A las 13.15 de ese primer día de julio, Isabel dio la infausta noticia: "Con gran dolor debo transmitir al pueblo de la Nación argentina el fallecimiento de este verdadero apóstol de la paz y la no violencia".
Inmediatamente después de su muerte, los restos de Perón fueron instalados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, vestido con uniforme militar, donde se lo veló hasta las 8 del día 2. A esa hora fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, donde arribaron a las 9.40, rezándose una misa de cuerpo presente. Colocado en una cureña, el féretro, flanqueado por granaderos, fue conducido al Palacio Legislativo. Allí permaneció hasta las 9.30 del 4.
Se calcula que mientras el cuerpo de Perón estuvo expuesto en el Congreso, desfilaron ante el féretro casi 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder.
Dos mil periodistas extranjeros informaron los detalles de las exequias.
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A las 13.15 de ese primer día de julio, Isabel dio la infausta noticia: "Con gran dolor debo transmitir al pueblo de la Nación argentina el fallecimiento de este verdadero apóstol de la paz y la no violencia".
Inmediatamente después de su muerte, los restos de Perón fueron instalados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, vestido con uniforme militar, donde se lo veló hasta las 8 del día 2. A esa hora fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, donde arribaron a las 9.40, rezándose una misa de cuerpo presente. Colocado en una cureña, el féretro, flanqueado por granaderos, fue conducido al Palacio Legislativo. Allí permaneció hasta las 9.30 del 4.
Se calcula que mientras el cuerpo de Perón estuvo expuesto en el Congreso, desfilaron ante el féretro casi 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder.
Dos mil periodistas extranjeros informaron los detalles de las exequias.