A su vez, resaltó los efectos negativos que los paraísos fiscales pueden tener en la economía mundial, hizo hincapié en "la eliminación de las armas de destrucción masiva", reafirmó su compromiso con la "promoción y protección de todos los derechos humanos" y abogó por la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El texto, que contiene 21 puntos de acuerdos a lo largo de once páginas, señaló además que "el terrorismo constituye una de las más graves amenazas a la paz y seguridad internacionales", y recogió la "enérgica condena" de los países del movimiento a los actos terroristas "en todas sus manifestaciones y formas, cualesquiera que sean sus motivaciones, donde quiera y por quien quiera los haya cometido".
La declaración defendió "el diálogo entre civilizaciones" y exigió la retirada de Israel de los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluido Jerusalén Este.
Asimismo, los países del Mnoal consideraron que la transferencia de tecnología desde los países desarrollados, "en condiciones favorables, es vital para garantizar el desarrollo sostenible, en beneficio de todos los pueblos del mundo".
Además, llamaron a los países desarrollados a "cumplir sus compromisos de otorgar financiación, transferir tecnología adecuada y fomentar las capacidades de los países en desarrollo" para combatir el cambio climático.
La declaración expresó su preocupación por "los efectos negativos que los paraísos fiscales pueden tener en la economía mundial, en particular en los países en desarrollo", aunque no dio lugar finalmente a la propuesta de Ecuador, apoyada por muchos otros países miembros, de crear un instrumento en la ONU para luchar contra ellos.
Los no alineados reafirmaron "la responsabilidad de los gobiernos, a todos los niveles, de salvaguardar y proteger los derechos de los migrantes", y destacaron las "agudas emergencias humanas que provoca el elevado número de refugiados".
Por último, los miembros del Mnoal expresaron su "profunda preocupación" por el uso de los medios de comunicación "como una herramienta de propaganda hostil contra los países en desarrollo con el objetivo de socavar sus gobiernos".
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A su vez, resaltó los efectos negativos que los paraísos fiscales pueden tener en la economía mundial, hizo hincapié en "la eliminación de las armas de destrucción masiva", reafirmó su compromiso con la "promoción y protección de todos los derechos humanos" y abogó por la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El texto, que contiene 21 puntos de acuerdos a lo largo de once páginas, señaló además que "el terrorismo constituye una de las más graves amenazas a la paz y seguridad internacionales", y recogió la "enérgica condena" de los países del movimiento a los actos terroristas "en todas sus manifestaciones y formas, cualesquiera que sean sus motivaciones, donde quiera y por quien quiera los haya cometido".
La declaración defendió "el diálogo entre civilizaciones" y exigió la retirada de Israel de los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluido Jerusalén Este.
Asimismo, los países del Mnoal consideraron que la transferencia de tecnología desde los países desarrollados, "en condiciones favorables, es vital para garantizar el desarrollo sostenible, en beneficio de todos los pueblos del mundo".
Además, llamaron a los países desarrollados a "cumplir sus compromisos de otorgar financiación, transferir tecnología adecuada y fomentar las capacidades de los países en desarrollo" para combatir el cambio climático.
La declaración expresó su preocupación por "los efectos negativos que los paraísos fiscales pueden tener en la economía mundial, en particular en los países en desarrollo", aunque no dio lugar finalmente a la propuesta de Ecuador, apoyada por muchos otros países miembros, de crear un instrumento en la ONU para luchar contra ellos.
Los no alineados reafirmaron "la responsabilidad de los gobiernos, a todos los niveles, de salvaguardar y proteger los derechos de los migrantes", y destacaron las "agudas emergencias humanas que provoca el elevado número de refugiados".
Por último, los miembros del Mnoal expresaron su "profunda preocupación" por el uso de los medios de comunicación "como una herramienta de propaganda hostil contra los países en desarrollo con el objetivo de socavar sus gobiernos".