El kilómetro "cero" de la ruta nacional 9, ubicado en la esquina de Belgrano y Lavalle, se ha constituido como una de las zonas núcleo en el centro de San Salvador de Jujuy, tanto por el simbolismo del inicio de la popular ruta nacional, la ubicación de la peatonal Belgrano y sobre todo por la basílica San Francisco, una de las instituciones religiosas más influyentes de nuestra provincia.
"Tenemos uno de los campanarios más lindos que hay en el norte por la cantidad de campanas que tiene, ya que son 11", remarcó fray José Núñez, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Esto dejó a las claras "la preocupación de los primeros franciscanos de preservar el sentido arquitectónico, pero también litúrgico del llamado de las campanas", destacó Nuñez. Quién remarcó que en la "década de 1930 funcionaba el reloj que todavía se ve hoy, y que como muchas cosas tiene su ciclo".
Se trata de un reloj manual, a cuerda, que resulta muy dificultoso y peligroso para los frailes franciscanos ponerlo en marcha, sin contar el costoso mantenimiento que conlleva. Por eso hoy por hoy "se calló, está silenciado y nosotros lo extrañamos", afirmó Núñez.
En ese sentido, el fraile remarcó que luego de escuchar a numerosos fieles, impulsados por la nostalgia, se pusieron al frente de la difícil empresa de recuperar uno de los "relojes que marca la historia del pueblo jujeño".
Los frailes franciscanos piden la colaboración de la comunidad jujeña para costear parte del arreglo de la precisa maquinaria.
En el histórico edificio, centro de referencia para numerosas actividades, se encuentran cuatro relojes monumentales que desde hace más de dos años han dejado de funcionar, cambiando la vida de muchos jujeños, que seguían su rutina al compás de las agujas de sus relojes, que atareados levantaban la mirada para conocer el tiempo que transcurría o bien para especular con el sonido de las campanadas cada 15 minutos.
La posibilidad de recuperar ese patrimonio de toda una ciudad está cada vez más cerca. Es que los curas franciscanos, encabezados por el fray Juan José Núñez, tomaron la iniciativa para que el reloj monumental vuelva a funcionar. Motivo por el cual desde el martes personal de la empresa cordobesa "Gnomon Tempus: Relojes Monumentales" se encuentra abocado a la difícil y riesgosa tarea de poner en marcha las agujas del reloj.
"Tenemos uno de los campanarios más lindos que hay en el norte por la cantidad de campanas que tiene, ya que son 11", remarcó fray José Núñez, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Esto dejó a las claras "la preocupación de los primeros franciscanos de preservar el sentido arquitectónico, pero también litúrgico del llamado de las campanas", destacó Nuñez. Quién remarcó que en la "década de 1930 funcionaba el reloj que todavía se ve hoy, y que como muchas cosas tiene su ciclo".
Se trata de un reloj manual, a cuerda, que resulta muy dificultoso y peligroso para los frailes franciscanos ponerlo en marcha, sin contar el costoso mantenimiento que conlleva. Por eso hoy por hoy "se calló, está silenciado y nosotros lo extrañamos", afirmó Núñez.
En ese sentido, el fraile remarcó que luego de escuchar a numerosos fieles, impulsados por la nostalgia, se pusieron al frente de la difícil empresa de recuperar uno de los "relojes que marca la historia del pueblo jujeño".
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El kilómetro "cero" de la ruta nacional 9, ubicado en la esquina de Belgrano y Lavalle, se ha constituido como una de las zonas núcleo en el centro de San Salvador de Jujuy, tanto por el simbolismo del inicio de la popular ruta nacional, la ubicación de la peatonal Belgrano y sobre todo por la basílica San Francisco, una de las instituciones religiosas más influyentes de nuestra provincia.
"Tenemos uno de los campanarios más lindos que hay en el norte por la cantidad de campanas que tiene, ya que son 11", remarcó fray José Núñez, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Esto dejó a las claras "la preocupación de los primeros franciscanos de preservar el sentido arquitectónico, pero también litúrgico del llamado de las campanas", destacó Nuñez. Quién remarcó que en la "década de 1930 funcionaba el reloj que todavía se ve hoy, y que como muchas cosas tiene su ciclo".
Se trata de un reloj manual, a cuerda, que resulta muy dificultoso y peligroso para los frailes franciscanos ponerlo en marcha, sin contar el costoso mantenimiento que conlleva. Por eso hoy por hoy "se calló, está silenciado y nosotros lo extrañamos", afirmó Núñez.
En ese sentido, el fraile remarcó que luego de escuchar a numerosos fieles, impulsados por la nostalgia, se pusieron al frente de la difícil empresa de recuperar uno de los "relojes que marca la historia del pueblo jujeño".
Los frailes franciscanos piden la colaboración de la comunidad jujeña para costear parte del arreglo de la precisa maquinaria.
En el histórico edificio, centro de referencia para numerosas actividades, se encuentran cuatro relojes monumentales que desde hace más de dos años han dejado de funcionar, cambiando la vida de muchos jujeños, que seguían su rutina al compás de las agujas de sus relojes, que atareados levantaban la mirada para conocer el tiempo que transcurría o bien para especular con el sonido de las campanadas cada 15 minutos.
La posibilidad de recuperar ese patrimonio de toda una ciudad está cada vez más cerca. Es que los curas franciscanos, encabezados por el fray Juan José Núñez, tomaron la iniciativa para que el reloj monumental vuelva a funcionar. Motivo por el cual desde el martes personal de la empresa cordobesa "Gnomon Tempus: Relojes Monumentales" se encuentra abocado a la difícil y riesgosa tarea de poner en marcha las agujas del reloj.
"Tenemos uno de los campanarios más lindos que hay en el norte por la cantidad de campanas que tiene, ya que son 11", remarcó fray José Núñez, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Esto dejó a las claras "la preocupación de los primeros franciscanos de preservar el sentido arquitectónico, pero también litúrgico del llamado de las campanas", destacó Nuñez. Quién remarcó que en la "década de 1930 funcionaba el reloj que todavía se ve hoy, y que como muchas cosas tiene su ciclo".
Se trata de un reloj manual, a cuerda, que resulta muy dificultoso y peligroso para los frailes franciscanos ponerlo en marcha, sin contar el costoso mantenimiento que conlleva. Por eso hoy por hoy "se calló, está silenciado y nosotros lo extrañamos", afirmó Núñez.
En ese sentido, el fraile remarcó que luego de escuchar a numerosos fieles, impulsados por la nostalgia, se pusieron al frente de la difícil empresa de recuperar uno de los "relojes que marca la historia del pueblo jujeño".