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Barbarita, un ejemplo de lucha y resistencia cultural

Domingo, 12 de junio de 2016 01:30
<div>BARBARITA CRUZ / HACEDORA DE CULTURA, TRANSMISORA DE ENSEÑANZAS, GENEROSA DE CORAZON</div><div>
Ayer Purmamarca y Jujuy lloraron lágrimas color de arcilla. Barbarita Cruz, esa artista que tanto regaló a la Quebrada, cerraba sus ojos para siempre. Tenía 93 años, y estaba internada. Sus familiares al cierre de esta edición todavía no habían decidido el destino de sus restos, pero consideraban la posibilidad de cumplir con su deseo de ser cremada.
El 9 de noviembre del año pasado, El Tribuno de Jujuy publicaba una extensa última nota con la artista inspiradora de versos y producciones cinematográficas, realizada por nuestra compañera Lorena Cruz. Ella destacaba su perfil bajo a contrapelo de su reconocimiento internacional.
"Cuando una tiene mucha edad, se vuelve como chiquilina. Eso me pasa. No veo muy bien, ni escucho muy bien pero sí puedo decir que la vida me enseñó mucho" decía Barbarita en esa nota, recibiendo a nuestra periodista en su propia casa.
"Y es que en condiciones adversas, ella dedico su vida a revalorizar las tradiciones ancestrales, pero antes que nada dejar reivindicar la importancia de la tierra y el ser kolla", rezaba la nota.
Barbarita fue pintora y modeladora de arcilla, escritora, cantora de coplas, y además refugio en su hogar a grandes artistas.
Dedicó su vida al arte y a la enseñanza. Cautivada desde niña por la copla, contó que le llamó mucho la atención aquellos versitos prolijos, de canto breve, pero profundos al mismo tiempo.
"Descubrí lo auténtico del pueblo con la copla desde que nací en esta casa, de mis abuelos maternos. Después nos fuimos a Jujuy, hice primaria en la Escuela Belgrano y después pasó a la Escuela de Manualidades, donde se enseñaba dibujo y otras cosas. Pero nunca me olvidé de Purmamarca", decía en aquella entrevista Barbarita, esa mujer que nombra la zamba de Alejandro Carrizo, "Jujuy mujer".
Trabajó como maestra ayudante en las materias especiales, en la escuela de Tumbaya, y en capital, en la Escuela Primaria "Juanita Stevens" y después en el Colegio del Salvador.
Tuvo un taller de arte en su propia casa, pero las clases eran gratuitas.
"Yo enseñé mucho la artesanía. Las cosas que se ven aquí no son todas mías, algunas sí, otras son de profesores, de alumnos, de amigos, pero en realidad me dedicaba mucho a enseñar a la gente, para que ellos tengan un medio en la vida" expresaba la artesana de los cerros que con gran humildad dejó en claro que no le interesan los reconocimientos. "Me agrada lo que hago porque lo siento, porque es algo natural en mí. Sólo me basta con estar conforme con lo que hago para la gente, para enseñar. Eso me conforma y me tranquiliza mucho", decía esta mujer que es leyenda viva, multipremiada y distinguida por la Unesco como Tesoro Humano Vivo y por, sobre todo, orgullo jujeño.
Lo llamativo de sus declaraciones en esa última nota concedida a nuestro matutino, fue que con todo, Barbarita no se sentía artista, sino un ser humano común que le gustaba enseñar el arte. "Al hacer cosas que sean útiles para la gente, me siento satisfecha pero no soy artista. Han puesto mi nombre a una galería de artistas pero yo no quería, porque hay gente que ha trabajado mucho más como artista. Yo sólo me dediqué a enseñar", manifestaba en noviembre último.
"Me considero una persona como cualquiera, no soy un patrimonio. Soy una persona que ha hecho lo que ha podido para ayudar a la gente", aseguraba y con una sonrisa cerró diciendo: "No es la vida tan triste como dice la gente, no? tengo muchas coplas todavía por cantar", comentaba para cerrar aquel encuentro.
Inspiración
"Volveré a Jujuy una tarde de éstas, vidaleando olvidos, bagualeando penas, subiré por Yala, monteando en silencio pa' volverme runa golpeando los cueros. Fiera la distancia, Barbarita Cruz, sola en Purmamarca", dice la letra de la reconocida zamba de Carrizo.
