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La Feria de Santa Anita se renovó en La Quiaca

Lunes, 01 de agosto de 2016 19:44
<p>JUEGOS/ LOS NIÑOS SON LOS PRIVILEGIADOS EN LA FERIA DE SANTA ANITA, DONDE ABUNDAN LOS JUEGOS Y LOS DULCES</p>&nbsp;

El último día de julio se realizó la Feria de Santa Anita en La Quiaca, actividad tendiente a revalorizar las prácticas culturales y tradición de la ciudad.

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El último día de julio se realizó la Feria de Santa Anita en La Quiaca, actividad tendiente a revalorizar las prácticas culturales y tradición de la ciudad.

Si bien desde el pasado 26 tienen lugar las honras a Santa Ana o Fiesta de Santa Anita, en honor a la madre de la Virgen María, anunciando la llegada de agosto, esta región provincial se caracteriza por los innumerables misachicos durante todo el mes de la Pachamama.

La celebración de la misa fue muy concurrida, porque Santa Anita es muy venerada por la feligresía quiaqueña.

Entre avenida España y calle 9 de Julio desde la década del ´40 tiene lugar el encuentro. La actividad se realizó en la jornada del domingo, destacándose la venta de piezas en miniatura.

En la Feria de Santa Anita, los feligreses expresan devoción religiosa y el consumo de dulces por parte de los niños, que simboliza la ternura maternal de la santa abuela de Jesucristo.

Anteriormente este encuentro de fe era una oportunidad de trueque y cambalache, espacio de juego y esparcimiento para los vecinos estables y para los mineros de la zona.

También muchos pobladores de la zona llegaban hasta la feria a vender pepitas de oro, pedazos de plomo y otras piedras a los forasteros, que con alguna novedad como adornos, telas, sombreros, relojes y juguetes se instalaban durante la duración del evento.

Historia de la familia

Cuenta la historia que en La Quiaca esta festividad une a la familia Sivila, siendo doña Manuela la primera dueña de la imagen. Ella había llegado desde España a Tupiza y de ahí a Villazón, hasta recalar en la ciudad fronteriza argentina.

Aproximadamente en el año 1940 la adquirieron, pasando la imagen a distintas generaciones. En tiempos de gran fervor y devoción se sumaron a la organización las familias Morón, Mogro, Pacheco, Chávez y Nieve.

Pasan los años y es la familia la que organiza esta fiesta para que la costumbre no se pierda, que se mantenga la tradición, que las nuevas generaciones conozcan esta fiesta.

Relatos de vecinos

Vecinos relataron que meses antes de la feria, sacaban del ferrocarril los precintos de plomo para preparar sellos con los cuales la gente accedía a las cédulas (números).

Las mismas, al igual que las monedas, servían para adquirir golosinas, discos de vinilo, globos, alcancías y para participar de los juegos de azar y destrezas, entre otros.

También había carreras de embolsados, palo encebado, juego de las argollas, manzanas y ollas de barro con sorpresa.

La feria de Santa Anita está pensada para los niños que más disfrutan de los juegos y la diversión que se propone.

El día fue excelente para pasar un domingo entretenido viendo a los niños con juegos, ya que parecen perderse por la tecnología. Pero la idea es mantenerlos, traerlos en el tiempo y disfrutar de esas carreras de embolsados, huevo duro y otros.

Actualmente continúa realizándose en las arterias mencionadas, su continuidad es gracias a viejos vecinos de los barrios adyacentes que contribuyen a la revalorización de la fe, costumbres y tradiciones.

En los diferentes puestos la gente puede apreciar, participar en un mini sorteo o adquirir trabajos artesanales, vestimentas en miniatura, también degustar platos típicos de la región, presentados en miniatura y una variedad de masitas, entre otras curiosidades.

Los platos regionales tienen gran aceptación en los visitantes y la gente del pueblo, que está dispuesta a probar los platos que se muestran tentadores.