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Una infección que no siempre obliga a cesárea

Miércoles, 14 de septiembre de 2016 01:30
<div>LA TOCOGINECÓLOGA MABEL GUZMÁN.</div><div>
Por su parte la médica tocoginecóloga Mabel Guzmán detalló que la paciente concurrió a la Clínica "Nuestra Señora de Fátima" de la ciudad de Palpalá derivada por su médica de cabecera, porque en el hospital de origen no hay una sala de neonatología o de complejidad en "neo", y si el bebé tenía una edad entre un prematuro y de nacimiento en término podía necesitar la complejidad con la que cuenta el citado establecimiento.

Dijo que al ingreso, la paciente estaba casi en trabajo de parto y se constató que la edad gestacional del bebé era la justa, por lo cual se le advirtió a la mamá y se le dio la explicación correspondiente del problemita con el que llegó. Este era que la madre tenía un germen en la zona genital y la médica que la derivó le había dicho que el nacimiento debía ser por cesárea si o si; (aquí) se le explicó que no debía ser necesariamente un parto por cesárea, mientras que la membrana esté íntegra y se haga el tratamiento correspondiente. "Por lo tanto, al ingresar con tres centímetros de dilatación se inició el tratamiento con el antibiótico para el germen estreptococo, por lo cual el bebé no corre riesgo mientras las bolsas estén íntegras y el parto sea normal. El examen del estreptococo, por protocolo nacional deben hacerse todas las mamás a las 35 semanas gestacional; si es positivo, se hace el tratamiento en el parto, y si es negativo, no se hace nada, pero no es indicativo para que deba hacerse cesárea, si se trata previamente con los antibióticos", remarcó la especialista.
Dijo que en este caso "se hizo parto natural, porque si bien la madre tenía una infección por germen en la parte genital para el cual se hizo el tratamiento completo, no hubo riesgo para el bebé en ningún momento; y a las tres o cuatro horas estuvo en trabajo de parto franco, y a la hora y media fue el alumbramiento sin ningún problema, gracias a Dios un bebé de término de 38 semanas con parto vaginal, sin ningún riesgo para el bebé ni para la mamá, de manera que ambos están juntos sin ningún problema".

En cuanto a la situación gestacional del bebé, la médica explicó que "según la fecha que dio la madre era de 32 semanas, pero por la ecografía 37 semanas, es decir, justo el límite entre el prematuro y el bebé de término; por lo que nació una bebé que por el exámen que le hizo el neonatólogo al ingreso, le dio 38 semanas, por lo tanto no era necesaria la neonatología y se la entregó a la mamá. La bebé nació con 2,700 kg y no se detectó nada que pudiera indicar el por qué de la prematurez en el nacimiento, salvo lo dicho por la madre de que hay síntomas de una posible infección urinaria por lo cual esto haya sido el desencadenante del parto de un bebé a término".

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Por su parte la médica tocoginecóloga Mabel Guzmán detalló que la paciente concurrió a la Clínica "Nuestra Señora de Fátima" de la ciudad de Palpalá derivada por su médica de cabecera, porque en el hospital de origen no hay una sala de neonatología o de complejidad en "neo", y si el bebé tenía una edad entre un prematuro y de nacimiento en término podía necesitar la complejidad con la que cuenta el citado establecimiento.

Dijo que al ingreso, la paciente estaba casi en trabajo de parto y se constató que la edad gestacional del bebé era la justa, por lo cual se le advirtió a la mamá y se le dio la explicación correspondiente del problemita con el que llegó. Este era que la madre tenía un germen en la zona genital y la médica que la derivó le había dicho que el nacimiento debía ser por cesárea si o si; (aquí) se le explicó que no debía ser necesariamente un parto por cesárea, mientras que la membrana esté íntegra y se haga el tratamiento correspondiente. "Por lo tanto, al ingresar con tres centímetros de dilatación se inició el tratamiento con el antibiótico para el germen estreptococo, por lo cual el bebé no corre riesgo mientras las bolsas estén íntegras y el parto sea normal. El examen del estreptococo, por protocolo nacional deben hacerse todas las mamás a las 35 semanas gestacional; si es positivo, se hace el tratamiento en el parto, y si es negativo, no se hace nada, pero no es indicativo para que deba hacerse cesárea, si se trata previamente con los antibióticos", remarcó la especialista.
Dijo que en este caso "se hizo parto natural, porque si bien la madre tenía una infección por germen en la parte genital para el cual se hizo el tratamiento completo, no hubo riesgo para el bebé en ningún momento; y a las tres o cuatro horas estuvo en trabajo de parto franco, y a la hora y media fue el alumbramiento sin ningún problema, gracias a Dios un bebé de término de 38 semanas con parto vaginal, sin ningún riesgo para el bebé ni para la mamá, de manera que ambos están juntos sin ningún problema".

En cuanto a la situación gestacional del bebé, la médica explicó que "según la fecha que dio la madre era de 32 semanas, pero por la ecografía 37 semanas, es decir, justo el límite entre el prematuro y el bebé de término; por lo que nació una bebé que por el exámen que le hizo el neonatólogo al ingreso, le dio 38 semanas, por lo tanto no era necesaria la neonatología y se la entregó a la mamá. La bebé nació con 2,700 kg y no se detectó nada que pudiera indicar el por qué de la prematurez en el nacimiento, salvo lo dicho por la madre de que hay síntomas de una posible infección urinaria por lo cual esto haya sido el desencadenante del parto de un bebé a término".