Vendedores informales intentaron regresar a los lugares que ocupaban en avenida Hipólito Yrigoyen, entre los puentes Lavalle y Necochea, pero fueron impedidos por inspectores municipales, que con la ayuda de policías, quisieron decomisar sus mercaderías que ya habían acomodado en el suelo.
La comuna capitalina lleva adelante un programa de reordenamiento de esta clase de vendedores, con el fin de recuperar la zona cercana a la vieja Terminal de Ómnibus. Con ese fin, semanas atrás dispuso el desalojo de los manteros que se ubicaban sobre calle Yrigoyen, medida que fue plenamente repudiada por los vendedores, quienes aseguraron que pese a las advertencias de decomisar sus mercaderías, no van a permitir que los erradiquen de los lugares que ocupan en forma irregular.
Es por eso, que en horas de la mañana de ayer los comerciantes, acompañados por referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), organizaciones sociales y sindicatos locales, intentaron volver a ocupar sus puestos "en repudio al atropello contra los compañeros", en referencia al decomiso que sufrieron varios vendedores anteriormente.
"Nosotros queremos que el municipio se replantee si está haciendo lo correcto. Somos trabajadores de la economía popular, trabajadores ambulantes, independientes, no nos consideramos informales y somos totalmente precarizados", expresó Marcela Vargas, referente de la Asociación de Trabajadores Ambulantes e Independientes (Atavi).
Sobre la propuesta del Ejecutivo municipal de reubicarlos en las ferias de Alto Comedero y El Progreso, Vargas remarcó que esta disposición afecta gravemente al sector, puesto que solo trabajarían dos días a la semana, sin lograr alcanzar los ingresos necesarios para mantener a sus grupos familiares. "Nosotros trabajábamos de lunes a sábados y con eso podíamos subsistir, llevando lo mínimo a nuestros hogares para poder mandar nuestros hijos al colegio, comer y pagar los impuestos. Pero ahora la alternativa que nos dan no nos favorece en nada", refirió, al tiempo que mencionó que los altos impuestos en las ferias o locales comerciales tornan imposible poder "salir de la calle".
"Nosotros los minoristas no podemos ir a pagar 3 mil pesos o más porque no está en nuestro sostén económico, nosotros subsistimos con el día a día y en las ferias nos piden una serie de requisitos como tres recibos de sueldo, con horarios establecidos y ponen las reglas sobre qué se puede vender allí. Entonces tampoco es viable para un compañero ir a una feria que no va a estar abierta todo el día y donde ni siquiera tiene los papeles para acceder", agregó.
Vargas dijo que desde el sector al que representa, expusieron dos alternativas para encontrar una solución al conflicto: "trabajar atrás del neuropsiquiátrico, abriendo una feria para el minorista, y que se haga un censo socio-económico, porque el municipio tiene la facultad de mandar asistentes sociales a cada hogar para revisar y controlar cuál es la necesidad de cada compañero y ver cuál es el que si puede salir de la calle y cual no", expresó y remarcó que si bien se encuentran en permanente diálogo con el Municipio, "hasta el momento no logramos avanzar y encontrar un consenso".
Asimismo, comentó que más de 50 familias son las que tras el desalojo, "hoy se encuentran sin su ingreso. Los compañeros están totalmente preocupados porque no tienen otra alternativa para ganarse la vida".
Finalmente, advirtió que pese a la presencia constante de inspectores municipales y agentes de la Policía de la Provincia sobre avenida Yrigoyen para evitar la ocupación, "nosotros vamos a volver porque vamos a dar lucha y resistir", sentenció.
La comuna capitalina lleva adelante un programa de reordenamiento de esta clase de vendedores, con el fin de recuperar la zona cercana a la vieja Terminal de Ómnibus. Con ese fin, semanas atrás dispuso el desalojo de los manteros que se ubicaban sobre calle Yrigoyen, medida que fue plenamente repudiada por los vendedores, quienes aseguraron que pese a las advertencias de decomisar sus mercaderías, no van a permitir que los erradiquen de los lugares que ocupan en forma irregular.
Es por eso, que en horas de la mañana de ayer los comerciantes, acompañados por referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), organizaciones sociales y sindicatos locales, intentaron volver a ocupar sus puestos "en repudio al atropello contra los compañeros", en referencia al decomiso que sufrieron varios vendedores anteriormente.
"Nosotros queremos que el municipio se replantee si está haciendo lo correcto. Somos trabajadores de la economía popular, trabajadores ambulantes, independientes, no nos consideramos informales y somos totalmente precarizados", expresó Marcela Vargas, referente de la Asociación de Trabajadores Ambulantes e Independientes (Atavi).
