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Abusador linchado

Martes, 10 de mayo de 2016 01:30
SALTA (Agencia) Ocurrió en un negocio frente a la escuela de barrio Cherenta, en Tartagal. Los vecinos castigaron al abusador y no permitieron el saqueo de su negocio.
Dos nenas de 9 y 6 años fueron arrebatadas prácticamente de las manos de un quiosquero violador por una vecina que se convirtió en la heroína de la jornada al impedir con su rápida intervención el ultraje de dos niñas wichi.
El sábado en la tarde, en el barrio Cherenta, el quiosquero pretendió someter a la mayor, quien pidió ayuda a gritos, queja que motivó la rauda intervención de una vecina, que por poco derribó la puerta del negocio a puntapiés y golpes de puño, y cuyos gritos provocaron una pueblada posterior.
Las niñas fueron rescatadas y el abusador sometido a un violento castigo corporal, cuya gravedad no trascendió. La golpiza se detuvo cuando llegó la fuerza pública.
La indignación enardeció además a un grupo de adictos, que pretendieron saquear el negocio del abusador, pero otra vez la férrea posición vecinal impidió este nuevo delito.

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SALTA (Agencia) Ocurrió en un negocio frente a la escuela de barrio Cherenta, en Tartagal. Los vecinos castigaron al abusador y no permitieron el saqueo de su negocio.
Dos nenas de 9 y 6 años fueron arrebatadas prácticamente de las manos de un quiosquero violador por una vecina que se convirtió en la heroína de la jornada al impedir con su rápida intervención el ultraje de dos niñas wichi.
El sábado en la tarde, en el barrio Cherenta, el quiosquero pretendió someter a la mayor, quien pidió ayuda a gritos, queja que motivó la rauda intervención de una vecina, que por poco derribó la puerta del negocio a puntapiés y golpes de puño, y cuyos gritos provocaron una pueblada posterior.
Las niñas fueron rescatadas y el abusador sometido a un violento castigo corporal, cuya gravedad no trascendió. La golpiza se detuvo cuando llegó la fuerza pública.
La indignación enardeció además a un grupo de adictos, que pretendieron saquear el negocio del abusador, pero otra vez la férrea posición vecinal impidió este nuevo delito.

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