A medida que pasan los días aquí en Río de Janeiro y mientras el sol volvió ayer a salir después de la jornada lluviosa del miércoles, sigue sorprendiendo los grandes operativos de seguridad que monta la policía local. Es que las autoridades no quieren dejar nada librado al azar y por lo tanto no se escatiman esfuerzos tanto a la hora de montar operativos sorpresas, fundamentalmente para revisar a los motociclistas -impresionan con su audacia en las calles- y en los puestos fijos de las principales avenidas. Los policías no esbozan sonrisas ni nada por el estilo, pero son cordiales cuando los turistas piden indicaciones.
El regreso del sol también implico que la gente volviera a salir a las calles a disfrutar de la ciudad que se armó para la gran fiesta del deporte mundial. En cada rincón, sobre todo cerca de la Villa Olímpica, el Maracaná o el Centro de Prensa, se escuchan tantos idiomas diferentes que hasta confunden al que maneja varias lenguas al mismo tiempo. Siempre en los acontecimientos que convocan multitudes la gente marca el ritmo de la vida cotidiana.
Los cariocas se adecuaron a la llegada de miles de turistas, abriendo negocios de comidas rápidas, suvernirs y potenciando los servicios de transporte.
Así son los días en Río. Todos hablan y opinan de deporte. Las olimpiadas convulsionaron más los días del agitado e inmenso Río. Y la policía sabe que no puede fallar y nos cuida.
El regreso del sol también implico que la gente volviera a salir a las calles a disfrutar de la ciudad que se armó para la gran fiesta del deporte mundial. En cada rincón, sobre todo cerca de la Villa Olímpica, el Maracaná o el Centro de Prensa, se escuchan tantos idiomas diferentes que hasta confunden al que maneja varias lenguas al mismo tiempo. Siempre en los acontecimientos que convocan multitudes la gente marca el ritmo de la vida cotidiana.
Los cariocas se adecuaron a la llegada de miles de turistas, abriendo negocios de comidas rápidas, suvernirs y potenciando los servicios de transporte.
Así son los días en Río. Todos hablan y opinan de deporte. Las olimpiadas convulsionaron más los días del agitado e inmenso Río. Y la policía sabe que no puede fallar y nos cuida.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
A medida que pasan los días aquí en Río de Janeiro y mientras el sol volvió ayer a salir después de la jornada lluviosa del miércoles, sigue sorprendiendo los grandes operativos de seguridad que monta la policía local. Es que las autoridades no quieren dejar nada librado al azar y por lo tanto no se escatiman esfuerzos tanto a la hora de montar operativos sorpresas, fundamentalmente para revisar a los motociclistas -impresionan con su audacia en las calles- y en los puestos fijos de las principales avenidas. Los policías no esbozan sonrisas ni nada por el estilo, pero son cordiales cuando los turistas piden indicaciones.
El regreso del sol también implico que la gente volviera a salir a las calles a disfrutar de la ciudad que se armó para la gran fiesta del deporte mundial. En cada rincón, sobre todo cerca de la Villa Olímpica, el Maracaná o el Centro de Prensa, se escuchan tantos idiomas diferentes que hasta confunden al que maneja varias lenguas al mismo tiempo. Siempre en los acontecimientos que convocan multitudes la gente marca el ritmo de la vida cotidiana.
Los cariocas se adecuaron a la llegada de miles de turistas, abriendo negocios de comidas rápidas, suvernirs y potenciando los servicios de transporte.
Así son los días en Río. Todos hablan y opinan de deporte. Las olimpiadas convulsionaron más los días del agitado e inmenso Río. Y la policía sabe que no puede fallar y nos cuida.
El regreso del sol también implico que la gente volviera a salir a las calles a disfrutar de la ciudad que se armó para la gran fiesta del deporte mundial. En cada rincón, sobre todo cerca de la Villa Olímpica, el Maracaná o el Centro de Prensa, se escuchan tantos idiomas diferentes que hasta confunden al que maneja varias lenguas al mismo tiempo. Siempre en los acontecimientos que convocan multitudes la gente marca el ritmo de la vida cotidiana.
Los cariocas se adecuaron a la llegada de miles de turistas, abriendo negocios de comidas rápidas, suvernirs y potenciando los servicios de transporte.
Así son los días en Río. Todos hablan y opinan de deporte. Las olimpiadas convulsionaron más los días del agitado e inmenso Río. Y la policía sabe que no puede fallar y nos cuida.