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El miércoles habrá condena para el DJ

Lunes, 29 de agosto de 2016 01:30
<div>COMPLICADO &nbsp;PARA LA FISCAL, LAS ACUSACIONES A MARTINEZ POCH ESTÁN PROBADAS</div><div>
El veredicto en el juicio que se le sigue al disc jockey Jorge Martínez Poch, acusado de abusar de sus dos hijas cuando niñas y de encerrar, golpear y violar a su novia durante septiembre de 2013, se conocerá este miércoles en los tribunales de la ciudad bonaerense de La Plata.

La audiencia comenzará a las 10.30 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 platense, integrado por Juan José Ruíz, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena.

La semana pasada, la fiscal María Florencia Budiño pidió en su alegato que Martínez Poch (53) sea condenado a una pena de 40 años de prisión, por considerar que los hechos que se le imputan al disc jockey "se encuentran probados".

Desde principios de agosto que este hombre, apodado "El conde de la noche", es juzgado como autor de los abusos de sus dos hijas, cuando estas eran menores de edad, y por golpear, violar y mantener cautiva a su novia, la abogada Vanesa Rial (40).

En ese sentido, la fiscal Budiño solicitó al tribunal que Martínez Poch sea condenado por los delitos de "corrupción de menores agravada por violencia, amenazas, intimidación y vínculo de parentesco en concurso real con abuso sexual, gravemente ultrajante agravado por el vínculo de parentesco y por el grave daño a la salud mental" en perjuicio de sus dos hijas.

Y también le imputó "el concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterados, agravado por el grave daño en la salud mental y por haberse cometido por dos personas cuanto menos en un hecho en concurso real con privación ilegal de la libertad agravado por haberse logrado el propósito perseguido" en perjuicio de Rial.
En su exposición de más de cuatro horas, la fiscal remarcó "el modus operandi" de Martínez Poch para "seducir" y reducir a sus víctimas con violencia psicológica y física.

Las dos hijas del acusado, hoy de 19 y 20 años, quedaron al cuidado de su padre al morir la madre de ellas y a partir de ese momento, según declararon ambas víctimas, Martínez Poch las esclavizó, las obligó a ver películas pornográficas y presenciar sus actos sexuales con otras mujeres; además de realizarles tocamientos en sus partes íntimas con su pene, entre otros vejámenes.

En el caso de Rial, según la fiscal, Martínez Poch la sedujo con una imagen de "príncipe azul", inteligente, culto, amable, para luego reducirla con narcóticos, golpearla y violarla, incluso permitiendo que al menos otro hombre abuse de ella.

Al igual que con otras ex parejas, ese "príncipe azul" se transformó en un ser posesivo, agresivo, que aislaba a la mujer de su entorno familiar, de amistades y laboral, "coptando así su voluntad" con amenazas y violencia psicológica, apuntó la fiscal.

""Yo le contestaba lo que él quería por miedo, decían las hijas", recordó Budiño y agrego que Rial temía que Martínez Poch asesinara a sus padres, de quien había averiguado todos sus movimientos.
La fiscal destacó también que el acusado "tiene un absoluto entendimiento de los límites de su accionar" y que "se limita" cuando sabe que puede ser penado, como lo hizo cuando en alguna ocasión llevó Rial a la casa de un familiar de él donde "actuó" para fingir que eran una pareja feliz.
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El veredicto en el juicio que se le sigue al disc jockey Jorge Martínez Poch, acusado de abusar de sus dos hijas cuando niñas y de encerrar, golpear y violar a su novia durante septiembre de 2013, se conocerá este miércoles en los tribunales de la ciudad bonaerense de La Plata.

La audiencia comenzará a las 10.30 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 platense, integrado por Juan José Ruíz, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena.

La semana pasada, la fiscal María Florencia Budiño pidió en su alegato que Martínez Poch (53) sea condenado a una pena de 40 años de prisión, por considerar que los hechos que se le imputan al disc jockey "se encuentran probados".

Desde principios de agosto que este hombre, apodado "El conde de la noche", es juzgado como autor de los abusos de sus dos hijas, cuando estas eran menores de edad, y por golpear, violar y mantener cautiva a su novia, la abogada Vanesa Rial (40).

En ese sentido, la fiscal Budiño solicitó al tribunal que Martínez Poch sea condenado por los delitos de "corrupción de menores agravada por violencia, amenazas, intimidación y vínculo de parentesco en concurso real con abuso sexual, gravemente ultrajante agravado por el vínculo de parentesco y por el grave daño a la salud mental" en perjuicio de sus dos hijas.

Y también le imputó "el concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterados, agravado por el grave daño en la salud mental y por haberse cometido por dos personas cuanto menos en un hecho en concurso real con privación ilegal de la libertad agravado por haberse logrado el propósito perseguido" en perjuicio de Rial.
En su exposición de más de cuatro horas, la fiscal remarcó "el modus operandi" de Martínez Poch para "seducir" y reducir a sus víctimas con violencia psicológica y física.

Las dos hijas del acusado, hoy de 19 y 20 años, quedaron al cuidado de su padre al morir la madre de ellas y a partir de ese momento, según declararon ambas víctimas, Martínez Poch las esclavizó, las obligó a ver películas pornográficas y presenciar sus actos sexuales con otras mujeres; además de realizarles tocamientos en sus partes íntimas con su pene, entre otros vejámenes.

En el caso de Rial, según la fiscal, Martínez Poch la sedujo con una imagen de "príncipe azul", inteligente, culto, amable, para luego reducirla con narcóticos, golpearla y violarla, incluso permitiendo que al menos otro hombre abuse de ella.

Al igual que con otras ex parejas, ese "príncipe azul" se transformó en un ser posesivo, agresivo, que aislaba a la mujer de su entorno familiar, de amistades y laboral, "coptando así su voluntad" con amenazas y violencia psicológica, apuntó la fiscal.

""Yo le contestaba lo que él quería por miedo, decían las hijas", recordó Budiño y agrego que Rial temía que Martínez Poch asesinara a sus padres, de quien había averiguado todos sus movimientos.
La fiscal destacó también que el acusado "tiene un absoluto entendimiento de los límites de su accionar" y que "se limita" cuando sabe que puede ser penado, como lo hizo cuando en alguna ocasión llevó Rial a la casa de un familiar de él donde "actuó" para fingir que eran una pareja feliz.

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