encuentro con representantes de las organizaciones opositoras al gobierno castrista, que se realizó desde poco antes del mediodía en la embajada de Estados Unidos.
Allí el mandatario alabó el "coraje" de los disidentes y representantes de la sociedad civil independiente cubana, ante quienes sostuvo que uno de los objetivos de la normalización de las relaciones bilaterales con la isla es poder "escuchar directamente" al pueblo cubano y garantizar que también "tienen voz" en la nueva etapa iniciada entre los dos países.
La reunión entre el mandatario y los opositores al Gobierno cubano fue cerrada para los periodistas, incluso para aquellos que acompañaron desde Washington a la comitiva estadounidense.
Asistieron a un partido de béisbol
El presidente de EEUU, Barack Obama, asistió ayer al partido de béisbol que disputaban el Equipo Nacional de Cuba y el equipo de las Grandes Ligas estadounidenses Tampa Bay Rays, última actividad de la apretada agenda que cumplió en su visita de dos días a este país caribeño.
Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro, llegaron juntos al estadio Latinoamericano de La Habana, donde fueron recibidos con una ovación por el estadio colmado, al que se accedía por medio de invitaciones.
A diferencia de su par cubano, que vistió un traje, el jefe de la Casa Blanca ingresó en mangas de camisa y con anteojos de sol, pese a que las nubes mantenían oculto al sol.
Antes de la presentación de los jugadores por altavoz, hubo un breve espectáculo de destrezas acrobáticas a cargo de niños y adolescentes cubanos y con todos los jugadores formados en el centro del campo de juego, un coro de mujeres con vestidos blancos cantó los himnos nacionales de EEUU y Cuba.
Hasta ayer se daba como segura la posibilidad de que Obama tirara simbólicamente la primera bola del juego de pelota, como lo llaman en Cuba, que es una pasión compartida por ambas naciones, pero finalmente eso no ocurrió.
Una vez finalizado el partido, el presdiente Obama junto a su esposa, Michelle, y sus hijas Malia y Sasha, que acompañaron al mandatario en el tan esperados e histórico viaje a la isla caribeña, se trasladaron finalmente al aeropuerto para emprender el viaje hacia la Argentina, segundo y último punto de esta gira latinoamericana.

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