La obra narra la historia real de Ramón o Román Sosa, quien llegado a San Jorge (Santa Fe) en los años "50 proveniente del interior de Córdoba, de trabajar como boyero en una estancia que criaban toros de raza para reproducción, pasó a ser un boxeador amateur desde el año 1957 hasta el año 1963, consiguiendo fama y renombre por su golpe "uppercut o gancho", "aperca", como a él le gustaba decir.
Alrededor de él se tejieron distintas historias y muchas anécdotas convirtiéndose en una especie de "mito urbano".
Lo que sí se sabe y es realidad, es que Sosita deambuló 30 años por las calles de la ciudad en la total indigencia, al comienzo era llevado a hospitales de Santa Fe para que se le apliquen electro shock para calmar sus ataques violentos y de epilepsia, que algunos dicen, era consecuencia de los golpes recibidos en la práctica del boxeo. Pero, otra realidad, es que no molestaba a nadie, no pedía, solo esperaba que le den algo para comer y se recluía en "la tapera de los eucaliptos", donde vivía con un perro negro llamado Falucho y por supuesto era blanco de burla de algunos chicos y terror para otros, utilizado como "cuco" por las madres, todos recuerdan que decían: "Hacé ... "tal cosa" o viene Sosita".
Sus últimos 18 años de vida, desde 1993 a 2011 vivió en forma alternada entre el hospital psiquiátrico, la calle y el Hogar de Ancianos, de donde se escapaba permanentemente para volver a la tapera.
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La obra narra la historia real de Ramón o Román Sosa, quien llegado a San Jorge (Santa Fe) en los años "50 proveniente del interior de Córdoba, de trabajar como boyero en una estancia que criaban toros de raza para reproducción, pasó a ser un boxeador amateur desde el año 1957 hasta el año 1963, consiguiendo fama y renombre por su golpe "uppercut o gancho", "aperca", como a él le gustaba decir.
Alrededor de él se tejieron distintas historias y muchas anécdotas convirtiéndose en una especie de "mito urbano".
Lo que sí se sabe y es realidad, es que Sosita deambuló 30 años por las calles de la ciudad en la total indigencia, al comienzo era llevado a hospitales de Santa Fe para que se le apliquen electro shock para calmar sus ataques violentos y de epilepsia, que algunos dicen, era consecuencia de los golpes recibidos en la práctica del boxeo. Pero, otra realidad, es que no molestaba a nadie, no pedía, solo esperaba que le den algo para comer y se recluía en "la tapera de los eucaliptos", donde vivía con un perro negro llamado Falucho y por supuesto era blanco de burla de algunos chicos y terror para otros, utilizado como "cuco" por las madres, todos recuerdan que decían: "Hacé ... "tal cosa" o viene Sosita".
Sus últimos 18 años de vida, desde 1993 a 2011 vivió en forma alternada entre el hospital psiquiátrico, la calle y el Hogar de Ancianos, de donde se escapaba permanentemente para volver a la tapera.