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Iglesia Católica rememoró ayer el lavatorio de pies

Viernes, 25 de marzo de 2016 01:30
SERVICIO / EL SACERDOTE REMEMORÓ EL GESTO QUE TUVO JESÚS DURANTE LA ULTIMA CENA, ANTE DOCE PERSONAS.
La Iglesia Católica celebró ayer el Jueves Santo, solemnidad en la que se rememora el lavatorio de los pies a los 12 apóstoles y la institución de la Eucaristía, gestos que tiene el propio Jesús durante la última cena y que la Iglesia recuerda en el día previo al Viernes Santo en el que se vive la pasión y muerte de Cristo. Durante la misa, el sacerdote recreó el pasaje bíblico, lavando los pies de 12 personas como signo de amor y servicio.
Con un templo colmado de fieles que se congregaron en la Catedral para participar de la celebración del Jueves Santo, inició la misa presidida por el párroco Manuel Alfaro. El perfume del incienso sumado a las campanadas del templo invitaban a la comunidad a ponerse en presencia de Dios para participar de la Eucaristía. Con marcado júbilo, sobre el inicio de la celebración y previo a la lectura del Evangelio, los fieles entonaron el canto del "Gloria", que en la ocasión y a diferencia de la liturgia tradicional se presentó al son de campanillas y resonantes campanadas del templo.
Entre los fieles que participaron del gesto del lavatorio de pies de manos del sacerdote, hubieron hombres, mujeres y niños.
Posteriormente, se leyó el Evangelio según San Juan, el cual relata el lavatorio de los pies que realiza Jesús a sus discípulos durante la última cena. Sobre este pasaje bíblico reflexionó el padre Alfaro, destacando tres aspectos sobresalientes: el amor, el servicio y la consagración.
Por un lado el sacerdote explicó que en esta acción prima el amor de Cristo a su pueblo, ya que sabiendo que había llegado su hora amo a los suyos hasta el fin. "Dios ama, perdona, reconcilia y nos entrega a su propio hijo Jesús. El Jueves Santo significa amar como Jesús nos amo, amar hasta dar la vida, practicar ese amor que compromete, que edifica y nos hace caminar juntos como pueblo de Dios", reflexionó.
Más adelante, señaló que el lavado de pies es un gesto de servicio, de "diaconía", ya que Jesús se inclina y pone la cara ante los pies de sus hermanos, y se ofrece. "Como los diáconos, los sacerdotes debemos estar al servicio de la comunidad, inclinarnos para lavar los pies que no es otra cosa que sacar la roña del pecado que ensucia el alma" sostuvo, al tiempo que finalizó destacando la figura de Cristo quien consagra a los primeros sacerdotes, los 12 apóstoles, exhortando a los fieles a orara por las vocaciones sacerdotales.
Durante la celebración, el sacerdote lavó los pies a 12 personas, entre ellas mujeres, hombres y niños como símbolo de amor y servicio.

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La Iglesia Católica celebró ayer el Jueves Santo, solemnidad en la que se rememora el lavatorio de los pies a los 12 apóstoles y la institución de la Eucaristía, gestos que tiene el propio Jesús durante la última cena y que la Iglesia recuerda en el día previo al Viernes Santo en el que se vive la pasión y muerte de Cristo. Durante la misa, el sacerdote recreó el pasaje bíblico, lavando los pies de 12 personas como signo de amor y servicio.
Con un templo colmado de fieles que se congregaron en la Catedral para participar de la celebración del Jueves Santo, inició la misa presidida por el párroco Manuel Alfaro. El perfume del incienso sumado a las campanadas del templo invitaban a la comunidad a ponerse en presencia de Dios para participar de la Eucaristía. Con marcado júbilo, sobre el inicio de la celebración y previo a la lectura del Evangelio, los fieles entonaron el canto del "Gloria", que en la ocasión y a diferencia de la liturgia tradicional se presentó al son de campanillas y resonantes campanadas del templo.
Entre los fieles que participaron del gesto del lavatorio de pies de manos del sacerdote, hubieron hombres, mujeres y niños.
Posteriormente, se leyó el Evangelio según San Juan, el cual relata el lavatorio de los pies que realiza Jesús a sus discípulos durante la última cena. Sobre este pasaje bíblico reflexionó el padre Alfaro, destacando tres aspectos sobresalientes: el amor, el servicio y la consagración.
Por un lado el sacerdote explicó que en esta acción prima el amor de Cristo a su pueblo, ya que sabiendo que había llegado su hora amo a los suyos hasta el fin. "Dios ama, perdona, reconcilia y nos entrega a su propio hijo Jesús. El Jueves Santo significa amar como Jesús nos amo, amar hasta dar la vida, practicar ese amor que compromete, que edifica y nos hace caminar juntos como pueblo de Dios", reflexionó.
Más adelante, señaló que el lavado de pies es un gesto de servicio, de "diaconía", ya que Jesús se inclina y pone la cara ante los pies de sus hermanos, y se ofrece. "Como los diáconos, los sacerdotes debemos estar al servicio de la comunidad, inclinarnos para lavar los pies que no es otra cosa que sacar la roña del pecado que ensucia el alma" sostuvo, al tiempo que finalizó destacando la figura de Cristo quien consagra a los primeros sacerdotes, los 12 apóstoles, exhortando a los fieles a orara por las vocaciones sacerdotales.
Durante la celebración, el sacerdote lavó los pies a 12 personas, entre ellas mujeres, hombres y niños como símbolo de amor y servicio.

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