Fariña presentó un escrito de 38 hojas a través de su abogada Giselle Robles ante el juez federal Sebastián Casanello, quien tiene a cargo la causa por lavado de dinero que mantiene preso al empresario Lázaro Báez desde abril pasado.
En su nueva declaración, señaló a Cristina y Néstor Kirchner como líderes del mecanismo que se utilizó durante sus presidencias para cobrar sobornos a través de la adjudicación de obra pública, jugada en la que también involucró a Echegaray.
Fariña señaló que tras la muerte de Néstor Kirchner, la exmandataria y su hijo Máximo montaron un sistema diseñado para "perseguir empresarios", rompiendo las alianzas que había labrado el santacruceño desde su asunción en 2003.
Según resaltó, al llegar al poder, la exjefa de Estado "buscó correr a los amigos" de su marido, algo que "logró por completo luego de su muerte".
El contador, que está dentro del programa de protección de testigos e imputados, sostuvo que "el cuestionamiento" de Cristina Kirchner a Báez "no era ni más ni menos que su intención de tomar control de su patrimonio".
"Máximo y Cristina desplazaron a todas las personas de confianza de Néstor Kirchner del núcleo íntimo de poder", subrayó.
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Fariña presentó un escrito de 38 hojas a través de su abogada Giselle Robles ante el juez federal Sebastián Casanello, quien tiene a cargo la causa por lavado de dinero que mantiene preso al empresario Lázaro Báez desde abril pasado.
En su nueva declaración, señaló a Cristina y Néstor Kirchner como líderes del mecanismo que se utilizó durante sus presidencias para cobrar sobornos a través de la adjudicación de obra pública, jugada en la que también involucró a Echegaray.
Fariña señaló que tras la muerte de Néstor Kirchner, la exmandataria y su hijo Máximo montaron un sistema diseñado para "perseguir empresarios", rompiendo las alianzas que había labrado el santacruceño desde su asunción en 2003.
Según resaltó, al llegar al poder, la exjefa de Estado "buscó correr a los amigos" de su marido, algo que "logró por completo luego de su muerte".
El contador, que está dentro del programa de protección de testigos e imputados, sostuvo que "el cuestionamiento" de Cristina Kirchner a Báez "no era ni más ni menos que su intención de tomar control de su patrimonio".
"Máximo y Cristina desplazaron a todas las personas de confianza de Néstor Kirchner del núcleo íntimo de poder", subrayó.