Dicha composición da pie al título "Sola en Purmamarca", película de Carolina Zarzoso Paoloni que con 91 años protagonizó Barbarita y que rescata su historia de vida, exponiendo su ejemplar y conmovedora lucha por sus pasiones, sueños y proyectos, según destacó la directora del film.
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Ayer Purmamarca y Jujuy lloraron lágrimas color de arcilla. Barbarita Cruz, esa artista que tanto regaló a la Quebrada, cerraba sus ojos para siempre. Tenía 93 años, y estaba internada. Sus familiares al cierre de esta edición todavía no habían decidido el destino de sus restos, pero consideraban la posibilidad de cumplir con su deseo de ser cremada.
El 9 de noviembre del año pasado, El Tribuno de Jujuy publicaba una extensa última nota con la artista inspiradora de versos y producciones cinematográficas, realizada por nuestra compañera Lorena Cruz. Ella destacaba su perfil bajo a contrapelo de su reconocimiento internacional.
"Cuando una tiene mucha edad, se vuelve como chiquilina. Eso me pasa. No veo muy bien, ni escucho muy bien pero sí puedo decir que la vida me enseñó mucho" decía Barbarita en esa nota, recibiendo a nuestra periodista en su propia casa.
"Y es que en condiciones adversas, ella dedico su vida a revalorizar las tradiciones ancestrales, pero antes que nada dejar reivindicar la importancia de la tierra y el ser kolla", rezaba la nota.
Barbarita fue pintora y modeladora de arcilla, escritora, cantora de coplas, y además refugio en su hogar a grandes artistas.
Dedicó su vida al arte y a la enseñanza. Cautivada desde niña por la copla, contó que le llamó mucho la atención aquellos versitos prolijos, de canto breve, pero profundos al mismo tiempo.
"Descubrí lo auténtico del pueblo con la copla desde que nací en esta casa, de mis abuelos maternos. Después nos fuimos a Jujuy, hice primaria en la Escuela Belgrano y después pasó a la Escuela de Manualidades, donde se enseñaba dibujo y otras cosas. Pero nunca me olvidé de Purmamarca", decía en aquella entrevista Barbarita, esa mujer que nombra la zamba de Alejandro Carrizo, "Jujuy mujer".
Trabajó como maestra ayudante en las materias especiales, en la escuela de Tumbaya, y en capital, en la Escuela Primaria "Juanita Stevens" y después en el Colegio del Salvador.
Tuvo un taller de arte en su propia casa, pero las clases eran gratuitas.
"Yo enseñé mucho la artesanía. Las cosas que se ven aquí no son todas mías, algunas sí, otras son de profesores, de alumnos, de amigos, pero en realidad me dedicaba mucho a enseñar a la gente, para que ellos tengan un medio en la vida" expresaba la artesana de los cerros que con gran humildad dejó en claro que no le interesan los reconocimientos. "Me agrada lo que hago porque lo siento, porque es algo natural en mí. Sólo me basta con estar conforme con lo que hago para la gente, para enseñar. Eso me conforma y me tranquiliza mucho", decía esta mujer que es leyenda viva, multipremiada y distinguida por la Unesco como Tesoro Humano Vivo y por, sobre todo, orgullo jujeño.
Lo llamativo de sus declaraciones en esa última nota concedida a nuestro matutino, fue que con todo, Barbarita no se sentía artista, sino un ser humano común que le gustaba enseñar el arte. "Al hacer cosas que sean útiles para la gente, me siento satisfecha pero no soy artista. Han puesto mi nombre a una galería de artistas pero yo no quería, porque hay gente que ha trabajado mucho más como artista. Yo sólo me dediqué a enseñar", manifestaba en noviembre último.
"Me considero una persona como cualquiera, no soy un patrimonio. Soy una persona que ha hecho lo que ha podido para ayudar a la gente", aseguraba y con una sonrisa cerró diciendo: "No es la vida tan triste como dice la gente, no? tengo muchas coplas todavía por cantar", comentaba para cerrar aquel encuentro.
Inspiración
"Volveré a Jujuy una tarde de éstas, vidaleando olvidos, bagualeando penas, subiré por Yala, monteando en silencio pa' volverme runa golpeando los cueros. Fiera la distancia, Barbarita Cruz, sola en Purmamarca", dice la letra de la reconocida zamba de Carrizo.
Dicha composición da pie al título "Sola en Purmamarca", película de Carolina Zarzoso Paoloni que con 91 años protagonizó Barbarita y que rescata su historia de vida, exponiendo su ejemplar y conmovedora lucha por sus pasiones, sueños y proyectos, según destacó la directora del film.