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El Papa Francisco lavó los pies de 11 refugiados

Jueves, 24 de marzo de 2016 19:16
<b>ITALIA</b> / EN EL CENTRO DE ACOGIDA A PETICIONARIOS DE ASILO, FRANCISCO LAVÓ LOS PIES DE ONCE INMIGRANTES.

En una histórica ceremonia para conmemorar la "Última Cena del Señor", el papa Francisco lavó ayer en Castelnuovo di Porto los pies de 11 inmigrantes y criticó durante la ceremonia del Jueves Santo a los fabricantes de armas por "estar detrás" de los atentados en Bruselas.

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En una histórica ceremonia para conmemorar la "Última Cena del Señor", el papa Francisco lavó ayer en Castelnuovo di Porto los pies de 11 inmigrantes y criticó durante la ceremonia del Jueves Santo a los fabricantes de armas por "estar detrás" de los atentados en Bruselas.

Uno por uno, el pontífice lavó y besó los pies derechos de cuatro nigerianos católicos, tres mujeres eritreas coptas, tres musulmanes de Siria, Pakistán y Malí, un indio de religión hindú y una voluntaria italiana católica que trabaja en la cooperativa social Auxilium, encargada del centro donde se realizó la ceremonia, celebrada fuera de Roma.

Además, el Santo Padre acusó a los traficantes de armas de estar detrás de los atentados ocurridos el pasado martes en Bruselas.

En una inusual ceremonia en el centro para inmigrantes Cara de Castelnuovo di Porto, en las afueras de la capital italiana, Francisco celebró la Misa "Coena Domini" y lavó los pies a los migrantes, que entre lágrimas miraban al Papa.

"Los gestos hablan más que las imágenes y que las palabras. Y hoy hay dos gestos: esto, todos juntos nosotros, musulmanes, hindúes, católicos, costos, evangelistas. Pero hermanos, hijos del mismo Dios que queremos vivir en paz, integrados. Eso es un gesto", afirmó el pontífice antes de la ceremonia de lavado.

@Normal:"Hace días hubo un gesto de guerra, de destrucción en una ciudad de Europa de gente que no quiere vivir en paz. Pero detrás de aquel gesto, como detrás de Judas, estaban otros: detrás de Judas, los que le dieron el dinero para que Jesús fuera traicionado. Y detrás del otro gesto estaban los fabricantes y los traficantes de armas que quieren la sangre y no la paz, la guerra y no la paz y la hermandad", denunció.

"Pobres de aquellos que compran las armas para destruir la hermandad. Hoy, cuando haré el mismo gesto de Jesús de lavarles los pies a 12 de ustedes, todos nosotros estamos haciendo el gesto de la fraternidad y todos nosotros decimos: somos diversos, tenemos diferentes culturas y religiones pero somos hermanos y queremos vivir en paz", criticó.

"Cada uno de nosotros tiene una historia detrás. Tantas cruces, tantos dolores, pero tiene un corazón abierto que quiere la fraternidad. Cada uno en su lengua religiosa quiere al Señor", les dijo el obispo de Roma, que había llegado sonriente para convertirse en el primer papa de la historia en celebrar el Jueves Santo -la misa que conmemora la Última Cena de Jesús- fuera de Roma.

En diálogo con la prensa, las autoridades del centro describieron la iniciativa del pontífice como "otro gesto de misericordia de Francisco para millones de personas que emprenden su viaje de la esperanza". "El lavado de pies del Papa a migrantes y prófugos no podrá no despertar de la indiferencia a las conciencias de todos y les hará sentir la responsabilidad de ayudar a quien huye en busca de una vida mejor", reflexionaron.

"Es bueno vivir como hermanos"

Finalizada la misa en el Centro de Acogida a Peticionarios de Asilo (Cara, en italiano) en Castelnuovo di Porto, después de recibir diversos obsequios típicos de parte de algunos migrantes, al despedirse el Papa volvió a reiterar el mismo concepto: "Recordemos, es bueno vivir juntos, como hermanos, con nuestras culturas y tradiciones. Y esto tiene un nombre: paz y amor", afirmó.

Antes de emprender el regreso al Vaticano, mientras los parlantes en diversos idiomas advertían a los presentes que se quedaran sentados en sus sillas de plástico, Francisco volvió a sorprender a los migrantes al pasar a saludarlos, uno por uno, sonriente y generoso.

El año pasado el Sumopontífice le había lavado los pies a doce reclusos de una cárcel, el anterior, a doce enfermos, y antes, a 12 doce menores de un penal. Eso mismo solía hacer en Buenos Aires, siendo arzobispo de la ciudad.

Por la mañana, durante la misa crismal - celebración en la que se bendicen los óleos sacros que se utilizan en bautismos, confirmaciones, ordenaciones y para los enfermos, y los sacerdotes renuevan sus votos sacerdotales- en la Basílica de San Pedro, Francisco habló de la importancia de la misericordia de Dios. Y; al tiempo que criticó "el exceso de teologías complicadas", de "espiritualidades gaseosas" y "de espiritualidades light" de muchos sacerdotes.

"También nos sentimos prisioneros, pero no rodeados como tantos pueblos, por infranqueables muros de piedra o de alambrados de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con un simple click", manifestó, aludiendo, una vez más a los refugiados, muchos varados en campos e imposibilitados de cruzar fronteras.

"Estamos oprimidos pero no por amenazas ni empujones, como tanta pobre gente, sino por la fascinación de mil propuestas de consumo que no nos podemos quitar de encima para caminar, libres, por los senderos que nos llevan al amor de nuestros hermanos, a los rebaños del Señor, a las ovejitas que esperan la voz de sus pastores", criticó.