¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

10°
16 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

En busca de una rebelión que nos dé un relato

Martes, 21 de junio de 2016 01:30
<div>INTIMISTA/ LA PROPUESTA ESTA VEZ FUE DE CERCA, SOLO CON SU GUITARRA, HABLANDO Y CANTANDO CASI AL OIDO</div><div>
Salió sólo con su guitarra al escenario, que hacía un rato estaba bajo la lupa del jurado. Las tablas se habían preparado para representar la intemperie, con plantas y árboles que rodeaban una banqueta de madera sencilla como la predisposición del cantante. Hojas en el piso, muchas, consecuencias del otoño que estamos transitando.

Ismael Serrano salió al encuentro con su público pasadas las 21.30, y comenzó cantando temas románticos. El repertorio fue virando hacia lugares de los más variados, tornándose sumamente reflexivo y filosófico, y fue largo, muy largo, generoso, ese encuentro que sus seguidores esperaban desde hacía gran rato.
Más de dos horas y media de canciones engalanaron con la voz española, la sala del Centro Cultural "Martín Fierro" del Complejo Educativo "José Hernández", en Los Perales.
Abrió cantando "todas las aceras desembocan en tu dormitorio", con un tono sugestivo, seductor, para este tema, "Pequeña bachata mediterráneo". Y las primeras palabras fueron para hablar de eso que nos anticipaba en la entrevista previa a su llegada a Jujuy, de que su patria de alguna forma es la carretera. Su andar por los escenarios y los caminos del mundo.
Y en cada pausa después de cada tema, con gran velocidad y verborragia, habló de los procesos y motivaciones para escribir, para componer, de las idas y venidas en el ámbito del aprendizaje más grande que es la vida. "Las canciones que uno escribe son de amor y desamor, más de desamor -reflexionó, porque cuando uno es correspondido tiene cosas más interesantes que hacer que componer". Componer a partir de la tristeza es según comentó sobre el escenario sacar "algo de belleza entre el escombro".
Lo cierto es que invadido por la reflexividad que se impone generalmente cuando traspasamos la cuarta década de vida, Ismael Serrano se mostró como un analista de lo recorrido, un optimista del mundo que debemos dejar a nuestros hijos, -sentimiento que cultivó hace poco tiempo a partir de la llegada de su primera hija también-, y muy crítico de las irregularidades e imperfecciones de la realidad que nos rodea.
Mostró con sinceridad sus sentimientos y a pesar de haber expresado con honestidad brutal, su reconocimiento de la propia ignorancia, sus letras hablan de la sabiduría de su poesía.
También quedó claro que lo traspasa la realidad que hoy vive su país. España está viviendo lo que en muchas ocasiones nos sucedió a los argentinos. Su videoclip de "La Llamada", el disco que vino a presentar, está inspirado en una de las más fuertes crisis de nuestro país, la del 2.001, quizás con el afán de buscar una respuesta a lo que ahora sucede cruzando "el charco", allá en su lugar de origen. "La llamada" es un canto optimista de cómo las cooperativas pueden salvar un mal paso. "Escucha la llamada,/ únete al grito de los cansados,/ la vida fue un ensayo hasta ahora,/ sal a la calle, salta las olas", dice la canción.
