En el octavo piso del edificio de Tribunales mañana continuará el juicio oral y público que se le sigue a un ingeniero agrónomo acusado de acuchillar a un abogado en medio del festejo de una boda en un importante hotel de la localidad de Purmamarca, en un hecho ocurrido en febrero de 2014.
En la audiencia celebrada el pasado 29 de junio, fueron traídos a juicio siete testigos, entre ellos la novia del ingeniero Mariano Carreño, Andrea Zamora, y la víctima, Agustín González. Pero no comparecieron tres testigos considerados de suma importancia por el fiscal de Cámara Marcelo Cuellar. Es por eso que el Tribunal en lo Criminal N§ 1 decidió dar a lugar al pedido de persistencia, para que por lo menos dos testigos que residen en la provincia de Córdoba, sean traídos con auxilio de la fuerza pública.
Se trata de Mileva Zec y Franco Bonetto pareja cordobesa allegada a los recién casados y que según el relato de Zamora, González y el propio Carreño estuvieron en el lugar cuando se produjo el ataque de sangre.
Del inicio del hecho de enfrentamiento se sabe muy poco, pese a la declaración de los protagonistas ante el Tribunal enjuiciador.
Lo que sí se pudo establecer es que tanto la víctima como el victimario habían bebido bastante alcohol durante la fiesta que se desarrolló en la tarde de aquel 2 de febrero de 2014.
Lo que tampoco quedó claro fue por qué razón el agresor Carreño se retiró del lugar en su vehículo sin que nadie lo detuviese y por qué razón los amigos de la víctima habrían optado por tomar cartas en el asunto, tratar de buscar al agresor, pasando por alto una denuncia formal.
Carreño llegó a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito "homicidio en grado de tentativa" y se excusó diciendo que González molestaba a su novia durante la fiesta y cuando se retiraba a causa de esa misma molestia, se dio con la sorpresa que el mismo sujeto se encontraba en el asiento trasero de su camioneta diciendo que se "iría con la de verde" (haciendo alusión a su novia que conducía y llevaba puesto un vestido de ese color).
Tampoco aportó datos de relevancia Agustín González, quien directamente manifestó ante el Tribunal que no recuerda nada de lo que pasó esa tarde.
Pero de lo que sí está seguro es que "no es una persona violenta y que lo máximo que pudo haber hecho fue pedirle que los lleve hasta el hotel donde estaba alojado".
Carreño prestó declaración espontánea y dijo que trató de "asustarlo con un cuchillo (que sacó del interior de su vehículo) para que se fuera, pero cuando vi que se quería abalanzar sobre mi novia lo empujé y en ese momento no me di cuenta que lo había cortado", dijo.
El grato festejo había dejado de ser tal a medida que la noticia se propagaba como reguero de pólvora entre los invitados. Hubo corridas por todos lados pero no muchos habían presenciado el hecho de sangre y además es sabido que los dos protagonistas son muy conocidos de la pareja que había contraído matrimonio.
Por otro lado se estima que también para esta jornada se produzcan los alegatos, de un hecho en el que esta vez fueron protagonistas personas de clase social media alta, ambos profesionales en un notable estado de ebriedad y que por causas aún no claras, uno terminó hiriendo a otro gravemente en la zona abdominal.
En la audiencia celebrada el pasado 29 de junio, fueron traídos a juicio siete testigos, entre ellos la novia del ingeniero Mariano Carreño, Andrea Zamora, y la víctima, Agustín González. Pero no comparecieron tres testigos considerados de suma importancia por el fiscal de Cámara Marcelo Cuellar. Es por eso que el Tribunal en lo Criminal N§ 1 decidió dar a lugar al pedido de persistencia, para que por lo menos dos testigos que residen en la provincia de Córdoba, sean traídos con auxilio de la fuerza pública.
Se trata de Mileva Zec y Franco Bonetto pareja cordobesa allegada a los recién casados y que según el relato de Zamora, González y el propio Carreño estuvieron en el lugar cuando se produjo el ataque de sangre.
Del inicio del hecho de enfrentamiento se sabe muy poco, pese a la declaración de los protagonistas ante el Tribunal enjuiciador.
