"Llegar a una final por tercera vez consecutiva es algo impresionante y ojalá esta vez se nos termine dando porque lo merecemos", manifestó Messi luego de convertirse en el máximo goleador de la historia de la selección argentina con un espléndido golazo de tiro libre que contribuyó a la goleada por 4 a 0 sobre los Estados Unidos en Houston.
"Es que cuando venís de dos finales perdidas el único objetivo que tenés por delante es llegar a otra y ganarla. Y para eso vinimos aquí. Ojalá podamos dar el pasito que nos falta", enfatizó.
Levantar una Copa se convirtió para esta generación de futbolistas que viste de continuo la camiseta del seleccionado en una verdadera obsesión porque saben que el tiempo es impiadoso y si no es ahora, quizás en Rusia 2018 habite la última chance de lograrlo. "Es que sencillamente debemos ser campeones porque nos lo merecemos, porque trabajamos mucho, porque hicimos las cosas bien desde el principio en este torneo ante un rival muy duro como Chile y después fuimos creciendo tanto en lo ofensivo como en lo defensivo. Y eso se debe a que tenemos muchas ganas de quedarnos con esta Copa", remarcó.
"Por ejemplo contra Estados Unidos pudimos jugar más con posesión de pelota como nos gusta, tenerla más y hacerla circular de un lado a otro, porque anotamos temprano. Es que estamos muy efectivos en ataque y eso facilita las cosas", precisó.
Superar a Batistuta
El golazo que le marcó a los estadounidenses, fue digno de la circunstancia que conllevaba, ya que ese tiro libre que se incrustó contra el ángulo superior izquierdo fue el 55 de su colección en la selección, lo que le permitió quebrar el récord que poseía Gabriel Batistuta. Sin embargo fue más atractivo escucharlo contar como preparó semejante zurdazo que el efecto que produjo en él esa conquista. "Estoy feliz de haber batido el récord de Batistuta como máximo goleador del seleccionado argentino, pero como lo vengo diciendo desde el partido anterior con Venezuela en que lo alcancé: estamos aquí para otra cosa", aclaró. "Pero por supuesto que él gol fue lindo, aunque lo preparé bastante antes de elegir a donde rematar. Por eso me puse a atar los cordones de los botines, ya que quería afirmarme bien porque la cancha no estaba bien, y mientras tanto observaba el panorama. Y cuando vi como se paró la barrera y donde se ubicó el arquero, tomé la decisión de pegarle ahí", contó.
Después de esta "distracción" en la amena charla que siempre mantiene con los periodistas, sobre todo los gráficos, el análisis volvió sobre la meta que carcome de ansiedad a los futbolistas argentinos. "Al final uno se queda siempre con ganar o no ganar, pero llegar a tres definiciones en tres años no es cosa de todos los días. Pero también es cierto que a esta altura de las circunstancias lo único que importa es ganar, sobre todo después de venir de jugar dos y perderlas. Eso es lógico".
"Pero así y todo estamos tranquilos, relajados, porque después de jugar cada tres días ahora nos quedan cinco hasta la final del domingo y eso nos va a venir bien, aunque mañana -por hoy- tengamos otro viaje por delante", apuntó.
Sin embargo Messi vuelve permanentemente hacia atrás en el tiempo, porque quiere valorar las dos finales anteriores a rajatabla.
"A las anteriores finales en el Mundial de Brasil y la Copa América de Chile también llegamos de buena manera y las perdimos por detalles. Pero desde la del año pasado hasta ahora crecimos mucho como equipo y como grupo, y eso es muy importante", valoró.
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"Llegar a una final por tercera vez consecutiva es algo impresionante y ojalá esta vez se nos termine dando porque lo merecemos", manifestó Messi luego de convertirse en el máximo goleador de la historia de la selección argentina con un espléndido golazo de tiro libre que contribuyó a la goleada por 4 a 0 sobre los Estados Unidos en Houston.
"Es que cuando venís de dos finales perdidas el único objetivo que tenés por delante es llegar a otra y ganarla. Y para eso vinimos aquí. Ojalá podamos dar el pasito que nos falta", enfatizó.
Levantar una Copa se convirtió para esta generación de futbolistas que viste de continuo la camiseta del seleccionado en una verdadera obsesión porque saben que el tiempo es impiadoso y si no es ahora, quizás en Rusia 2018 habite la última chance de lograrlo. "Es que sencillamente debemos ser campeones porque nos lo merecemos, porque trabajamos mucho, porque hicimos las cosas bien desde el principio en este torneo ante un rival muy duro como Chile y después fuimos creciendo tanto en lo ofensivo como en lo defensivo. Y eso se debe a que tenemos muchas ganas de quedarnos con esta Copa", remarcó.
"Por ejemplo contra Estados Unidos pudimos jugar más con posesión de pelota como nos gusta, tenerla más y hacerla circular de un lado a otro, porque anotamos temprano. Es que estamos muy efectivos en ataque y eso facilita las cosas", precisó.
Superar a Batistuta
El golazo que le marcó a los estadounidenses, fue digno de la circunstancia que conllevaba, ya que ese tiro libre que se incrustó contra el ángulo superior izquierdo fue el 55 de su colección en la selección, lo que le permitió quebrar el récord que poseía Gabriel Batistuta. Sin embargo fue más atractivo escucharlo contar como preparó semejante zurdazo que el efecto que produjo en él esa conquista. "Estoy feliz de haber batido el récord de Batistuta como máximo goleador del seleccionado argentino, pero como lo vengo diciendo desde el partido anterior con Venezuela en que lo alcancé: estamos aquí para otra cosa", aclaró. "Pero por supuesto que él gol fue lindo, aunque lo preparé bastante antes de elegir a donde rematar. Por eso me puse a atar los cordones de los botines, ya que quería afirmarme bien porque la cancha no estaba bien, y mientras tanto observaba el panorama. Y cuando vi como se paró la barrera y donde se ubicó el arquero, tomé la decisión de pegarle ahí", contó.
Después de esta "distracción" en la amena charla que siempre mantiene con los periodistas, sobre todo los gráficos, el análisis volvió sobre la meta que carcome de ansiedad a los futbolistas argentinos. "Al final uno se queda siempre con ganar o no ganar, pero llegar a tres definiciones en tres años no es cosa de todos los días. Pero también es cierto que a esta altura de las circunstancias lo único que importa es ganar, sobre todo después de venir de jugar dos y perderlas. Eso es lógico".
"Pero así y todo estamos tranquilos, relajados, porque después de jugar cada tres días ahora nos quedan cinco hasta la final del domingo y eso nos va a venir bien, aunque mañana -por hoy- tengamos otro viaje por delante", apuntó.
Sin embargo Messi vuelve permanentemente hacia atrás en el tiempo, porque quiere valorar las dos finales anteriores a rajatabla.
"A las anteriores finales en el Mundial de Brasil y la Copa América de Chile también llegamos de buena manera y las perdimos por detalles. Pero desde la del año pasado hasta ahora crecimos mucho como equipo y como grupo, y eso es muy importante", valoró.