El presidente formalizó ayer el llamado a una movilización oficialista para el jueves, día en el que están convocadas protestas opositoras, como forma de enfrentar a quienes buscan “desgastar” al Ejecutivo y atribuyó a los sectores enfrentados a su administración la intención de ”impedir gobernar y desestabilizar”.
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El presidente formalizó ayer el llamado a una movilización oficialista para el jueves, día en el que están convocadas protestas opositoras, como forma de enfrentar a quienes buscan “desgastar” al Ejecutivo y atribuyó a los sectores enfrentados a su administración la intención de ”impedir gobernar y desestabilizar”.
“Todos sabemos que las manifestaciones son legítimas en democracia pero que nadie dude que los de luto quieren impedirnos gobernar y desestabilizarnos”, escribió Correa en su cuenta de la red social Twitter, en referencia a la manifestación contra su gobierno programada para esta semana.
El mandatario prometió que no permitirá que “nos hagan lo que está sucediendo en otros países” y llamó a movilizarse el jueves a “los obreros que ya no son explotados, a los campesinos que ya no pierden sus cosechas por los inviernos, a los artesanos cuya producción se protege, a los fumadores a los que no les importa pagar un centavo más pensando en el bien común y a los empresarios honestos”.
Ese mismo día la oposición llamó -aunque sin convocatoria oficial- a marchar contra el gobierno, bajo la consigna “Ecuador protesta” y la prensa de que “Una marea humana debe cubrir las calles”. Legisladores y dirigentes opositores se limitaron a señalar que se trata de un llamado de simples ciudadanos.
En las movilizaciones se expresará el rechazo a las reformas a la Ley de Estabilización de las Finanzas Públicas, que incluye un incremento del Impuesto a los Consumos Especiales de tabacos, cervezas y bebidas azucaradas, contempla una redistribución en la aplicación del Impuesto a la Salida de Divisas y promueve el uso del dinero electrónico y de tarjetas de crédito mediante incentivos como la reducción del IVA.
Para Correa, el “verdadero conflicto debió ser la tercerización, la explotación del capital financiero, el saqueo de nuestro petróleo, de las aduanas, de las eléctricas, la deuda eterna inmoral, la ausencia de obras indispensables, la falta de salud, de educación, de carretas, de dignidad, de soberanía”. “Si no estuviéramos cambiando el país, nada de esto sucedería”, afirmó.
Según el presidente, la reforma beneficiará a los sectores populares y permitirá redistribuir los ingresos, en un momento en que el país afronta una difícil situación económica por la caída drástica del precio del petróleo, su principal producto de exportación.
“Toda revolución tiene su contrarrevolución. Esa es la lucha. No podemos cansarnos. Es inevitable, pero en la lucha del pueblo, nadie se cansa”, finalizó y convocó a llenar la Plaza Grande.