Lo que sí se pudo establecer es que tanto la víctima como el victimario habían bebido bastante alcohol durante la fiesta que se desarrolló en la tarde de aquel 2 de febrero de 2014.
Lo que tampoco quedó claro fue por qué razón el agresor Carreño se retiró del lugar en su vehículo sin que nadie lo detuviese y por qué razón los amigos de la víctima habrían optado por tomar cartas en el asunto, tratar de buscar al agresor, pasando por alto una denuncia formal.
Carreño llegó a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito "homicidio en grado de tentativa" y se excusó diciendo que González molestaba a su novia durante la fiesta y cuando se retiraba a causa de esa misma molestia, se dio con la sorpresa que el mismo sujeto se encontraba en el asiento trasero de su camioneta diciendo que se "iría con la de verde" (haciendo alusión a su novia que conducía y llevaba puesto un vestido de ese color).
Tampoco aportó datos de relevancia Agustín González, quien directamente manifestó ante el Tribunal que no recuerda nada de lo que pasó esa tarde.
Pero de lo que sí está seguro es que "no es una persona violenta y que lo máximo que pudo haber hecho fue pedirle que los lleve hasta el hotel donde estaba alojado".
Carreño prestó declaración espontánea y dijo que trató de "asustarlo con un cuchillo (que sacó del interior de su vehículo) para que se fuera, pero cuando vi que se quería abalanzar sobre mi novia lo empujé y en ese momento no me di cuenta que lo había cortado", dijo.
El grato festejo había dejado de ser tal a medida que la noticia se propagaba como reguero de pólvora entre los invitados. Hubo corridas por todos lados pero no muchos habían presenciado el hecho de sangre y además es sabido que los dos protagonistas son muy conocidos de la pareja que había contraído matrimonio.
Por otro lado se estima que también para esta jornada se produzcan los alegatos, de un hecho en el que esta vez fueron protagonistas personas de clase social media alta, ambos profesionales en un notable estado de ebriedad y que por causas aún no claras, uno terminó hiriendo a otro gravemente en la zona abdominal.
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En el octavo piso del edificio de Tribunales mañana continuará el juicio oral y público que se le sigue a un ingeniero agrónomo acusado de acuchillar a un abogado en medio del festejo de una boda en un importante hotel de la localidad de Purmamarca, en un hecho ocurrido en febrero de 2014.
En la audiencia celebrada el pasado 29 de junio, fueron traídos a juicio siete testigos, entre ellos la novia del ingeniero Mariano Carreño, Andrea Zamora, y la víctima, Agustín González. Pero no comparecieron tres testigos considerados de suma importancia por el fiscal de Cámara Marcelo Cuellar. Es por eso que el Tribunal en lo Criminal N§ 1 decidió dar a lugar al pedido de persistencia, para que por lo menos dos testigos que residen en la provincia de Córdoba, sean traídos con auxilio de la fuerza pública.
Se trata de Mileva Zec y Franco Bonetto pareja cordobesa allegada a los recién casados y que según el relato de Zamora, González y el propio Carreño estuvieron en el lugar cuando se produjo el ataque de sangre.
Del inicio del hecho de enfrentamiento se sabe muy poco, pese a la declaración de los protagonistas ante el Tribunal enjuiciador.
Lo que sí se pudo establecer es que tanto la víctima como el victimario habían bebido bastante alcohol durante la fiesta que se desarrolló en la tarde de aquel 2 de febrero de 2014.
Lo que tampoco quedó claro fue por qué razón el agresor Carreño se retiró del lugar en su vehículo sin que nadie lo detuviese y por qué razón los amigos de la víctima habrían optado por tomar cartas en el asunto, tratar de buscar al agresor, pasando por alto una denuncia formal.
Carreño llegó a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito "homicidio en grado de tentativa" y se excusó diciendo que González molestaba a su novia durante la fiesta y cuando se retiraba a causa de esa misma molestia, se dio con la sorpresa que el mismo sujeto se encontraba en el asiento trasero de su camioneta diciendo que se "iría con la de verde" (haciendo alusión a su novia que conducía y llevaba puesto un vestido de ese color).
