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Murieron 53 personas en un violento ataque yihadista

Martes, 08 de marzo de 2016 01:30
BEN GUERDANE / FUERZAS ESPECIALES SE REÚNEN FRENTE A UN HOSPITAL DESPÚES DEL ATAQUE FATAL.
Túnez sufrió en la jornada de ayer ataques simultáneos y "sin precedentes" en una región vecina de Libia, en los que murieron al menos 35 yihadistas, 10 miembros de las fuerzas de seguridad y ocho civiles.
El país ya fue golpeado el año pasado por atentados mortíferos. Las autoridades tunecinas anunciaron el cierre de su frontera con Libia, donde el caos político ha permitido prosperar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y fortaleció las patrullas terrestres y aéreas en la región.
Los ataques, registrados al amanecer, tuvieron por objetivo un cuartel del ejército, una comisaría de la Policía y un puesto de la Guardia Nacional en Ben Guerdane, una localidad de 60 mil habitantes situada a escasos kilómetros de Libia.
En un balance todavía provisional, los ministerios de Defensa e Interior señalaron que 35 yihadistas, seis guardias nacionales, dos policías, un aduanero y un soldado murieron en los enfrentamientos. Al menos otros ocho civiles perdieron igualmente la vida en circunstancias no precisadas.
El número de extremistas implicados no fue precisado, pero las autoridades dijeron que había todavía operaciones "en curso para perseguir a los terroristas", de los cuales 7 fueron detenidos.
Ayer, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, condenó este ataque "coordinado" y "sin precedentes", que quizás tenía como objetivo "controlar" la región. "Los tunecinos están en guerra contra esta barbarie y estas ratas que vamos a exterminar (...) definitivamente", agregó en declaraciones transmitidas por la televisión pública
Toque de queda nocturno
Las autoridades decretaron un toque de queda en Ben Guerdane, entre las 19.00 y las 05.00 locales, y el primer ministro Habib Essid, que se entrevistó con el presidente Essebsi, pidió a los habitantes que estuvieran vigilantes.
Las escuelas y oficinas públicas estaban cerradas en Ben Guerdane, según testigos, y las fuerzas del orden patrullaban en las calles e incitaban por megáfono a los habitantes a permanecer en sus casas, según un corresponsal de la AFP en el lugar. En este clima de tensión y alerta, sobre algunos tejados se podía ver a soldados montando guardia.
Por otra parte, imágenes que circulan por internet mostraban a algunos habitantes observando y aplaudiendo a los soldados. "¡Viva Túnez! ¡Dios es grande!", gritaban mientras se escuchaban todavía una seguidilla de disparos.
Entre las víctimas civiles de los enfrentamientos figura un niño de 12 años, precisó a la prensa local, y un responsable del hospital de la ciudad, Abdelkrim Chafrud.
Además del cierre de los puestos fronterizos por un tiempo indeterminado, las autoridades también cortaron durante la mañana de ayer la carretera costera que lleva de Ben Guerdane a Zarzis (norte).
El mandatario tunecino, demandó a los habitantes del Sur "apoyar los esfuerzos del Estado en su lucha contra el terrorismo", en un mensaje de condena tras el ataque en el que también homenajeó a las víctimas civiles y militares que dejó el hecho.
Túnez debe hacer frente desde la revolución de 2011 al auge de un movimiento yihadista responsable de la muerte de decenas de policías y de soldados, así como de turistas extranjeros.
Bombardeo de EEUU a Libia
El miércoles pasado, cinco extremistas armados provenientes de Libia murieron en Ben Guerdane cuando la Guardia Nacional tomó por asalto la vivienda en la cual se habían atrincherado. Un civil falleció debido a una bala perdida, y un comandante resultó herido.
Cuatro de esos hombres eran de nacionalidad tunecina, según las autoridades, que dijeron haberse incautado de un arsenal: kalashnikov, cinturones de explosivos, municiones y "granadas artesanales".
El ministerio del Interior indicó que fue informado en días anteriores de la posibilidad de que ingresaran en su territorio "grupos terroristas" tras un bombardeo estadounidense el 19 de febrero contra un campo de entrenamiento del Estado Islámico (EI) en Sabrata, en el oeste libio, cerca de la frontera con Túnez.
Este ataque aéreo dejó decenas de muertos, entre los que estaría Noureddine Chouchane, un tunecino descrito como un mando operativo del EI e implicado en dos de los atentados cometidos en 2015 en Túnez, en el Museo del Bardo de la capital (22 muertos) y cerca de Susa (38 muertos).
Francia y Alemania condenaron los ataques. El presidente francés François Hollande destacó: "Francia está junto a Túnez que, una vez más, fue atacado por ser un símbolo".
Por su parte, el jefe de la diplomacia alemana Frank-Walter Steinmeier denunció un nuevo intento "de desestabilización de la democracia tunecina".
Para tratar de protegerse, el gobierno tunecino construyó un "sistema de obstáculos".

