La experimentación y procesamiento junto a la Facultad de Ciencias Agrarias permitió a la empresa Proyajo procesar los desechos, que ahora les permite producir humus de muy buena calidad, con mucho contenido de materia orgánica y tuvo buenos resultados en cultivos de la Quebrada en donde tienen mucha demanda al igual que en tabaco, en frutas y horticultura; y en la Puna.
El trabajo lo hacen desde 2002 porque cuando se empezó a acumular el material de desecho, rumen, estiércol y otros, encontraron la opción de la lombricultura a través de un curso. Se inició una cuna de 1 metro por uno de ancho y creció hasta unas 5 cunas de 4 m de ancho por 70 de largo donde procesaron el producto.
El primer producto fue el humus, con muy buenos resultados en el campo, cuya riqueza se centró en las bacterias que preparan las sales del suelo para disponerlo en la planta. Luego incursionaron en los fertilizantes líquidos, foliar, radicular y lixiviado.
Luego plantearon a la doctora en Química Fanny Altamirano la posibilidad de hacer algo para mejorar las aguas servidas y apurar los procesos de compostaje. "Surgieron los ME, los microorganismos eficientes, y en eso estamos trabajando ahora como una tecnología avanzada. En pocos lugares se está haciendo en el país a partir de los residuos de matadero", explicó Samir Quintar, el titular de Proyajo (una planta de faenamiento de carnes y empaque y procesamiento de frutas y verduras), refiriéndose al rumen, estiércol y la sangre en base a lo que trabajan.
El trabajo lo hacen desde 2002 porque cuando se empezó a acumular el material de desecho, rumen, estiércol y otros, encontraron la opción de la lombricultura a través de un curso. Se inició una cuna de 1 metro por uno de ancho y creció hasta unas 5 cunas de 4 m de ancho por 70 de largo donde procesaron el producto.
El primer producto fue el humus, con muy buenos resultados en el campo, cuya riqueza se centró en las bacterias que preparan las sales del suelo para disponerlo en la planta. Luego incursionaron en los fertilizantes líquidos, foliar, radicular y lixiviado.
Luego plantearon a la doctora en Química Fanny Altamirano la posibilidad de hacer algo para mejorar las aguas servidas y apurar los procesos de compostaje. "Surgieron los ME, los microorganismos eficientes, y en eso estamos trabajando ahora como una tecnología avanzada. En pocos lugares se está haciendo en el país a partir de los residuos de matadero", explicó Samir Quintar, el titular de Proyajo (una planta de faenamiento de carnes y empaque y procesamiento de frutas y verduras), refiriéndose al rumen, estiércol y la sangre en base a lo que trabajan.
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La experimentación y procesamiento junto a la Facultad de Ciencias Agrarias permitió a la empresa Proyajo procesar los desechos, que ahora les permite producir humus de muy buena calidad, con mucho contenido de materia orgánica y tuvo buenos resultados en cultivos de la Quebrada en donde tienen mucha demanda al igual que en tabaco, en frutas y horticultura; y en la Puna.
El trabajo lo hacen desde 2002 porque cuando se empezó a acumular el material de desecho, rumen, estiércol y otros, encontraron la opción de la lombricultura a través de un curso. Se inició una cuna de 1 metro por uno de ancho y creció hasta unas 5 cunas de 4 m de ancho por 70 de largo donde procesaron el producto.
El primer producto fue el humus, con muy buenos resultados en el campo, cuya riqueza se centró en las bacterias que preparan las sales del suelo para disponerlo en la planta. Luego incursionaron en los fertilizantes líquidos, foliar, radicular y lixiviado.
Luego plantearon a la doctora en Química Fanny Altamirano la posibilidad de hacer algo para mejorar las aguas servidas y apurar los procesos de compostaje. "Surgieron los ME, los microorganismos eficientes, y en eso estamos trabajando ahora como una tecnología avanzada. En pocos lugares se está haciendo en el país a partir de los residuos de matadero", explicó Samir Quintar, el titular de Proyajo (una planta de faenamiento de carnes y empaque y procesamiento de frutas y verduras), refiriéndose al rumen, estiércol y la sangre en base a lo que trabajan.
El trabajo lo hacen desde 2002 porque cuando se empezó a acumular el material de desecho, rumen, estiércol y otros, encontraron la opción de la lombricultura a través de un curso. Se inició una cuna de 1 metro por uno de ancho y creció hasta unas 5 cunas de 4 m de ancho por 70 de largo donde procesaron el producto.
El primer producto fue el humus, con muy buenos resultados en el campo, cuya riqueza se centró en las bacterias que preparan las sales del suelo para disponerlo en la planta. Luego incursionaron en los fertilizantes líquidos, foliar, radicular y lixiviado.
Luego plantearon a la doctora en Química Fanny Altamirano la posibilidad de hacer algo para mejorar las aguas servidas y apurar los procesos de compostaje. "Surgieron los ME, los microorganismos eficientes, y en eso estamos trabajando ahora como una tecnología avanzada. En pocos lugares se está haciendo en el país a partir de los residuos de matadero", explicó Samir Quintar, el titular de Proyajo (una planta de faenamiento de carnes y empaque y procesamiento de frutas y verduras), refiriéndose al rumen, estiércol y la sangre en base a lo que trabajan.