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Brasil albergó a cuatro millones de visitantes

Martes, 23 de agosto de 2016 01:30
<div>HINCHAS ARGENTINOS / EN LAS OLIMPIADAS QUE CULMINARON EL DOMINGO PASADO.</div><div>
Las olimpiadas terminaron, pero dejó como saldo a Río de Janeiro un nuevo "postal". A lo largo de 17 días, el clima en la región Portuaria de la ciudad fue de celebración en la nueva área de la ciudad, que recibió el mayor live site de la historia de los Juegos Olímpicos. "El éxito del acontecimiento fue tan grande que Boulevard Olímpico acabó tornándose el nombre del lugar. Es muy gratificante ver, después de meses de trabajo, que la populación y los turistas se divirtieron con las atracciones e hincharon a cada disputa en las pantallas grandes distribuidas por los 3 kilómetros del evento. La buena receptividad del público fue el mejor reconocimiento que podíamos tener. Nadie salió de aquí sin una foto del "Pebetero del pueblo", escultura del americano Anthony Howe, y del mural Etnias, de Eduardo Kobra, que entró para los Guinness World Records como el mayor mural de grafiti del mundo. Estas dos obras de arte permanecen de legado para la ciudad", cuenta Antonio Pedro Figueira de Mello, Secretario Especial de Turismo.
El Boulevard Olímpico, una realización del Ayuntamiento de Río, transmitió las principales competiciones deportivas y promovió diversos hechos a todos los cariocas y turistas.
Durante el periodo de la Rio 2016, el Boulevard Olímpico contó con tres espacios instalados por la ciudad: el más grande de ellos fue en el Porto Maravilha; otro en el Parque Madureira, en la Zona Norte de Rio de Janeiro, y el tercero en el Centro Deportivo Miécimo da Silva.
En total, entre el 5 y el 21 de agosto, el lugar recibió aproximadamente 4 millones de personas y se firmó como el mayor acontecimiento público ya realizado en la historia de los Juegos.
Bautizado de "xodó dos cariocas" (el más querido de los cariocas) el Boulevard Olímpico se convirtió el punto de encuentro de diversión y fue el punto turístico más visitado de la ciudad durante los Juegos.
Es que a cada paso el público interactuaba con los artistas callejeros, aprovechaba el escenario para sesiones de fotos, acompañaba las competiciones en las seis pantallas grande de alta definición y disfrutaba los shows a partir de las tres tarimas instaladas.
La recepción de Brasil para estos Juegos fue impecable.
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Las olimpiadas terminaron, pero dejó como saldo a Río de Janeiro un nuevo "postal". A lo largo de 17 días, el clima en la región Portuaria de la ciudad fue de celebración en la nueva área de la ciudad, que recibió el mayor live site de la historia de los Juegos Olímpicos. "El éxito del acontecimiento fue tan grande que Boulevard Olímpico acabó tornándose el nombre del lugar. Es muy gratificante ver, después de meses de trabajo, que la populación y los turistas se divirtieron con las atracciones e hincharon a cada disputa en las pantallas grandes distribuidas por los 3 kilómetros del evento. La buena receptividad del público fue el mejor reconocimiento que podíamos tener. Nadie salió de aquí sin una foto del "Pebetero del pueblo", escultura del americano Anthony Howe, y del mural Etnias, de Eduardo Kobra, que entró para los Guinness World Records como el mayor mural de grafiti del mundo. Estas dos obras de arte permanecen de legado para la ciudad", cuenta Antonio Pedro Figueira de Mello, Secretario Especial de Turismo.
El Boulevard Olímpico, una realización del Ayuntamiento de Río, transmitió las principales competiciones deportivas y promovió diversos hechos a todos los cariocas y turistas.
Durante el periodo de la Rio 2016, el Boulevard Olímpico contó con tres espacios instalados por la ciudad: el más grande de ellos fue en el Porto Maravilha; otro en el Parque Madureira, en la Zona Norte de Rio de Janeiro, y el tercero en el Centro Deportivo Miécimo da Silva.
En total, entre el 5 y el 21 de agosto, el lugar recibió aproximadamente 4 millones de personas y se firmó como el mayor acontecimiento público ya realizado en la historia de los Juegos.
Bautizado de "xodó dos cariocas" (el más querido de los cariocas) el Boulevard Olímpico se convirtió el punto de encuentro de diversión y fue el punto turístico más visitado de la ciudad durante los Juegos.
Es que a cada paso el público interactuaba con los artistas callejeros, aprovechaba el escenario para sesiones de fotos, acompañaba las competiciones en las seis pantallas grande de alta definición y disfrutaba los shows a partir de las tres tarimas instaladas.
La recepción de Brasil para estos Juegos fue impecable.