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Túnez sufrió en la jornada de ayer ataques simultáneos y "sin precedentes" en una región vecina de Libia, en los que murieron al menos 35 yihadistas, 10 miembros de las fuerzas de seguridad y ocho civiles.
El país ya fue golpeado el año pasado por atentados mortíferos. Las autoridades tunecinas anunciaron el cierre de su frontera con Libia, donde el caos político ha permitido prosperar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y fortaleció las patrullas terrestres y aéreas en la región.
Los ataques, registrados al amanecer, tuvieron por objetivo un cuartel del ejército, una comisaría de la Policía y un puesto de la Guardia Nacional en Ben Guerdane, una localidad de 60 mil habitantes situada a escasos kilómetros de Libia.
En un balance todavía provisional, los ministerios de Defensa e Interior señalaron que 35 yihadistas, seis guardias nacionales, dos policías, un aduanero y un soldado murieron en los enfrentamientos. Al menos otros ocho civiles perdieron igualmente la vida en circunstancias no precisadas.
El número de extremistas implicados no fue precisado, pero las autoridades dijeron que había todavía operaciones "en curso para perseguir a los terroristas", de los cuales 7 fueron detenidos.
Ayer, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, condenó este ataque "coordinado" y "sin precedentes", que quizás tenía como objetivo "controlar" la región. "Los tunecinos están en guerra contra esta barbarie y estas ratas que vamos a exterminar (...) definitivamente", agregó en declaraciones transmitidas por la televisión pública
Toque de queda nocturno
Las autoridades decretaron un toque de queda en Ben Guerdane, entre las 19.00 y las 05.00 locales, y el primer ministro Habib Essid, que se entrevistó con el presidente Essebsi, pidió a los habitantes que estuvieran vigilantes.
Las escuelas y oficinas públicas estaban cerradas en Ben Guerdane, según testigos, y las fuerzas del orden patrullaban en las calles e incitaban por megáfono a los habitantes a permanecer en sus casas, según un corresponsal de la AFP en el lugar. En este clima de tensión y alerta, sobre algunos tejados se podía ver a soldados montando guardia.
Por otra parte, imágenes que circulan por internet mostraban a algunos habitantes observando y aplaudiendo a los soldados. "¡Viva Túnez! ¡Dios es grande!", gritaban mientras se escuchaban todavía una seguidilla de disparos.
Entre las víctimas civiles de los enfrentamientos figura un niño de 12 años, precisó a la prensa local, y un responsable del hospital de la ciudad, Abdelkrim Chafrud.
Además del cierre de los puestos fronterizos por un tiempo indeterminado, las autoridades también cortaron durante la mañana de ayer la carretera costera que lleva de Ben Guerdane a Zarzis (norte).
El mandatario tunecino, demandó a los habitantes del Sur "apoyar los esfuerzos del Estado en su lucha contra el terrorismo", en un mensaje de condena tras el ataque en el que también homenajeó a las víctimas civiles y militares que dejó el hecho.
Túnez debe hacer frente desde la revolución de 2011 al auge de un movimiento yihadista responsable de la muerte de decenas de policías y de soldados, así como de turistas extranjeros.
Bombardeo de EEUU a Libia
El miércoles pasado, cinco extremistas armados provenientes de Libia murieron en Ben Guerdane cuando la Guardia Nacional tomó por asalto la vivienda en la cual se habían atrincherado. Un civil falleció debido a una bala perdida, y un comandante resultó herido.
Cuatro de esos hombres eran de nacionalidad tunecina, según las autoridades, que dijeron haberse incautado de un arsenal: kalashnikov, cinturones de explosivos, municiones y "granadas artesanales".
El ministerio del Interior indicó que fue informado en días anteriores de la posibilidad de que ingresaran en su territorio "grupos terroristas" tras un bombardeo estadounidense el 19 de febrero contra un campo de entrenamiento del Estado Islámico (EI) en Sabrata, en el oeste libio, cerca de la frontera con Túnez.
Este ataque aéreo dejó decenas de muertos, entre los que estaría Noureddine Chouchane, un tunecino descrito como un mando operativo del EI e implicado en dos de los atentados cometidos en 2015 en Túnez, en el Museo del Bardo de la capital (22 muertos) y cerca de Susa (38 muertos).
Francia y Alemania condenaron los ataques. El presidente francés François Hollande destacó: "Francia está junto a Túnez que, una vez más, fue atacado por ser un símbolo".
Por su parte, el jefe de la diplomacia alemana Frank-Walter Steinmeier denunció un nuevo intento "de desestabilización de la democracia tunecina".
Para tratar de protegerse, el gobierno tunecino construyó un "sistema de obstáculos".

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