Alrededor de 25 personas que sufren de insuficiencia renal crónica y no poseen obra social padecen a diario la falta de equipamientos e infraestructura para poder tratarse en el Hospital Pablo Soria.
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Alrededor de 25 personas que sufren de insuficiencia renal crónica y no poseen obra social padecen a diario la falta de equipamientos e infraestructura para poder tratarse en el Hospital Pablo Soria.
Desde hace un mes y hasta hoy, una máquina era la encargada de hacer el trabajo de los riñones y limpiar la sangre de personas de 20 años hasta abuelos de 70, de vecinos de La Quiaca, Tilcara, San Pedro y de la capital jujeña.
Por el momento, una máquina del Hospital San Roque fue prestada para continuar con el trabajo diario de hemodiálisis.
Los familiares que a diario llaman para solicitar el ansiado turno se dieron con la sorpresa que no funciona ninguna de las dos máquinas que posee el nosocomio local y ahora se ven a la deriva de esperar a que por lo menos esta situación se solucione.
La falta de equipamiento es una problemática que hoy se suma a la falta de un espacio físico adecuado.
Para lograr la asistencia de todos los pacientes, cada uno se realizaba diálisis durante dos horas de las cuatro correspondientes afectando su estado de salud porque si bien éste tratamiento no es la cura, sí los ayuda a prolongar su vida.