Un kamikaze que detonó una carga explosiva en una mezquita a la hora de la oración de los viernes dejó al menos 24 muertos en una zona tribal del noroeste de Pakistán, cercana a la frontera con Afganistán.
"Al menos 24 personas murieron y otras 30 quedaron heridas", dijo Naveed Akbar, un alto cargo de la autoridad tribal de la zona.
El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.
El atacante se acercó a los fieles que acudieron al templo para el rezo de los viernes y se hizo estallar en la entrada.
Entre las víctimas había cuatro niños de corta edad, dijo Akbar, que informó que en la zona se estableció un toque de queda.
Otra autoridad local confirmó el balance.
Shireen Zada, un residente del barrio que reza en otra mezquita cercana dijo que escuchó la explosión cuando se dirigía a su hogar.
El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que "los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo".
El atentado no fue de momento reivindicado pero los talibanes paquistaníes suelen atacar lugares poco protegidos, como tribunales, escuelas o lugares de culto.
El ejército lanzó en junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operan en las zonas tribales, alimentando una insurrección que ha costado la vida a miles de civiles desde 2004.
En diciembre de 2014 un atentado contra una escuela gestionada por el ejército dejó 150 muertos, convirtiéndose en el peor ataque en la historia del país.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado. Los atentados, menos frecuentes, siguen siendo no obstante sangrientos: un atentado suicida contra cristianos dejó 75 muertos el fin de semana de Pascua en Lahore y otro contra abogados causó 73 muertos el 8 de agosto en Quetta.
Según datos del Portal sobre Terrorismo en el Sur de Asia, 457 civiles y 182 miembros de las fuerzas de seguridad murieron en Pakistán entre el 1 de enero y el 11 de septiembre, una cifra menor a la registrada en 2015. El año pasado el país registró la tasa más baja de muertes por el conflicto desde 2007, fecha del inicio de la ofensiva de los talibanes.
"Al menos 24 personas murieron y otras 30 quedaron heridas", dijo Naveed Akbar, un alto cargo de la autoridad tribal de la zona.
El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.
El atacante se acercó a los fieles que acudieron al templo para el rezo de los viernes y se hizo estallar en la entrada.
Entre las víctimas había cuatro niños de corta edad, dijo Akbar, que informó que en la zona se estableció un toque de queda.
Otra autoridad local confirmó el balance.
Shireen Zada, un residente del barrio que reza en otra mezquita cercana dijo que escuchó la explosión cuando se dirigía a su hogar.
El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que "los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo".
El atentado no fue de momento reivindicado pero los talibanes paquistaníes suelen atacar lugares poco protegidos, como tribunales, escuelas o lugares de culto.
El ejército lanzó en junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operan en las zonas tribales, alimentando una insurrección que ha costado la vida a miles de civiles desde 2004.
En diciembre de 2014 un atentado contra una escuela gestionada por el ejército dejó 150 muertos, convirtiéndose en el peor ataque en la historia del país.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado. Los atentados, menos frecuentes, siguen siendo no obstante sangrientos: un atentado suicida contra cristianos dejó 75 muertos el fin de semana de Pascua en Lahore y otro contra abogados causó 73 muertos el 8 de agosto en Quetta.
Según datos del Portal sobre Terrorismo en el Sur de Asia, 457 civiles y 182 miembros de las fuerzas de seguridad murieron en Pakistán entre el 1 de enero y el 11 de septiembre, una cifra menor a la registrada en 2015. El año pasado el país registró la tasa más baja de muertes por el conflicto desde 2007, fecha del inicio de la ofensiva de los talibanes.
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Un kamikaze que detonó una carga explosiva en una mezquita a la hora de la oración de los viernes dejó al menos 24 muertos en una zona tribal del noroeste de Pakistán, cercana a la frontera con Afganistán.
"Al menos 24 personas murieron y otras 30 quedaron heridas", dijo Naveed Akbar, un alto cargo de la autoridad tribal de la zona.
El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.
El atacante se acercó a los fieles que acudieron al templo para el rezo de los viernes y se hizo estallar en la entrada.
Entre las víctimas había cuatro niños de corta edad, dijo Akbar, que informó que en la zona se estableció un toque de queda.
Otra autoridad local confirmó el balance.
Shireen Zada, un residente del barrio que reza en otra mezquita cercana dijo que escuchó la explosión cuando se dirigía a su hogar.
El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que "los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo".
El atentado no fue de momento reivindicado pero los talibanes paquistaníes suelen atacar lugares poco protegidos, como tribunales, escuelas o lugares de culto.
El ejército lanzó en junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operan en las zonas tribales, alimentando una insurrección que ha costado la vida a miles de civiles desde 2004.
En diciembre de 2014 un atentado contra una escuela gestionada por el ejército dejó 150 muertos, convirtiéndose en el peor ataque en la historia del país.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado. Los atentados, menos frecuentes, siguen siendo no obstante sangrientos: un atentado suicida contra cristianos dejó 75 muertos el fin de semana de Pascua en Lahore y otro contra abogados causó 73 muertos el 8 de agosto en Quetta.
Según datos del Portal sobre Terrorismo en el Sur de Asia, 457 civiles y 182 miembros de las fuerzas de seguridad murieron en Pakistán entre el 1 de enero y el 11 de septiembre, una cifra menor a la registrada en 2015. El año pasado el país registró la tasa más baja de muertes por el conflicto desde 2007, fecha del inicio de la ofensiva de los talibanes.
"Al menos 24 personas murieron y otras 30 quedaron heridas", dijo Naveed Akbar, un alto cargo de la autoridad tribal de la zona.
El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.
El atacante se acercó a los fieles que acudieron al templo para el rezo de los viernes y se hizo estallar en la entrada.
Entre las víctimas había cuatro niños de corta edad, dijo Akbar, que informó que en la zona se estableció un toque de queda.
Otra autoridad local confirmó el balance.
Shireen Zada, un residente del barrio que reza en otra mezquita cercana dijo que escuchó la explosión cuando se dirigía a su hogar.
El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que "los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo".
El atentado no fue de momento reivindicado pero los talibanes paquistaníes suelen atacar lugares poco protegidos, como tribunales, escuelas o lugares de culto.
El ejército lanzó en junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operan en las zonas tribales, alimentando una insurrección que ha costado la vida a miles de civiles desde 2004.
En diciembre de 2014 un atentado contra una escuela gestionada por el ejército dejó 150 muertos, convirtiéndose en el peor ataque en la historia del país.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado. Los atentados, menos frecuentes, siguen siendo no obstante sangrientos: un atentado suicida contra cristianos dejó 75 muertos el fin de semana de Pascua en Lahore y otro contra abogados causó 73 muertos el 8 de agosto en Quetta.
Según datos del Portal sobre Terrorismo en el Sur de Asia, 457 civiles y 182 miembros de las fuerzas de seguridad murieron en Pakistán entre el 1 de enero y el 11 de septiembre, una cifra menor a la registrada en 2015. El año pasado el país registró la tasa más baja de muertes por el conflicto desde 2007, fecha del inicio de la ofensiva de los talibanes.