Sobre la propuesta del Ejecutivo municipal de reubicarlos en las ferias de Alto Comedero y El Progreso, Vargas remarcó que esta disposición afecta gravemente al sector, puesto que solo trabajarían dos días a la semana, sin lograr alcanzar los ingresos necesarios para mantener a sus grupos familiares. "Nosotros trabajábamos de lunes a sábados y con eso podíamos subsistir, llevando lo mínimo a nuestros hogares para poder mandar nuestros hijos al colegio, comer y pagar los impuestos. Pero ahora la alternativa que nos dan no nos favorece en nada", refirió, al tiempo que mencionó que los altos impuestos en las ferias o locales comerciales tornan imposible poder "salir de la calle".
"Nosotros los minoristas no podemos ir a pagar 3 mil pesos o más porque no está en nuestro sostén económico, nosotros subsistimos con el día a día y en las ferias nos piden una serie de requisitos como tres recibos de sueldo, con horarios establecidos y ponen las reglas sobre qué se puede vender allí. Entonces tampoco es viable para un compañero ir a una feria que no va a estar abierta todo el día y donde ni siquiera tiene los papeles para acceder", agregó.
Vargas dijo que desde el sector al que representa, expusieron dos alternativas para encontrar una solución al conflicto: "trabajar atrás del neuropsiquiátrico, abriendo una feria para el minorista, y que se haga un censo socio-económico, porque el municipio tiene la facultad de mandar asistentes sociales a cada hogar para revisar y controlar cuál es la necesidad de cada compañero y ver cuál es el que si puede salir de la calle y cual no", expresó y remarcó que si bien se encuentran en permanente diálogo con el Municipio, "hasta el momento no logramos avanzar y encontrar un consenso".
Asimismo, comentó que más de 50 familias son las que tras el desalojo, "hoy se encuentran sin su ingreso. Los compañeros están totalmente preocupados porque no tienen otra alternativa para ganarse la vida".
Finalmente, advirtió que pese a la presencia constante de inspectores municipales y agentes de la Policía de la Provincia sobre avenida Yrigoyen para evitar la ocupación, "nosotros vamos a volver porque vamos a dar lucha y resistir", sentenció.
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Vendedores informales intentaron regresar a los lugares que ocupaban en avenida Hipólito Yrigoyen, entre los puentes Lavalle y Necochea, pero fueron impedidos por inspectores municipales, que con la ayuda de policías, quisieron decomisar sus mercaderías que ya habían acomodado en el suelo.
La comuna capitalina lleva adelante un programa de reordenamiento de esta clase de vendedores, con el fin de recuperar la zona cercana a la vieja Terminal de Ómnibus. Con ese fin, semanas atrás dispuso el desalojo de los manteros que se ubicaban sobre calle Yrigoyen, medida que fue plenamente repudiada por los vendedores, quienes aseguraron que pese a las advertencias de decomisar sus mercaderías, no van a permitir que los erradiquen de los lugares que ocupan en forma irregular.
Es por eso, que en horas de la mañana de ayer los comerciantes, acompañados por referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), organizaciones sociales y sindicatos locales, intentaron volver a ocupar sus puestos "en repudio al atropello contra los compañeros", en referencia al decomiso que sufrieron varios vendedores anteriormente.
"Nosotros queremos que el municipio se replantee si está haciendo lo correcto. Somos trabajadores de la economía popular, trabajadores ambulantes, independientes, no nos consideramos informales y somos totalmente precarizados", expresó Marcela Vargas, referente de la Asociación de Trabajadores Ambulantes e Independientes (Atavi).
Sobre la propuesta del Ejecutivo municipal de reubicarlos en las ferias de Alto Comedero y El Progreso, Vargas remarcó que esta disposición afecta gravemente al sector, puesto que solo trabajarían dos días a la semana, sin lograr alcanzar los ingresos necesarios para mantener a sus grupos familiares. "Nosotros trabajábamos de lunes a sábados y con eso podíamos subsistir, llevando lo mínimo a nuestros hogares para poder mandar nuestros hijos al colegio, comer y pagar los impuestos. Pero ahora la alternativa que nos dan no nos favorece en nada", refirió, al tiempo que mencionó que los altos impuestos en las ferias o locales comerciales tornan imposible poder "salir de la calle".
