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Un camino difícil de recorrer

Miércoles, 31 de agosto de 2016 01:30
Sin la adhesión de la Ley Nacional de Autismo, el camino que recorren los padres a la hora de hacer respetar el derecho de sus hijos al acceso a tratamientos integrales es largo y difícil.

En este sentido, Silvana Copas, madre de un niño que padece TEA, relató su experiencia. "Cuando empecé a transitar este camino, la primer pregunta que me realicé fue, ¿y ahora qué hago?. Comencé a averiguar qué tratamientos podía realizar él y con la ayuda de una neuróloga tuve la orientación para empezar este difícil camino, digo difícil debido a que poco se conoce sobre el tema", aseguró Silvana.

Luego se encontró con el problema de las prestadoras, "al contar con una obra social pensé que todo sería un poco más fácil, pero me di con una pared. Lamentablemente somos muchos los papás que transitamos por este camino buscando lo mejor, pero cuando esa obra social que es la que tiene que brindarnos "protección'' no lo hace, empiezan una serie de problemas angustiantes", destacó.

"En primer lugar para que éstas brinden su servicio hay que cumplir con la burocracia, esto es la presentación de documentación que va desde el Certificado Único de Discapacidad (CUD), presupuestos semestrales, título universitario de los y las terapeutas, pedidos médicos, historias clínicas, inscripción en Afip entre una larga lista de papeles y una vez que se aprueba el tratamiento, cada vez que vence un mes se debe hacer la presentación de facturas con el monto a pagar a los profesionales sumado a una planilla de asistencia que es firmada por los padres", detalló.

Y por si fuera poco, algunos padres, tal es el caso de Silvana deben lidiar con algunas obras sociales que se niegan a costear los tratamientos dejando a los niños bajo la amenaza de frenar los progresos obtenidos. "Hace poco tuve la muy mala experiencia que la obra social se atrase en el pago del tratamiento de mi hijo y sufriera la suspensión de éste. Tuve que recurrir a la Justicia que gracias a Dios falló a favor de la continuidad del tratamiento".
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Sin la adhesión de la Ley Nacional de Autismo, el camino que recorren los padres a la hora de hacer respetar el derecho de sus hijos al acceso a tratamientos integrales es largo y difícil.

En este sentido, Silvana Copas, madre de un niño que padece TEA, relató su experiencia. "Cuando empecé a transitar este camino, la primer pregunta que me realicé fue, ¿y ahora qué hago?. Comencé a averiguar qué tratamientos podía realizar él y con la ayuda de una neuróloga tuve la orientación para empezar este difícil camino, digo difícil debido a que poco se conoce sobre el tema", aseguró Silvana.

Luego se encontró con el problema de las prestadoras, "al contar con una obra social pensé que todo sería un poco más fácil, pero me di con una pared. Lamentablemente somos muchos los papás que transitamos por este camino buscando lo mejor, pero cuando esa obra social que es la que tiene que brindarnos "protección'' no lo hace, empiezan una serie de problemas angustiantes", destacó.

"En primer lugar para que éstas brinden su servicio hay que cumplir con la burocracia, esto es la presentación de documentación que va desde el Certificado Único de Discapacidad (CUD), presupuestos semestrales, título universitario de los y las terapeutas, pedidos médicos, historias clínicas, inscripción en Afip entre una larga lista de papeles y una vez que se aprueba el tratamiento, cada vez que vence un mes se debe hacer la presentación de facturas con el monto a pagar a los profesionales sumado a una planilla de asistencia que es firmada por los padres", detalló.

Y por si fuera poco, algunos padres, tal es el caso de Silvana deben lidiar con algunas obras sociales que se niegan a costear los tratamientos dejando a los niños bajo la amenaza de frenar los progresos obtenidos. "Hace poco tuve la muy mala experiencia que la obra social se atrase en el pago del tratamiento de mi hijo y sufriera la suspensión de éste. Tuve que recurrir a la Justicia que gracias a Dios falló a favor de la continuidad del tratamiento".

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