PURMAMARCA (Corresponsal). Desde las primeras horas de la mañana del primer día del mes de agosto, la comunidad purmamarqueña rindió culto a la Pachamama y mediante una respetuosa ceremonia en la plaza 9 de julio dio de comer y de beber a la madre tierra dándole gracias por los frutos recibidos durante todo el año.
Este importante hecho cultural fue organizado por la Comisión Municipal de Purmamarca que desde el día domingo empezó con todos los preparativos, especialmente con la elaboración de las comidas.
Como marca la tradición, ayer el pueblo rindió homenaje a la "pacha" y desde las 7 de la mañana se sintió por las pequeñas calles de tierra el aroma a sahumerio que se conjugaba con el viento y con los primeros rayos del sol.
Los trabajadores municipales sahumaron el salón municipal, los vehículos de la comuna y las oficinas del municipio saludando a la madre tierra, pidiéndole perdón por algún descuido cometido y pidiendo a la vez su bendición.
Seguidamente se trasladaron al centro de la plaza 9 de julio donde se preparó la boca de la Pachamama para iniciar con la ceremonia cerca de las 10, en presencia de numerosos vecinos y turistas que se acercaron con ansias de participar de este rito ancestral.
Los colores de las frutas y verduras y las típicas comidas regionales dieron un marco singular sobre las piedras grises del suelo purmamarqueño. Allí sobre una tela de aguayo iniciaron con el culto los maestros de ceremonia Ismael Vilte y Jorge López para dar lugar al comisionado municipal, Marcelo Aramayo, quien pidiendo el permiso correspondiente, dio de comer y beber a la pacha.
Adhesión de turistas
De rodillas, sin darle la espalda al sol, arrojando los alimentos con las dos manos y con sumo respeto y veneración fueron pasando los vecinos de la comunidad y turistas interesados, muchos de ellos por primera vez y otros que vinieron únicamente para participar de esta ceremonia.
Como es el caso de Alejandra Daiha y su esposo, quienes arribaron desde la provincia de Buenos Aires y tras efectuar el rito ancestral expresó que "vinimos a disfrutar de Purmamarca y de la Quebrada pero elegimos estar este día aquí para compartir esta ceremonia. Estamos muy emocionados porque lo vivimos como una fiesta muy importante, sabemos y sentimos que a la tierra le debemos todo".
"Hace 15 años vinimos con mis hijos y realizamos este rito, ahora ellos ya son grandes y se quedaron pero nosotros quisimos volver para este día" dijo.
Este importante hecho cultural fue organizado por la Comisión Municipal de Purmamarca que desde el día domingo empezó con todos los preparativos, especialmente con la elaboración de las comidas.
Como marca la tradición, ayer el pueblo rindió homenaje a la "pacha" y desde las 7 de la mañana se sintió por las pequeñas calles de tierra el aroma a sahumerio que se conjugaba con el viento y con los primeros rayos del sol.
Los trabajadores municipales sahumaron el salón municipal, los vehículos de la comuna y las oficinas del municipio saludando a la madre tierra, pidiéndole perdón por algún descuido cometido y pidiendo a la vez su bendición.
Seguidamente se trasladaron al centro de la plaza 9 de julio donde se preparó la boca de la Pachamama para iniciar con la ceremonia cerca de las 10, en presencia de numerosos vecinos y turistas que se acercaron con ansias de participar de este rito ancestral.
Los colores de las frutas y verduras y las típicas comidas regionales dieron un marco singular sobre las piedras grises del suelo purmamarqueño. Allí sobre una tela de aguayo iniciaron con el culto los maestros de ceremonia Ismael Vilte y Jorge López para dar lugar al comisionado municipal, Marcelo Aramayo, quien pidiendo el permiso correspondiente, dio de comer y beber a la pacha.
Adhesión de turistas
De rodillas, sin darle la espalda al sol, arrojando los alimentos con las dos manos y con sumo respeto y veneración fueron pasando los vecinos de la comunidad y turistas interesados, muchos de ellos por primera vez y otros que vinieron únicamente para participar de esta ceremonia.
Como es el caso de Alejandra Daiha y su esposo, quienes arribaron desde la provincia de Buenos Aires y tras efectuar el rito ancestral expresó que "vinimos a disfrutar de Purmamarca y de la Quebrada pero elegimos estar este día aquí para compartir esta ceremonia. Estamos muy emocionados porque lo vivimos como una fiesta muy importante, sabemos y sentimos que a la tierra le debemos todo".
"Hace 15 años vinimos con mis hijos y realizamos este rito, ahora ellos ya son grandes y se quedaron pero nosotros quisimos volver para este día" dijo.