"Nosotros los minoristas no podemos ir a pagar 3 mil pesos o más porque no está en nuestro sostén económico, nosotros subsistimos con el día a día y en las ferias nos piden una serie de requisitos como tres recibos de sueldo, con horarios establecidos y ponen las reglas sobre qué se puede vender allí. Entonces tampoco es viable para un compañero ir a una feria que no va a estar abierta todo el día y donde ni siquiera tiene los papeles para acceder", agregó.
Vargas dijo que desde el sector al que representa, expusieron dos alternativas para encontrar una solución al conflicto: "trabajar atrás del neuropsiquiátrico, abriendo una feria para el minorista, y que se haga un censo socio-económico, porque el municipio tiene la facultad de mandar asistentes sociales a cada hogar para revisar y controlar cuál es la necesidad de cada compañero y ver cuál es el que si puede salir de la calle y cual no", expresó y remarcó que si bien se encuentran en permanente diálogo con el Municipio, "hasta el momento no logramos avanzar y encontrar un consenso".
Asimismo, comentó que más de 50 familias son las que tras el desalojo, "hoy se encuentran sin su ingreso. Los compañeros están totalmente preocupados porque no tienen otra alternativa para ganarse la vida".
Finalmente, advirtió que pese a la presencia constante de inspectores municipales y agentes de la Policía de la Provincia sobre avenida Yrigoyen para evitar la ocupación, "nosotros vamos a volver porque vamos a dar lucha y resistir", sentenció.
La comuna capitalina lleva adelante un programa de reordenamiento de esta clase de vendedores, con el fin de recuperar la zona cercana a la vieja Terminal de Ómnibus. Con ese fin, semanas atrás dispuso el desalojo de los manteros que se ubicaban sobre calle Yrigoyen, medida que fue plenamente repudiada por los vendedores, quienes aseguraron que pese a las advertencias de decomisar sus mercaderías, no van a permitir que los erradiquen de los lugares que ocupan en forma irregular.
Es por eso, que en horas de la mañana de ayer los comerciantes, acompañados por referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), organizaciones sociales y sindicatos locales, intentaron volver a ocupar sus puestos "en repudio al atropello contra los compañeros", en referencia al decomiso que sufrieron varios vendedores anteriormente.
"Nosotros queremos que el municipio se replantee si está haciendo lo correcto. Somos trabajadores de la economía popular, trabajadores ambulantes, independientes, no nos consideramos informales y somos totalmente precarizados", expresó Marcela Vargas, referente de la Asociación de Trabajadores Ambulantes e Independientes (Atavi).
Sobre la propuesta del Ejecutivo municipal de reubicarlos en las ferias de Alto Comedero y El Progreso, Vargas remarcó que esta disposición afecta gravemente al sector, puesto que solo trabajarían dos días a la semana, sin lograr alcanzar los ingresos necesarios para mantener a sus grupos familiares. "Nosotros trabajábamos de lunes a sábados y con eso podíamos subsistir, llevando lo mínimo a nuestros hogares para poder mandar nuestros hijos al colegio, comer y pagar los impuestos. Pero ahora la alternativa que nos dan no nos favorece en nada", refirió, al tiempo que mencionó que los altos impuestos en las ferias o locales comerciales tornan imposible poder "salir de la calle".
"Nosotros los minoristas no podemos ir a pagar 3 mil pesos o más porque no está en nuestro sostén económico, nosotros subsistimos con el día a día y en las ferias nos piden una serie de requisitos como tres recibos de sueldo, con horarios establecidos y ponen las reglas sobre qué se puede vender allí. Entonces tampoco es viable para un compañero ir a una feria que no va a estar abierta todo el día y donde ni siquiera tiene los papeles para acceder", agregó.
Vargas dijo que desde el sector al que representa, expusieron dos alternativas para encontrar una solución al conflicto: "trabajar atrás del neuropsiquiátrico, abriendo una feria para el minorista, y que se haga un censo socio-económico, porque el municipio tiene la facultad de mandar asistentes sociales a cada hogar para revisar y controlar cuál es la necesidad de cada compañero y ver cuál es el que si puede salir de la calle y cual no", expresó y remarcó que si bien se encuentran en permanente diálogo con el Municipio, "hasta el momento no logramos avanzar y encontrar un consenso".
Asimismo, comentó que más de 50 familias son las que tras el desalojo, "hoy se encuentran sin su ingreso. Los compañeros están totalmente preocupados porque no tienen otra alternativa para ganarse la vida".
Finalmente, advirtió que pese a la presencia constante de inspectores municipales y agentes de la Policía de la Provincia sobre avenida Yrigoyen para evitar la ocupación, "nosotros vamos a volver porque vamos a dar lucha y resistir", sentenció.