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Dos ministros belgas presentaron su renuncia

Viernes, 25 de marzo de 2016 01:30
<b>MINISTROS</b> / JAN JAMBON (INTERIOR) Y KOEN GEENS (JUSTICIA).

Las fallas de seguridad reveladas tras los atentados del martes pasado en Bruselas provocaron ayer una crisis política que incluyó la renuncia del ministro del Interior Jan Jambon y del ministro de Justicia Koen Geens, rechazadas por el premier. Mientras la intensa cacería policial iniciada tras los ataques al aeropuerto y la estación de subte de Maalbeek sumó ayer a un quinto sospechoso.

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Las fallas de seguridad reveladas tras los atentados del martes pasado en Bruselas provocaron ayer una crisis política que incluyó la renuncia del ministro del Interior Jan Jambon y del ministro de Justicia Koen Geens, rechazadas por el premier. Mientras la intensa cacería policial iniciada tras los ataques al aeropuerto y la estación de subte de Maalbeek sumó ayer a un quinto sospechoso.

El anuncio (ayer) del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, de que sus servicios de seguridad habían advertido a Bruselas y Amsterdam que Ibrahim el Bakraui (uno de los presuntos suicidas) había sido deportado en el verano pasado a Holanda, previa entrega de sus antecedentes criminales a esos países, derivó en la renuncia de los titulares de Interior, Jan Jambon, y de Justicia, Koen Geens.

El hermano de Ibrahim, Jalid el Bakraui tenía orden de captura por su implicación en los atentados de París y por alquilar con ayuda de un falso documento de identidad belga, a nombre de Ibrahim Maarouifi, una habitación en el pueblo belga de Charleroi que sirvió de escondite al grupo implicado en la masacre del 13 de noviembre en la capital francesa.

El primer ministro belga, Charles Michel, sin embargo, rechazó la dimisión de ambos ministros al considerar que el contexto actual, dos días después de los atentados ocurridos en el aeropuerto internacional y la estación de subte "no permite prescindir" de ellos, según informó el diario Le Soir.

Sin embargo, la crisis política en ciernes no parece dar tregua y los medios belgas informan profusamente que la orden internacional de arresto contra Jalid fue emitida el pasado 11 de diciembre, a pedido del juez que instruye el proceso de los atentados de París.

Hasta el pasado jueves, las autoridades belgas habían informado que tanto Jalid como su hermano Ibrahim no estaban fichados por vínculos con el yihadismo radical.

En medio de la presión política, Michel aseguró que el Gobierno belga "hará todo lo posible para esclarecer" los atentados del martes en un discurso previo al minuto de silencio nacional convocado por el Gobierno, la Cámara Baja y el Senado en homenaje a las víctimas, al que acudieron los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, entre otras personalidades.

Paralelamente, líderes de varios partidos belgas pidieron una comisión de investigación parlamentaria por el doble atentado, para depurar responsabilidades y aclarar qué sabía o no el Gobierno sobre El Bakraui.

El presidente del Parlamento, Siegfried Bracke, confirmará la constitución de la comisión de investigación y se definirá su cometido exacto al término de una reunión del comité de Interior, Justicia y Asuntos Exteriores, según el periódico La Libre Belgique.

El diputado de los democristianos francófonos del CDH Georges Dallemagne dijo a la cadena de televisión RTL que los legisladores "tienen el derecho a conocer todos los datos", al igual que sus homólogos franceses en la Asamblea Nacional de Francia tras los atentados del 13-N de París.

Ayer, la Policía belga sumo a un quinto sospechoso, un segundo hombre del ataque perpetrado en la estación de subte en Bruselas, mientras continúa la intensa cacería del sujeto fotografiado en el aeropuerto pero se desconoce su identidad y tampoco se sabe si murió en el atentado o si se dio a la fuga.

Críticas al Gobierno

Tres días después de los atentados en Bruselas que dejaron al menos 31 muertos, las críticas por la falta de coordinación entre los servicios de seguridad y el desconocimiento de las redes yihadistas están sacudiendo al Gobierno belga.

Los reproches contra los servicios de seguridad ya habían empezado tras los atentados del 13 de noviembre en París, planificados y preparados en los barrios de Molenbeek y Schaerbeek, ambos en Bruselas, pero también en la ciudad de Charleroi y en la casa de un pequeño pueblo de Auvelais (sur) de Bélgica.

Pero la gota que colmó el vaso fue la identificación el miércoles del belga Ibrahim El Bakraoui como uno de los kamikazes que se hizo estallar en el aeropuerto de Bruselas.

Según el Gobierno turco, El Bakraoui fue detenido en julio en su territorio cuando iba a entrar en Siria y luego fue expulsado a Ámsterdam, advirtiendo a las autoridades belgas. Aunque hay distintas versiones de lo que ocurrió luego, el resultado fue que quedó libre hasta que se hizo estallar en la capital belga.

"Bélgica ha dejado suelto un kamikaze", titulaba este jueves el periódico De Standaard. El principal blanco de las críticas es el primer ministro belga Charles Michel, que en la jornada de ayer dijo estar dispuesto a "aclarar totalmente" lo ocurrido.