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PURMAMARCA (Corresponsal). Desde las primeras horas de la mañana del primer día del mes de agosto, la comunidad purmamarqueña rindió culto a la Pachamama y mediante una respetuosa ceremonia en la plaza 9 de julio dio de comer y de beber a la madre tierra dándole gracias por los frutos recibidos durante todo el año.
Este importante hecho cultural fue organizado por la Comisión Municipal de Purmamarca que desde el día domingo empezó con todos los preparativos, especialmente con la elaboración de las comidas.
Como marca la tradición, ayer el pueblo rindió homenaje a la "pacha" y desde las 7 de la mañana se sintió por las pequeñas calles de tierra el aroma a sahumerio que se conjugaba con el viento y con los primeros rayos del sol.
Los trabajadores municipales sahumaron el salón municipal, los vehículos de la comuna y las oficinas del municipio saludando a la madre tierra, pidiéndole perdón por algún descuido cometido y pidiendo a la vez su bendición.
Seguidamente se trasladaron al centro de la plaza 9 de julio donde se preparó la boca de la Pachamama para iniciar con la ceremonia cerca de las 10, en presencia de numerosos vecinos y turistas que se acercaron con ansias de participar de este rito ancestral.
Los colores de las frutas y verduras y las típicas comidas regionales dieron un marco singular sobre las piedras grises del suelo purmamarqueño. Allí sobre una tela de aguayo iniciaron con el culto los maestros de ceremonia Ismael Vilte y Jorge López para dar lugar al comisionado municipal, Marcelo Aramayo, quien pidiendo el permiso correspondiente, dio de comer y beber a la pacha.
Adhesión de turistas
De rodillas, sin darle la espalda al sol, arrojando los alimentos con las dos manos y con sumo respeto y veneración fueron pasando los vecinos de la comunidad y turistas interesados, muchos de ellos por primera vez y otros que vinieron únicamente para participar de esta ceremonia.
Como es el caso de Alejandra Daiha y su esposo, quienes arribaron desde la provincia de Buenos Aires y tras efectuar el rito ancestral expresó que "vinimos a disfrutar de Purmamarca y de la Quebrada pero elegimos estar este día aquí para compartir esta ceremonia. Estamos muy emocionados porque lo vivimos como una fiesta muy importante, sabemos y sentimos que a la tierra le debemos todo".
"Hace 15 años vinimos con mis hijos y realizamos este rito, ahora ellos ya son grandes y se quedaron pero nosotros quisimos volver para este día" dijo.
Este importante hecho cultural fue organizado por la Comisión Municipal de Purmamarca que desde el día domingo empezó con todos los preparativos, especialmente con la elaboración de las comidas.
Como marca la tradición, ayer el pueblo rindió homenaje a la "pacha" y desde las 7 de la mañana se sintió por las pequeñas calles de tierra el aroma a sahumerio que se conjugaba con el viento y con los primeros rayos del sol.
Los trabajadores municipales sahumaron el salón municipal, los vehículos de la comuna y las oficinas del municipio saludando a la madre tierra, pidiéndole perdón por algún descuido cometido y pidiendo a la vez su bendición.
Seguidamente se trasladaron al centro de la plaza 9 de julio donde se preparó la boca de la Pachamama para iniciar con la ceremonia cerca de las 10, en presencia de numerosos vecinos y turistas que se acercaron con ansias de participar de este rito ancestral.
Los colores de las frutas y verduras y las típicas comidas regionales dieron un marco singular sobre las piedras grises del suelo purmamarqueño. Allí sobre una tela de aguayo iniciaron con el culto los maestros de ceremonia Ismael Vilte y Jorge López para dar lugar al comisionado municipal, Marcelo Aramayo, quien pidiendo el permiso correspondiente, dio de comer y beber a la pacha.
Adhesión de turistas
De rodillas, sin darle la espalda al sol, arrojando los alimentos con las dos manos y con sumo respeto y veneración fueron pasando los vecinos de la comunidad y turistas interesados, muchos de ellos por primera vez y otros que vinieron únicamente para participar de esta ceremonia.
Como es el caso de Alejandra Daiha y su esposo, quienes arribaron desde la provincia de Buenos Aires y tras efectuar el rito ancestral expresó que "vinimos a disfrutar de Purmamarca y de la Quebrada pero elegimos estar este día aquí para compartir esta ceremonia. Estamos muy emocionados porque lo vivimos como una fiesta muy importante, sabemos y sentimos que a la tierra le debemos todo".
"Hace 15 años vinimos con mis hijos y realizamos este rito, ahora ellos ya son grandes y se quedaron pero nosotros quisimos volver para este día" dijo.