Así lo explicó la oncohematóloga Luz Cosentini quien detalló que también hay tumores más infrecuentes propios de la etapa pediátrica, y se trata hasta los 15 años con diagnóstico y si pasan la edad se les da seguimiento hasta los 17.
"En el caso de la leucemia el diagnóstico es precoz muchas veces porque los médicos son más conscientes de esta enfermedad y están más capacitados para detectarlos, y porque la leucemia tiene síntomas más marcados que hacen que la consulta de la familia y la detección sea más precoz", precisó la especialista.
El problema se presenta cuando se trata de tumores sólidos, debido a que los síntomas son más lentos en aparecer y los médicos no están capacitados para tenerlos en cuenta. De hecho se percibe que hay un retraso en el diagnóstico ya que a veces se detectan pacientes que llegan con un cuadro de evolución de 3 a 4 meses, y está más avanzado el tumor.
"En los últimos años había un 30 % de mortalidad", afirmó y aseguró que no hay un seguimiento preciso, y depende del estadio en que comience el tratamiento, las complicaciones que pueda tener o secuelas por la medicación o la radioterapia.
Los tratamientos son extensos, en el caso de leucemia linfoblástica es de dos años, con un seguimiento de otros dos años. En situaciones puntuales como el de las leucemias donde parte del tratamiento implica una medicación y controles de laboratorios que no se dispone en el hospital, se deriva de dos a seis meses a Buenos Aires. Por otro lado, la falta de un centro de radioterapia pediátrico en la provincia hace que se deriven al del hospital Garrahan; y también cuando son cirugías de alta complejidad para el caso de los tumores.
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Así lo explicó la oncohematóloga Luz Cosentini quien detalló que también hay tumores más infrecuentes propios de la etapa pediátrica, y se trata hasta los 15 años con diagnóstico y si pasan la edad se les da seguimiento hasta los 17.
"En el caso de la leucemia el diagnóstico es precoz muchas veces porque los médicos son más conscientes de esta enfermedad y están más capacitados para detectarlos, y porque la leucemia tiene síntomas más marcados que hacen que la consulta de la familia y la detección sea más precoz", precisó la especialista.
El problema se presenta cuando se trata de tumores sólidos, debido a que los síntomas son más lentos en aparecer y los médicos no están capacitados para tenerlos en cuenta. De hecho se percibe que hay un retraso en el diagnóstico ya que a veces se detectan pacientes que llegan con un cuadro de evolución de 3 a 4 meses, y está más avanzado el tumor.
"En los últimos años había un 30 % de mortalidad", afirmó y aseguró que no hay un seguimiento preciso, y depende del estadio en que comience el tratamiento, las complicaciones que pueda tener o secuelas por la medicación o la radioterapia.
Los tratamientos son extensos, en el caso de leucemia linfoblástica es de dos años, con un seguimiento de otros dos años. En situaciones puntuales como el de las leucemias donde parte del tratamiento implica una medicación y controles de laboratorios que no se dispone en el hospital, se deriva de dos a seis meses a Buenos Aires. Por otro lado, la falta de un centro de radioterapia pediátrico en la provincia hace que se deriven al del hospital Garrahan; y también cuando son cirugías de alta complejidad para el caso de los tumores.