La equinoterapia es una disciplina que utiliza al caballo como medio de rehabilitación psicofísica a través del ritmo. Éste marca de múltiples maneras todas las actividades del ser humano y se ve influenciado por distintos factores: fisiológicos (ritmos biológicos), afectivos (influencia emocional) y cognitivos (medida del movimiento).
Pero, ¿por qué un caballo? Antiguamente, estos animales tenían un estatus de divinidad por los grandes cambios anímicos que generaban con su presencia y compañía. Esto derivó en que a mediados del siglo XX, sus efectos fueran analizados y estudiados por reconocidos terapeutas, quienes descubrieron que podían ser utilizados para la rehabilitación de diferentes enfermedades relacionadas a discapacidades físicas y psíquicas.
El caballo es una fuente inagotable de estímulos que favorecen la coordinación motora, la atención, el equilibrio, los reflejos y muchas respuestas autónomas.
También actúa sobre las funciones cognoscitivas y, especialmente, sobre las respuestas emocionales.
Estos animales despiertan sentimientos sumamente intensos en las personas que interactúan con ellos. Montar a caballo hace que sus movimientos beneficien y mejoren nuestra calidad de vida. El movimiento armónico del paso del caballo resulta un gran ejercicio para fortalecer aquellas áreas que requieren de una mayor atención, como la utilización de la mayoría de los músculos del cuerpo humano.
En Argentina, la equinoterapia se empezó a implementar como terapia cuando María de los Angeles Kalbermatter, fundó la primera Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados (Aaaepad), luego de haber tenido que ser sometida a la amputación de una pierna como consecuencia de un cáncer.
Es así que desde 1978, diferentes instituciones o fundaciones terapéuticas comenzaron a emplear la equinoterapia como una alternativa de rehabilitación que provoca grandes cambios a corto plazo.
Por sus increíbles resultados, hace más de 5 años se creó en Jujuy la "Fundación Jujeña de Equinoterapia", que funciona en el Club Paypaya, ubicado en la zona de El Arenal, sobre la ruta provincial Nº 1 km 1/2 y que a lo largo de estos años, ha funcionado por el compromiso y apoyo de su equipo de profesionales, que han desarrollado de manera ininterrumpida la terapia, gracias a sus propios aportes.
Desde su creación, la fundación trabaja con niños con capacidades y patologías diferentes, con el fin principal de que a través de un servicio de rehabilitación integral, ético y responsable, las personas con discapacidad física y/o mental, puedan mejorar sus condiciones de vida por medio del contacto con la naturaleza y, fundamentalmente, el trabajo con caballos.
Sin embargo, desde abril de este año, la terapia que se brinda a más de 200 chicos de distintos puntos de la provincia debieron ser suspendidas por la falta de fondos indispensables para costear los gastos de mantenimiento y las remuneraciones de las 20 personas que trabajan en la Fundación.
Si bien el gobernador de la provincia, Gerardo Morales, se había comprometido a mantener los puestos de trabajo mediante cargos del Ministerio de Educación, la falta de pago a los profesionales que llevan adelante estas terapias provocaron la suspensión momentánea de las actividades.
Por este motivo, la Fundación Jujeña de Equinoterapia, la Sociedad Rural de Jujuy y el equipo interdisciplinario que lleva adelante esta loable tarea presentaron un proyecto de ley en busca de una regulación que permita continuar y garantizar la continuidad del tratamiento que para muchos niños y adolescentes jujeños se ha vuelto una de las principales herramientas para sentirse integrados.