Tampoco aportó datos de relevancia Agustín González, quien directamente manifestó ante el Tribunal que no recuerda nada de lo que pasó esa tarde.
Pero de lo que sí está seguro es que "no es una persona violenta y que lo máximo que pudo haber hecho fue pedirle que los lleve hasta el hotel donde estaba alojado".
Carreño prestó declaración espontánea y dijo que trató de "asustarlo con un cuchillo (que sacó del interior de su vehículo) para que se fuera, pero cuando vi que se quería abalanzar sobre mi novia lo empujé y en ese momento no me di cuenta que lo había cortado", dijo.
El grato festejo había dejado de ser tal a medida que la noticia se propagaba como reguero de pólvora entre los invitados. Hubo corridas por todos lados pero no muchos habían presenciado el hecho de sangre y además es sabido que los dos protagonistas son muy conocidos de la pareja que había contraído matrimonio.
Por otro lado se estima que también para esta jornada se produzcan los alegatos, de un hecho en el que esta vez fueron protagonistas personas de clase social media alta, ambos profesionales en un notable estado de ebriedad y que por causas aún no claras, uno terminó hiriendo a otro gravemente en la zona abdominal.
En la audiencia celebrada el pasado 29 de junio, fueron traídos a juicio siete testigos, entre ellos la novia del ingeniero Mariano Carreño, Andrea Zamora, y la víctima, Agustín González. Pero no comparecieron tres testigos considerados de suma importancia por el fiscal de Cámara Marcelo Cuellar. Es por eso que el Tribunal en lo Criminal N§ 1 decidió dar a lugar al pedido de persistencia, para que por lo menos dos testigos que residen en la provincia de Córdoba, sean traídos con auxilio de la fuerza pública.
Se trata de Mileva Zec y Franco Bonetto pareja cordobesa allegada a los recién casados y que según el relato de Zamora, González y el propio Carreño estuvieron en el lugar cuando se produjo el ataque de sangre.
Del inicio del hecho de enfrentamiento se sabe muy poco, pese a la declaración de los protagonistas ante el Tribunal enjuiciador.
Lo que sí se pudo establecer es que tanto la víctima como el victimario habían bebido bastante alcohol durante la fiesta que se desarrolló en la tarde de aquel 2 de febrero de 2014.
Lo que tampoco quedó claro fue por qué razón el agresor Carreño se retiró del lugar en su vehículo sin que nadie lo detuviese y por qué razón los amigos de la víctima habrían optado por tomar cartas en el asunto, tratar de buscar al agresor, pasando por alto una denuncia formal.
Carreño llegó a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito "homicidio en grado de tentativa" y se excusó diciendo que González molestaba a su novia durante la fiesta y cuando se retiraba a causa de esa misma molestia, se dio con la sorpresa que el mismo sujeto se encontraba en el asiento trasero de su camioneta diciendo que se "iría con la de verde" (haciendo alusión a su novia que conducía y llevaba puesto un vestido de ese color).
Tampoco aportó datos de relevancia Agustín González, quien directamente manifestó ante el Tribunal que no recuerda nada de lo que pasó esa tarde.
Pero de lo que sí está seguro es que "no es una persona violenta y que lo máximo que pudo haber hecho fue pedirle que los lleve hasta el hotel donde estaba alojado".
Carreño prestó declaración espontánea y dijo que trató de "asustarlo con un cuchillo (que sacó del interior de su vehículo) para que se fuera, pero cuando vi que se quería abalanzar sobre mi novia lo empujé y en ese momento no me di cuenta que lo había cortado", dijo.
El grato festejo había dejado de ser tal a medida que la noticia se propagaba como reguero de pólvora entre los invitados. Hubo corridas por todos lados pero no muchos habían presenciado el hecho de sangre y además es sabido que los dos protagonistas son muy conocidos de la pareja que había contraído matrimonio.
Por otro lado se estima que también para esta jornada se produzcan los alegatos, de un hecho en el que esta vez fueron protagonistas personas de clase social media alta, ambos profesionales en un notable estado de ebriedad y que por causas aún no claras, uno terminó hiriendo a otro gravemente en la zona abdominal.