Y así, su compromiso con la realidad internacional, mostró conocer demasiado de nuestra historia y nuestros momentos. Hay otro tema que habla de números de distintas realidades cotidianas sucedidas "en el día en que tú nacías", el día en que nació su hija, y en el largo listado que rezó, se escuchó "hasta el momento Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron 119 nietos desaparecidos", y un cerrado aplauso manifestó que a la platea le había tocado una íntima fibra sensible. La propuesta es "Canciones para una niña recién nacida", tiene varios capítulos, y es en realidad un canto terriblemente realista, emocionante y universal en los versos del cantautor. Con todo, quiere expresar que "en los siguientes minutos, puede comenzar todo".
Preocupado por lo que les contaremos a nuestros hijos, también reflexionó sobre lo que desde los relatos de su padre escuchó, experimentó y recuerda. "Al menos ellos tenían un relato", dice y asume la necesidad de preparar algo para decirles a la generación que los cuarentones generamos.
Todo el recital es un largo manifiesto de su sensibilidad, su voluntad, y expresiones que las vuelca siempre en cada entrevista, en cada poesía, en cada recitado.
Con una excelente puesta en la que la escenografía, los arbolitos, fueron cambiando de color con luces que teñían cada sensación expresada. De rojo, se los vio para cantar la rabia por la realidad de un mundo desigual.
Y a pesar de la sencillez del espectáculo, incluyó también una pantalla donde probando sus dotes de cuentacuentos se ilustró la historia del dragón, para ilustrar los sueños, y hacer su introducción a "Rebelión en Hamellin", una canción que habla otra vez de una historia universal y poderes que nos engañan y nos afectan socialmente. También en la pantalla se vio el cuento de los "Tres cerditos" adaptado a una metáfora de las políticas que nos acechan. Pero ahí nomás asume con optimismo que no es cierto que no podamos hacer nada y que "el día de que todo cambie está más cerca de lo que uno cree".
Con todo, no faltó el humor simpático de un discurso ameno. Presentó como "la canción más bonita que voy a cantar esta noche", la emblemática "Ojalá" de Silvio Rodríguez. Y luego, diciendo que quien no tiene principios puede que nadie lo odie, y alegando que le provoca sospecha la gente que le cae bien a todo el mundo, cantó "Te odio".
Promediando el espectáculo, juega con el bolso que descansa al lado de su banqueta, en medio de la oscuridad de allí saca bolas de luz que iluminarán tres lamparitas ubicadas en el frente del escenario, luego las vuelve a apagar y guarda las bolitas en el bolso. Se animó a crear música en vivo, esta vez parado a la derecha del escenario, cantó y cantó, sin regatear.
La visita de Serrano a Jujuy cerró así, con emociones y sensaciones encontradas, eso que seguramente se propuso generar, porque esa es la función de un creador, un poeta, el que canta y dice, el que canta y refleja y provoca.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Salió sólo con su guitarra al escenario, que hacía un rato estaba bajo la lupa del jurado. Las tablas se habían preparado para representar la intemperie, con plantas y árboles que rodeaban una banqueta de madera sencilla como la predisposición del cantante. Hojas en el piso, muchas, consecuencias del otoño que estamos transitando.

