El combinado nacional, a pura presión, arrancó mejor. Es más, a los 20 segundos ya Banega había probado de fuera del área y su tiro había salido apenas desviado. Luego, en el mejor movimiento colectivo del primer tiempo, Rojo, Messi y Di María triangularon, concluyendo con un disparo de "Fideo" que pasó cerca.
Pero la chance más clara fue cuando Higuaín aprovechó un error de Jara, encaró con pelota dominada y solo frente al arquero Bravo definió cruzado y mal. Muchos recordaron la acción de la final de la Copa del Mundo ante Alemania.
El equipo nacional tuvo chances, pero en líneas generales jugó mal. Messi falló el primer tiro desde los 12 pasos.
La "albiceleste" venía de perder en las últimas seis finales que jugó y ayer agregó una más a ese fatídico listado.
La primera en la final de la Copa Confederaciones de 1995 denominada Copa Rey Fahd en Arabia Saudita. Perdieron ante Dinamarca 2 a 0. En el 2004 en Perú, Argentina cayó en la final de la Copa América ante Brasil por penales. Al año siguiente, otra vez con Brasil como rival en Frankfurt perdió con Brasil 4-1. En 2007, otra vez "sopa". En Venezuela Argentina cayó en la final ante Brasil por un claro 3-0. En la última Copa de Mundo, Argentina cayó con Alemania en la final por 1 a 0. La última, en la Copa América en CHile ante la selección local por definición desde el punto penal.
Son 23 años de sufrimiento y llantos, y habrá que seguir esperando.
El "Tata" Martino, de 53 años, llegó a la final del estadio MetLife de East Rutherford (Nueva Jersey, este de Estados Unidos) con la obligación de terminar la sequía de 23 años sin trofeos de Argentina. De su lado, el macanudo Pizzi, de 47 años, que reemplazó a su compatriota Jorge Sampaoli llegó para defender ese último título logrado en su casa.
Los dos son embajadores de Rosario, la ciudad portuaria 300 kilómetros al norte de Buenos Aires conocida por parir grandes nombres en el mundo del fútbol. El último de ellos es un tal Lionel Messi, nacido allí antes de mudarse a Barcelona, donde se convirtió en estrella. Los dos grandes clubes son Rosario Central y Newell''s Old Boys, "canallas" y "leprosos" respectivamente, dueños de una tradición de juego ofensivo y protagonistas de una rivalidad centenaria. Mientras Martino es "leproso", Pizzi es "canalla", exponentes de una relación futbolera amor-odio que ha sido llevada a la literatura de magnífico modo por el escritor Roberto Fontarrosa, él mismo fanático de Central. De las canteras de Rosario Central y Newells han salido decenas de grandes jugadores, como Gabriel Batistuta y Jorge Valdano, entre otros. Y el ganador anoche fue Central.
inicia sesión o regístrate.
El combinado nacional, a pura presión, arrancó mejor. Es más, a los 20 segundos ya Banega había probado de fuera del área y su tiro había salido apenas desviado. Luego, en el mejor movimiento colectivo del primer tiempo, Rojo, Messi y Di María triangularon, concluyendo con un disparo de "Fideo" que pasó cerca.
Pero la chance más clara fue cuando Higuaín aprovechó un error de Jara, encaró con pelota dominada y solo frente al arquero Bravo definió cruzado y mal. Muchos recordaron la acción de la final de la Copa del Mundo ante Alemania.
El equipo nacional tuvo chances, pero en líneas generales jugó mal. Messi falló el primer tiro desde los 12 pasos.
La "albiceleste" venía de perder en las últimas seis finales que jugó y ayer agregó una más a ese fatídico listado.
La primera en la final de la Copa Confederaciones de 1995 denominada Copa Rey Fahd en Arabia Saudita. Perdieron ante Dinamarca 2 a 0. En el 2004 en Perú, Argentina cayó en la final de la Copa América ante Brasil por penales. Al año siguiente, otra vez con Brasil como rival en Frankfurt perdió con Brasil 4-1. En 2007, otra vez "sopa". En Venezuela Argentina cayó en la final ante Brasil por un claro 3-0. En la última Copa de Mundo, Argentina cayó con Alemania en la final por 1 a 0. La última, en la Copa América en CHile ante la selección local por definición desde el punto penal.
Son 23 años de sufrimiento y llantos, y habrá que seguir esperando.
El "Tata" Martino, de 53 años, llegó a la final del estadio MetLife de East Rutherford (Nueva Jersey, este de Estados Unidos) con la obligación de terminar la sequía de 23 años sin trofeos de Argentina. De su lado, el macanudo Pizzi, de 47 años, que reemplazó a su compatriota Jorge Sampaoli llegó para defender ese último título logrado en su casa.
Los dos son embajadores de Rosario, la ciudad portuaria 300 kilómetros al norte de Buenos Aires conocida por parir grandes nombres en el mundo del fútbol. El último de ellos es un tal Lionel Messi, nacido allí antes de mudarse a Barcelona, donde se convirtió en estrella. Los dos grandes clubes son Rosario Central y Newell''s Old Boys, "canallas" y "leprosos" respectivamente, dueños de una tradición de juego ofensivo y protagonistas de una rivalidad centenaria. Mientras Martino es "leproso", Pizzi es "canalla", exponentes de una relación futbolera amor-odio que ha sido llevada a la literatura de magnífico modo por el escritor Roberto Fontarrosa, él mismo fanático de Central. De las canteras de Rosario Central y Newells han salido decenas de grandes jugadores, como Gabriel Batistuta y Jorge Valdano, entre otros. Y el ganador anoche fue Central.