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Merkel no se arrepiente de abrir las puertas a los refugiados

Domingo, 04 de septiembre de 2016 01:30
<div>ANGELA MERKEL</div><div>
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró ayer que no se arrepiente de haber permitido el ingreso de miles de refugiados que el año pasado estaban bloqueados en Hungría y afirmó que volvería actuar de la misma manera pese a la oposición de sectores ultraderechistas alemanes y a que su imagen ha caído en los últimos meses.
En una entrevista con el diario Bild en el aniversario del fin de semana de septiembre en el que Berlín y Viena acordaron dejar paso libre a miles de solicitantes de asilo ante el drama que se vivía en la frontera con Hungría, Merkel afirmó que volvería a actuar de la misma forma.
En 2015, alrededor de 2 millones de refugiados pudieron ingresar a Alemania hasta que se completó el cupo de mano de obra barata que reclamaba la industria pesada y las fronteras volvieron a cerrarse.
"En aquel fin de semana no se trataba de abrir las fronteras a todos, sino de no cerrarlas a aquellos que con grandes necesidades humanitarias habían emprendido a pie el camino desde Hungría", manifestó Merkel, convencida de que "en política hay decisiones que se deben tomar rápidamente, sin hacer antes un sondeo de opinión".
A su juicio, Europa no ha fracasado en esta crisis, pero tiene todavía por delante un "difícil proceso de aprendizaje" en el que cada país debe aportar su contribución.
La canciller defendió de nuevo también el polémico acuerdo suscrito con Ankara para la repatriación de refugiados que, aseguró, ha permitido limitar la actividad de las mafias que trafican con personas y mejorar las condiciones de vida en los campos de acogida turcos.
"Tenemos la responsabilidad de ayudar a Turquía para que los refugiados puedan ser recibidos cerca de su tierra y Turquía no tiene ningún interés en que cada día se ahoguen personas en el Egeo y en que traficantes y otros delincuentes se extiendan en sus costas", añadió la canciller.
Merkel insistió en que se trata de un acuerdo "en interés de ambas partes" que no ha hecho a Alemania dependiente de Turquía y dejó claro que para la prometida eliminación de los visados para los ciudadanos turcos Ankara tiene que cumplir "todos los criterios" establecidos por la Unión Europea (UE), algo que todavía no ha hecho.
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La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró ayer que no se arrepiente de haber permitido el ingreso de miles de refugiados que el año pasado estaban bloqueados en Hungría y afirmó que volvería actuar de la misma manera pese a la oposición de sectores ultraderechistas alemanes y a que su imagen ha caído en los últimos meses.
En una entrevista con el diario Bild en el aniversario del fin de semana de septiembre en el que Berlín y Viena acordaron dejar paso libre a miles de solicitantes de asilo ante el drama que se vivía en la frontera con Hungría, Merkel afirmó que volvería a actuar de la misma forma.
En 2015, alrededor de 2 millones de refugiados pudieron ingresar a Alemania hasta que se completó el cupo de mano de obra barata que reclamaba la industria pesada y las fronteras volvieron a cerrarse.
"En aquel fin de semana no se trataba de abrir las fronteras a todos, sino de no cerrarlas a aquellos que con grandes necesidades humanitarias habían emprendido a pie el camino desde Hungría", manifestó Merkel, convencida de que "en política hay decisiones que se deben tomar rápidamente, sin hacer antes un sondeo de opinión".
A su juicio, Europa no ha fracasado en esta crisis, pero tiene todavía por delante un "difícil proceso de aprendizaje" en el que cada país debe aportar su contribución.
La canciller defendió de nuevo también el polémico acuerdo suscrito con Ankara para la repatriación de refugiados que, aseguró, ha permitido limitar la actividad de las mafias que trafican con personas y mejorar las condiciones de vida en los campos de acogida turcos.
"Tenemos la responsabilidad de ayudar a Turquía para que los refugiados puedan ser recibidos cerca de su tierra y Turquía no tiene ningún interés en que cada día se ahoguen personas en el Egeo y en que traficantes y otros delincuentes se extiendan en sus costas", añadió la canciller.
Merkel insistió en que se trata de un acuerdo "en interés de ambas partes" que no ha hecho a Alemania dependiente de Turquía y dejó claro que para la prometida eliminación de los visados para los ciudadanos turcos Ankara tiene que cumplir "todos los criterios" establecidos por la Unión Europea (UE), algo que todavía no ha hecho.

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