Ismael Serrano salió al encuentro con su público pasadas las 21.30, y comenzó cantando temas románticos. El repertorio fue virando hacia lugares de los más variados, tornándose sumamente reflexivo y filosófico, y fue largo, muy largo, generoso, ese encuentro que sus seguidores esperaban desde hacía gran rato.
Más de dos horas y media de canciones engalanaron con la voz española, la sala del Centro Cultural "Martín Fierro" del Complejo Educativo "José Hernández", en Los Perales.
Abrió cantando "todas las aceras desembocan en tu dormitorio", con un tono sugestivo, seductor, para este tema, "Pequeña bachata mediterráneo". Y las primeras palabras fueron para hablar de eso que nos anticipaba en la entrevista previa a su llegada a Jujuy, de que su patria de alguna forma es la carretera. Su andar por los escenarios y los caminos del mundo.
Y en cada pausa después de cada tema, con gran velocidad y verborragia, habló de los procesos y motivaciones para escribir, para componer, de las idas y venidas en el ámbito del aprendizaje más grande que es la vida. "Las canciones que uno escribe son de amor y desamor, más de desamor -reflexionó, porque cuando uno es correspondido tiene cosas más interesantes que hacer que componer". Componer a partir de la tristeza es según comentó sobre el escenario sacar "algo de belleza entre el escombro".
Lo cierto es que invadido por la reflexividad que se impone generalmente cuando traspasamos la cuarta década de vida, Ismael Serrano se mostró como un analista de lo recorrido, un optimista del mundo que debemos dejar a nuestros hijos, -sentimiento que cultivó hace poco tiempo a partir de la llegada de su primera hija también-, y muy crítico de las irregularidades e imperfecciones de la realidad que nos rodea.
Mostró con sinceridad sus sentimientos y a pesar de haber expresado con honestidad brutal, su reconocimiento de la propia ignorancia, sus letras hablan de la sabiduría de su poesía.
También quedó claro que lo traspasa la realidad que hoy vive su país. España está viviendo lo que en muchas ocasiones nos sucedió a los argentinos. Su videoclip de "La Llamada", el disco que vino a presentar, está inspirado en una de las más fuertes crisis de nuestro país, la del 2.001, quizás con el afán de buscar una respuesta a lo que ahora sucede cruzando "el charco", allá en su lugar de origen. "La llamada" es un canto optimista de cómo las cooperativas pueden salvar un mal paso. "Escucha la llamada,/ únete al grito de los cansados,/ la vida fue un ensayo hasta ahora,/ sal a la calle, salta las olas", dice la canción.
Y así, su compromiso con la realidad internacional, mostró conocer demasiado de nuestra historia y nuestros momentos. Hay otro tema que habla de números de distintas realidades cotidianas sucedidas "en el día en que tú nacías", el día en que nació su hija, y en el largo listado que rezó, se escuchó "hasta el momento Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron 119 nietos desaparecidos", y un cerrado aplauso manifestó que a la platea le había tocado una íntima fibra sensible. La propuesta es "Canciones para una niña recién nacida", tiene varios capítulos, y es en realidad un canto terriblemente realista, emocionante y universal en los versos del cantautor. Con todo, quiere expresar que "en los siguientes minutos, puede comenzar todo".
Preocupado por lo que les contaremos a nuestros hijos, también reflexionó sobre lo que desde los relatos de su padre escuchó, experimentó y recuerda. "Al menos ellos tenían un relato", dice y asume la necesidad de preparar algo para decirles a la generación que los cuarentones generamos.
Todo el recital es un largo manifiesto de su sensibilidad, su voluntad, y expresiones que las vuelca siempre en cada entrevista, en cada poesía, en cada recitado.
Con una excelente puesta en la que la escenografía, los arbolitos, fueron cambiando de color con luces que teñían cada sensación expresada. De rojo, se los vio para cantar la rabia por la realidad de un mundo desigual.
Y a pesar de la sencillez del espectáculo, incluyó también una pantalla donde probando sus dotes de cuentacuentos se ilustró la historia del dragón, para ilustrar los sueños, y hacer su introducción a "Rebelión en Hamellin", una canción que habla otra vez de una historia universal y poderes que nos engañan y nos afectan socialmente. También en la pantalla se vio el cuento de los "Tres cerditos" adaptado a una metáfora de las políticas que nos acechan. Pero ahí nomás asume con optimismo que no es cierto que no podamos hacer nada y que "el día de que todo cambie está más cerca de lo que uno cree".
Con todo, no faltó el humor simpático de un discurso ameno. Presentó como "la canción más bonita que voy a cantar esta noche", la emblemática "Ojalá" de Silvio Rodríguez. Y luego, diciendo que quien no tiene principios puede que nadie lo odie, y alegando que le provoca sospecha la gente que le cae bien a todo el mundo, cantó "Te odio".
Promediando el espectáculo, juega con el bolso que descansa al lado de su banqueta, en medio de la oscuridad de allí saca bolas de luz que iluminarán tres lamparitas ubicadas en el frente del escenario, luego las vuelve a apagar y guarda las bolitas en el bolso. Se animó a crear música en vivo, esta vez parado a la derecha del escenario, cantó y cantó, sin regatear.
La visita de Serrano a Jujuy cerró así, con emociones y sensaciones encontradas, eso que seguramente se propuso generar, porque esa es la función de un creador, un poeta, el que canta y dice, el que canta y refleja y provoca.